Recordando a Stalin, en el 60º aniversario de su muerte
Hoy, 5 de marzo, recordamos la muerte del gran Stalin. Es una fecha significativa
para reafirmarnos en la lucha por la revolución proletaria mundial, por la
destrucción del sistema capitalista, por la reconquista del socialismo en el
mundo, por la instauración de la dictadura del proletariado y por la sociedad
comunista sin clases.
La burguesía y sus lacayos, la intelectualidad burguesa y sus agentes en el
seno del movimiento obrero, se han dedicado durante décadas a enlodar la figura
histórica, política y revolucionaria de Stalin, porque saben que su conducción
del Partido bolchevique y los logros alcanzados por el primer Estado
socialista, son la encarnación de los ideales comunistas del proletariado
internacional.
En los ataques, aparentemente personales, contra Stalin se
esconden los ataques contra el marxismo-leninismo; contra el legado de Marx,
Engels, Lenin y Stalin; contra la luminosa experiencia histórica de las
revoluciones proletarias y la construcción del socialismo. Los ataques contra
Stalin se dirigen también contra las luchas políticas y revolucionarias de la
clase obrera internacional y contra la lucha antiimperialista de los pueblos
oprimidos del mundo, luchas dirigidas por partidos comunistas; contra el actual
ascenso de la marea revolucionaria, que en algunos países ya ha tomado la forma de lucha
armada; contra la reconstrucción y el fortalecimiento de los partidos
comunistas en el mundo; contra el reagrupamiento del movimiento comunista
internacional.
Por esa razón, una de las tareas importantes e ineludibles de los verdaderos comunistas ha
sido y sigue siendo la defensa de Stalin.
Los intentos revisionistas y
oportunistas de disociar a la clase obrera, a su vanguardia y a los verdaderos
partidos marxista-leninistas de la figura, la obra y el legado de Stalin son
parte de la lucha reaccionaria de la burguesía imperialista y sus agentes y escritores a
sueldo contra los principios del marxismo-leninismo y la revolución proletaria
mundial.
La defensa de Stalin no es una cuestión de reivindicación histórica,
aunque ésta es importante para restablecer la verdad; no es una cuestión de
mera defensa de lo alcanzado por la experiencia socialista de la Unión
Soviética, China, Albania y el resto de países que fueron socialistas, aunque
ésta es parte de esa defensa. La defensa de Stalin es una cuestión de principios,
particularmente una defensa del marxismo-leninismo que Stalin sistematizó, defendió
y desarrolló; una defensa de los partidos comunistas militantes que preparan y
hacen la revolución, y la dirigen; una defensa del camino revolucionario al socialismo y el
comunismo; una defensa de la revolución proletaria violenta, de su estrategia y
su táctica; y una defensa del principio de la dictadura del proletariado.
Disociarse de Stalin y su legado es disociarse de la revolución proletaria
y del marxismo-leninismo, es unirse al coro de la burguesía, los revisionistas,
trotskistas y oportunistas de todo color y calibre. Para decirlo de forma
gráfica: Los que retiran a Stalin o sustituyen a Stalin, o peor aún, nunca lo tuvieron, en la imagen de los
clásicos del marxismo han abandonado el marxismo y lo han sustituido por un
falso marxismo, vaciado de su contenido revolucionario.
La defensa de Stalin es una cuestión de principios que los verdaderos comunistas,
los marxista-leninistas, deben enarbolar de forma combativa y con orgullo
proletario. Defender a Stalin es defender el marxismo-leninismo y la revolución
proletaria mundial, contra la burguesía y el revisionismo y el oportunismo.
¡Viva el gran
Stalin!
¡Viva
el marxismo-leninismo!
¡Viva
la revolución proletaria internacional!
¡Proletarios
de todos los países, uníos!
Crítica Marxista-Leninista