En diciembre de 1949, dirigentes de la
mayoría de los más importantes partidos comunistas y obreros del mundo se
hicieron presentes en Moscú para celebrar el 70º aniversario del nacimiento de
José Stalin. Discursos y artículos en los órganos centrales de todos los partidos
comunistas destacaban la grandeza y el genio del líder bolchevique.
Luego del XX Congreso del PCUS, en
febrero de 1956, con su feroz ataque a la figura y obra de Stalin, se
generalizó la crítica fácil y antojadiza al discípulo de Lenin. En adelante, el
aniversario del nacimiento de Stalin sería una fecha olvidable para los
revisionistas que se apoderaron del poder en la mayoría de países socialistas y
de los partidos comunistas del mundo.
Sin embargo, inusitadamente, en el 80º
aniversario, en 1959, muchos partidos publicaron artículos y notas sobre
Stalin. No obstante, la esencia de casi todos era destacar los “errores” de Stalin,
errores desde el punto de vista de los revisionistas. Los revisionistas búlgaros,
por ejemplo, decían:
“Durante los
últimos años de su vida, J.V. Stalin permitió que se produjeran serias
deficiencias. El Partido y su CC leninista, bajo la iniciativa de N.S.
Jruschov, expusieron el daño y las deficiencias causados por el culto a la
personalidad de Stalin. Ellos libraron una enérgica lucha contra esas
tendencias.
“El XX Congreso
del PCUS aprobó el enorme trabajo realizado por el CC por restablecer las
normas leninistas en la vida partidaria y desarrollar la democracia interna en
el Partido.
“El PCB, que
reconoce los méritos de J.V. Stalin como célebre marxista-leninista, aprueba
cálidamente las decisiones históricas adoptadas por el XX Congreso del PCUS”. (Narodno Delo, Varna, 22 de diciembre de
1959).
Esto no evitaba que en algunos periódicos
locales, se deslizaran reconocimientos como éste:
“El pueblo
trabajador de Bulgaria recordará con respeto a José Stalin en el 80º
aniversario de su nacimiento. Él fue un auténtico defensor de la verdad
comunista y uno de los principales asistentes de Lenin. Defendió y promovió
indesmayablemente los principios ideológicos y bolcheviques de Lenin. Sus
libros desempeñaron un papel importante en el fortalecimiento del Partido
Comunista y la difusión de las teorías marxistas”. (SeptemVriyska Pobeda, Pleven, 22 de diciembre de 1959).
(Ambas citas tomadas
de USJPRS, Summary Of The Bulgarian
Provincial Press, 17-23 December 1959, del 17 de marzo de 1960.
http://www.dtic.mil/dtic/tr/fulltext/u2/a333735.pdf
El órgano central del PCUS, Pravda, dictaba, a sus seguidores, la pauta
de lo que debía decirse en esa fecha. El despacho desde Moscú de Associated Press, destacaba:
“Moscú, 21 de
diciembre (AP). Pravda elogió hoy a
Stalin, en el 80º aniversario de su nacimiento, al considerarle como “un leal
luchador por el socialismo”. El artículo en el principal órgano de prensa del
partido comunista refleja el rumbo firme hacia el restablecimiento de Stalin
entre los principales portavoces de la ideología comunista. Pravda dijo que el lugar histórico de
Stalin en ese sentido está asegurado. Sin
embargo, la mayoría del artículo fue dedicado a criticarlo porque
“sobreestimó sus propios méritos”. Este es el segundo año consecutivo que Pravda utiliza el aniversario del
nacimiento de Stalin para llamar la atención de los soviéticos hacia el
“destacado teórico del marxismo-leninismo”. (Tomado de Kansas City Times)
http://www.newspapers.com/newspage/55880235/)
También ese mismo 21 de diciembre, Renmin Ribao, órgano central del PCCh, publicó
un artículo firmado por Ai Szu-chi con un título neutro, descriptivo, sin consigna:
“El 80º aniversario del nacimiento de
J.V. Stalin”. Lo notable del caso es que no es un artículo editorial del
diario, tampoco es un pronunciamiento de algún órgano del partido, sino un
artículo personal. Comienza diciendo: “Hoy es el 80º aniversario del nacimiento
de José Vissariónovich Stalin, una destaca personalidad del Partido Comunista
de la Unión Soviética y del Estado soviético, un firme revolucionario del
movimiento comunista internacional y un gran marxista-leninista”. Luego de párrafos
dedicados a esbozar la biografía de Stalin y especialmente a resumir los logros
del pueblo y el partido soviéticos, el autor realiza una breve evaluación de la
obra de Stalin, como revolucionario, líder socialista y teórico
marxista-leninista. Para luego concluir señalando que “En sus últimos años, Stalin cometió algunos
serios errores. Esos errores fueron secundarios comparados con sus grandes
méritos. Las importantes enseñanzas extraídas de los errores de Stalin se han
convertido hoy en una importante arma del movimiento comunista internacional…”
El artículo termina con un largo párrafo sobre los avances del movimiento
comunista después de la muerte de Stalin y la defensa de la Declaración de
Moscú de 1957. (Véase el artículo en Peking
Review nº 52, http://www.massline.org/PekingReview/PR1959/PR1959-52.pdf)
Por su parte, el órgano del Partido del
Trabajo de Albania, Zëri i Popullit
publicó un editorial el 22 de diciembre de 1959, titulado “J.V. Stalin – Notable marxista-leninista y fiel defensor del leninismo”,
conmemorando el 80º aniversario de su nacimiento. El título deja entrever la posición
militante del PTA en relación con la defensa de Stalin. No hemos logrado
conseguirlo, pero asumimos que no debe diferir sustancialmente del artículo que
reproducimos a continuación. El siguiente artículo, publicado en diciembre de
1961, es un verdadero documento stalinista, que asume la defensa de Stalin en momentos
en que nadie se atrevía a hacer frente de manera frontal y abierta a la
reaccionaria “desestalinización” revisionista. En ningún artículo o discurso de
ningún líder o Partido comunista se encuentra una postura tan firme en defensa
de la figura y el legado de Stalin, y tampoco una denuncia marxista-leninista
tan clara, rotunda y consecuente del significado de la “desestalinización”, de
la “lucha contra el culto a la personalidad” y de los ataques revisionistas contra
Stalin.
El nombre y la
obra de J.V. Stalin viven
y seguirán
viviendo por siglos
Zëri i Popullit
2
de noviembre de 1961
J.V. Stalin fue un fiel discípulo de Lenin, demostró
grandes cualidades durante toda la historia del Partido Comunista de la Unión Soviética
en la lucha por el triunfo de la gran Revolución Socialista de Octubre y por la
creación del primer Estado socialista del mundo; en la lucha por la defensa de
las conquistas de la revolución proletaria y del Estado soviético, contra los
ataques de los enemigos internos y externos; en la lucha por el triunfo final
del socialismo y la creación de las condiciones para la edificación del comunismo.
Junto al gran Lenin, Stalin fue uno de los líderes de la Revolución Socialista
de Octubre, uno de los fundadores del primer Estado obrero y campesino del
mundo. J.V. Stalin fue y seguirá siendo una figura titánica en la historia de
la humanidad, en la historia del movimiento obrero y comunista internacional y
en la lucha por la liberación de los pueblos de la subyugación imperialista. Él
estuvo en la primera fila de los que lucharon por la creación del partido
revolucionario de nuevo tipo, y, junto a Lenin, hizo una notable contribución a
la formulación de la base teórica, ideológica, organizativa y táctica del
Partido Comunista soviético, forjándolo como un partido revolucionario.
La historia conoce a J.V. Stalin como a un indomable
revolucionario, un gran teórico y un brillante organizador. Después de la
muerte de Lenin, con capacidad, coraje y fidelidad al marxismo-leninismo,
Stalin dirigió al Partido y al pueblo soviéticos por el camino de la
construcción del socialismo bajo condiciones de cerco capitalista. Los enemigos
del socialismo, los enemigos del pueblo y del Partido Comunista soviéticos, los
imperialistas y los oportunistas de todos los matices, intentaron por todos los
medios desviar al Partido y al pueblo soviéticos del camino leninista,
dividirlos desde dentro, despojar a la clase obrera de su confianza en su
propia fuerza y en la posibilidad de construir el socialismo y el comunismo.
J.V. Stalin, fiel toda su vida al leninismo y al consejo de Lenin, dirigió al Partido
y al pueblo en la feroz lucha contra los traidores a la causa del socialismo,
en la liquidación de los trotskistas, bujarinistas, zinovievistas,
nacionalistas burgueses y otros perversos enemigos, que trataron de desarmar
ideológicamente al Partido, quebrantar su unidad, y destruir el régimen
soviético y la revolución socialista.
El Partido Comunista de la Unión Soviética, dirigido por
su Comité Central leninista encabezado por J.V. Stalin, siempre fiel a las
enseñanzas de Lenin, trazó el monumental plan de industrialización socialista.
El pueblo soviético, al realizar este colosal programa en un periodo
históricamente corto, transformó a la Rusia técnicamente atrasada en una de las
potencias industriales más avanzadas del mundo. Durante los planes quinquenales
se creó la base sólida para la construcción del socialismo, incluyendo los
gigantes de la industria, las nuevas ramas de la industria de construcción de
maquinaria pesada, que desempeñaron un papel decisivo en el desarrollo integral,
económico y cultural, y en el aumento de la capacidad defensiva del Estado
soviético. Sin la línea leninista del Partido sobre la industrialización
socialista, resueltamente aplicada por el Partido Comunista de la Unión
Soviética dirigido por el brazo fuerte de J.V. Stalin, sin la lucha contra los
conspiradores trotskista-bujarinistas y otros oportunistas, y sin la capacidad
creadora del pueblo soviético y el poder organizativo del Estado de dictadura
del proletariado, no hubiera estado asegurada la histórica victoria mundial en
la Guerra Patria ni se hubieran alcanzado los actuales niveles de progreso
económico, técnico y científico.
El Partido Comunista de la Unión Soviética, encabezado
por J.V. Stalin, aplicó con éxito la política leninista de colectivización de
la agricultura. La completa victoria de los koljoses garantizó el triunfo del socialismo
en el campo y fortaleció la alianza de la clase obrera con el campesinado – el
principio supremo de la dictadura del proletariado.
Bajo la dirección del Partido Comunista de la Unión
Soviética durante los años en que estuvo encabezado por J.V. Stalin, la Unión
Soviética se convirtió en el país del socialismo triunfante, se abolió de una
vez por todas la explotación del hombre por el hombre, y la Unión Soviética se
constituyó en ejemplo e inspiración de toda la humanidad.
En los días de la Gran Guerra Patria contra el fascismo
–el enemigo jurado de la humanidad–, el pueblo soviético y su glorioso ejército
realizaron actos de legendario heroísmo, bajo la dirección del Partido y del
comandante supremo, J.V. Stalin. Stalin fue un gran líder militar, y, a la
cabeza del Partido, organizó la victoria sobre el fascismo. Él estableció las
tareas y condujo al pueblo y ejército soviéticos en la liberación no sólo de la
patria soviética sino también de las patrias de otros pueblos que sufrían bajo
el yugo fascista. Por eso, los pueblos de Europa y de todo el mundo recuerdan
con agradecimiento el papel histórico decisivo del pueblo soviético, del ejército
soviético y de su comandante en jefe, J.V. Stalin, en la aniquilación de la
Alemania fascista y en la liberación de los pueblos sometidos.
Las actuales grandiosas victorias del pueblo soviético y
sus magníficas perspectivas en el camino de la edificación del comunismo tienen
su origen en el gran Octubre y en la sabia dirección del Partido que marchó
bajo la bandera de Marx, Engels, Lenin y Stalin.
El camino recorrido por el pueblo soviético durante
cuarentaicuatro años y el nacimiento del sistema socialista mundial están, por
consiguiente, íntimamente ligados a la vida y la obra de J.V. Stalin. Estos son
hechos históricos que no pueden negarse. J.V. Stalin dedicó toda su vida a la
gran causa de la revolución, a la liberación de los explotados, a la felicidad
de los pueblos, al socialismo y al comunismo. Por eso, el nombre de Stalin ha
encontrado un lugar seguro y merecido en la historia de la humanidad, en los
corazones del pueblo soviético y de los pueblos del mundo. Precisamente, por
este motivo es que se ha ganado el odio de los enemigos del socialismo. No hay
ni habrá fuerza en el mundo capaz de arrancar a J.V. Stalin de la historia y de
los corazones de los pueblos del mundo.
No obstante, Jruschov impuso al XXII Congreso del PCUS la
decisión de remover el féretro de Stalin del mausoleo de la Plaza Roja, donde
descansaba junto a V.I. Lenin. Al hacer eso, N. Jruschov y su grupo perpetraron
otro acto en el proceso de “desestalinización” iniciado en el XX Congreso.
Ahora todos los oportunistas y revisionistas del mundo, todos los enemigos del
marxismo-leninismo, desde Tito hasta Brandt y Spaak, desde los ideólogos del
imperialismo hasta los lacayos de la socialdemocracia, están utilizando la bandera
del “anti-stalinismo” en su lucha desenfrenada contra el socialismo, contra la
unidad del campo socialista y el movimiento obrero internacional. Al negar y
distorsionar de forma criminal el papel histórico de J.V. Stalin en la lucha
del Partido y el pueblo por la causa de Lenin, N. Jruschov también está
enarbolando la bandera del “anti-stalinismo”, esa bandera andrajosa y desprestigiada
de los enemigos feroces del marxismo-leninismo y del socialismo. ¿Por qué N.
Jruschov y su grupo están haciendo esto? Están haciéndolo a fin de ampliar sus
posibilidades para la aplicación de una política antimarxista y revisionista. Es
precisamente por eso por lo que los enemigos del socialismo, los imperialistas
y sus lacayos, los revisionistas, han luchado toda su vida y continúan luchando
con todas sus fuerzas. La lucha abierta contra J.V. Stalin es una lucha contra
su inmortal obra, una lucha contra el marxismo-leninismo. N. Jruschov y su
grupo, en consecuencia, están asumiendo una gran responsabilidad ante la historia,
ante el pueblo soviético, ante el movimiento comunista internacional y ante
todos los pueblos del mundo que aman la paz, la democracia, el socialismo y el
progreso social.
Fuente: “The Name and the Deeds of J.V. Stalin Live
and Will Continue to Live for Centuries to Come”, Zëri I Popullit, 2 de
noviembre de 1961, publicado en William E. Griffith, “Albania and the
Sino-Soviet Rift”, The MIT Press, Cambridge, Massachussetts, 1963.
Traducido para “Crítica
Marxista-Leninista” por Inessa de la Torre.
Descargar el artículo “El nombre y la obra de J.V. Stalin viven y seguirán viviendo por siglos” (1961)
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