domingo, 26 de enero de 2014

¡Ni un paso atrás! - Ne Shagu Nazad!


Cuando agredieron a la Unión Soviética, los fascistas alemanes pensaron en realizar una campaña rápida en el verano de 1941, que en el peor de los casos se extendería hasta el otoño de ese mismo año, para ello habían destinado una colosal maquinaria de guerra que asestaría golpes rotundos al ejército y al pueblo soviético. Luego de la sorpresa inicial y del arrollador avance del ejército alemán, el gobierno soviético y el Partido bolchevique organizaron la defensa y la resistencia que puso impidió que los planes del imperialismo alemán se hicieran realidad. Sin embargo, un año después, en el verano de 1942, la situación todavía era sumamente difícil para la Unión Soviética. Las posibilidades de una derrota soviética parecían inminentes, el enemigo había avanzado profundamente en territorio soviético y ocupado lugares estratégicos con ricos recursos materiales y humanos. Los intentos por detener el avance alemán no estaban dando los resultados esperados.  

Por su parte, los suministros de pan y carne se habían reducido a la mitad para los 130 millones de habitantes libres de la ocupación alemana. La producción de la industria pesada (incluyendo carbón, acero y hierro) era equivalente a 25% del nivel de preguerra, debido principalmente a la pérdida de la región industrial de Donbas que estaba en territorio ocupado por el enemigo. Las materias primas necesarias para la producción de armas modernas –aluminio, cobre, manganeso– cayeron en más de 65%. Un tercio de la red ferroviaria soviética estaba en zona ocupada por el enemigo. Además, millones de obreros calificados habían sido asesinados o capturados por los alemanes. Alemania contaba con una capacidad industrial cuatro veces mayor a la soviética. (Información obtenida de Richard Overy, Russia’s War, Penguin Books, 1997). Sin embargo, la producción de guerra soviética con todas estas limitaciones había empezado a crecer, produciendo más tanques, armas y municiones. 

El imperialismo alemán estaba decidido a terminar la campaña rusa en el verano de 1942; la directiva nº 41 de Hitler, del 5 de abril, decía: “acabar con todo el potencial defensivo que les queda a los soviéticos”. 

En esas difíciles circunstancias, el 28 de julio de 1942, Stalin emite su Orden nº 227, conocida como “¡Ni un paso atrás!” (Ne Shagu Nazad). La burguesía y sus intelectuales han tratado de presentar esa orden como una muestra más del “terror” en la historia soviética, acentuando la parte coercitiva contra los instigadores del pánico y los cobardes, con el fin de minimizar el heroismo de los soldados rojos y del pueblo soviético. Sin embargo, como registran los propios historiadores burgueses, los soldados soviéticos tuvieron otra percepción: “No la letra, sino el espíritu y el contenido de la orden hicieron posible el salto espiritual, psicológico y moral en los corazones y las mentes de aquellos a quienes fue leída…(J. Barber y M. Harrison, The Soviet Home Front: A Social and Economic History of the USSR in World War II, Londres, 1991). Esto se puede ver claramente en el contenido de la Orden, con el estilo pedagógico de Stalin, informando sobre la realidad de la difícil situación, afirmando la posibilidad de la victoria, y también demostrando la firmeza necesaria del caso. Pocas semanas después de la Orden nº 227 se iniciaría la Batalla de Stalingrado.
 
 
 

Orden Nº #227
del Comisario del Pueblo para la Defensa de la URSS 

Moscú, 28 de Julio de 1942 

El enemigo envía más y más recursos al frente y, sin importarle sus pérdidas, avanza, penetra cada vez más en la Unión Soviética, captura nuevas regiones, devasta y saquea nuestras ciudades y pueblos, viola, mata y roba al pueblo soviético. La lucha continúa en el área de Voronezh, en el Don, en el Sur de Rusia, a las puertas del Norte del Cáucaso. Los invasores alemanes se dirigen hacia Stalingrado, hacia el Volga,  y quieren capturar a cualquier precio Kuban y el Norte del Cáucaso con sus riquezas de petróleo y pan. El enemigo ya ha capturado Voroshilovgrado, Starobelsk, Rossosh, Kupyansk, Valuiki, Novocherkassk, Rostov del Don y la mitad de Voronezh. Algunas unidades del Frente Sur, siguiendo a los instigadores del pánico, han abandonado Rostov y Novocherkassk sin oponer seria resistencia y sin haber recibido órdenes de Moscú, cubriendo así sus estandartes con vergüenza. 

El pueblo de nuestro país que ama y respeta al Ejército Rojo, ahora está empezando a sentirse decepcionado y a perder la fe en el Ejército Rojo, y muchos de ellos maldicen al Ejército porque huye hacia el Este y abandona a la población al yugo alemán. 

En el frente, algunos imprudentes se consuelan con el argumento de que podemos continuar la retirada hacia el Este, ya que tenemos inmensos territorios, abundante tierra y mucha población, y que siempre tendremos abundancia de pan. De este modo, intentan justificar su vergonzosa conducta en el frente. Pero todos estos argumentos son completamente falsos, son mentiras y trabajan a favor del enemigo. 

Cada comandante, cada soldado y comisario político tiene que comprender que nuestros recursos no son ilimitados. La Unión Soviética no es un territorio inhabitado, sino obreros, campesinos, intelectuales, nuestros padres y madres, esposas, hermanos, hijos. El territorio de la URSS, el que ha sido capturado por el enemigo y el que el enemigo quiere capturar, es pan y otros recursos para su ejército y su pueblo, hierro y combustible para sus industrias, fábricas y plantas que suministran a su ejército las armas y las municiones y también las vías férreas. Con la pérdida de Ucrania, Bielorrusia, el Báltico, la cuenca del Donetsk y otras regiones hemos perdido inmensos territorios, hemos perdido a sus habitantes, hemos perdidos alimentos, metales, plantas y fábricas. Ya no tenemos superioridad sobre el enemigo en recursos humanos y alimenticios. La continuación de la  retirada significará nuestra destrucción y también la de la Patria. Cada nuevo pedazo de territorio que cedemos fortalece a nuestro enemigo y nos debilita, debilita nuestras defensas, a nuestra Patria. 
 

Es por eso que tenemos que erradicar la idea de que podemos retirarnos indefinidamente, que tenemos mucho territorio, que nuestro país es grande y rico, que tenemos mucha población y que siempre tendremos suficiente pan. Estas convicciones son falsas y dañinas, nos debilitan y fortalecen al enemigo. Si no ponemos fin a la retirada, nos quedaremos sin pan, sin combustible, sin metales, sin materias primas, sin fábricas y plantas, sin vías férreas. 

La conclusión es que es hora de poner fin a la retirada. ¡Ni un paso atrás! Desde ahora, ésta debe ser nuestra consigna. 

Debemos defender tenazmente, hasta la última gota de sangre, cada posición, cada metro de tierra soviética; debemos aferrarnos a cada pedazo de tierra y defenderlo tanto tiempo como sea posible. Nuestra Patria está pasando por tiempos difíciles. Debemos detener al enemigo, a cualquier precio, para después hacerle retroceder y destruirle. Los alemanes no son tan fuertes como los instigadores del pánico dicen. Ellos están empleando sus fuerzas al límite. Resistir su embestida ahora significa asegurar la victoria en el futuro. ¿Podemos resistir y hacer retroceder al enemigo hacia el Oeste? Sí, podemos, porque nuestras plantas y fábricas en la retaguardia están trabajando a la perfección y suministrando a nuestro ejército cada vez más tanques, aviones, artillería y morteros. 

Entonces, ¿qué nos falta? Nos falta orden y disciplina en las compañías, regimientos y divisiones, en las unidades de tanques, en los escuadrones de la Fuerza Aérea. Ésta es nuestra mayor desventaja. Tenemos que establecer el orden y la disciplina más estrictos en nuestras fuerzas armadas, si queremos salvar la situación y defender nuestra Patria. Ya no podemos tolerar más comandantes, oficiales y comisarios políticos cuyas unidades abandonan voluntariamente sus posiciones. Ya no podemos tolerar el hecho de que los comandantes, oficiales y comisarios políticos permitan a los cobardes huir del campo de batalla, que los instigadores del pánico arrastren a otros soldados en su retirada y abran el paso al enemigo. Los instigadores del pánico y los cobardes serán exterminados en el sitio. De ahora en adelante, la ley de disciplina férrea para cada oficial, soldado y comisario político debe ser “Ni un paso atrás” sin órdenes superiores. Los comandantes de división, regimiento, batallón y compañía, así como los comisarios y oficiales políticos que retrocedan sin órdenes superiores son traidores a la Patria y serán tratados como traidores a la Patria. Esto es lo que exige nuestra Patria.

El cumplimiento de esta orden significa defender nuestro país, salvar nuestra Patria, destruir y vencer al odiado enemigo. 

Después de su retirada en el invierno ante la presión del Ejército Rojo, cuando la moral y la disciplina se desplomaron en las tropas alemanas, los alemanes tomaron estrictas medidas que les dieron buenos resultados. Formaron 100 compañías disciplinarias con los soldados que rompieron la disciplina por cobardía o vacilación; los enviaron a los sectores más peligrosos del frente y les ordenaron purgar sus faltas con su sangre. También formaron unos diez batallones disciplinarios con oficiales que habían roto la disciplina por cobardía y vacilación, les despojaron sus condecoraciones y les pusieron en sectores aún más peligrosas del frente para que purguen sus faltas con sangre. Por último, los alemanes formaron unidades especiales de guardias y las pusieron detrás de las divisiones poco fiables y les ordenaron ejecutar en el acto a quienes abandonen sus posiciones sin órdenes superiores o intenten rendirse. Como sabemos, estas medidas fueron eficaces, y ahora las tropas alemanas luchan mejor que durante el invierno pasado. Vemos que las tropas alemanas tienen buena disciplina, pese a que no tienen la elevada misión de proteger a su Patria, y sólo tienen una meta: conquistar una tierra extraña. Por el contrario, nuestras tropas, que tienen como su misión la defensa de la Patria profanada, no tienen esa disciplina y por eso son derrotadas.

¿No deberíamos aprender esta lección de nuestro enemigo, tal como en el pasado nuestros ancestros aprendieron de sus enemigos y los vencieron? Yo creo que sí debemos.   

EL MANDO SUPREMO DEL EJÉRCITO ROJO ORDENA:  

1. Los Consejos Militares de los Frentes y, ante todo, sus comandantes en jefe deben: 

a)     Erradicar resueltamente la actitud derrotista en las tropas y con mano férrea impedir cualquier propaganda acerca de que podemos y debemos continuar la retirada hacia el Este, y de que esta retirada no será perjudicial;
 
b)     Destituir a los Comandantes de Ejército que permitan a sus tropas retirarse sin autorización del Comandante del Frente, y enviarlos a la Stavka para ser sometidos a consejo de guerra;

c)      Crear en cada Frente de 1 a 3 (dependiendo de la situación) batallones disciplinarios (de 800 soldados), a los que serán enviados los comandantes y oficiales políticos de todas las armas que hayan infringido la disciplina por cobardía o vacilación. Estos batallones deberán ser ubicados en los sectores más difíciles de un Frente, dándoles así una oportunidad para purgar con sangre sus crímenes contra la Patria. 

2. Los Consejos Militares de los Ejércitos y, ante todo, sus comandantes en jefe deben: 

a)     Destituir a los comandantes y comisarios de División y de Cuerpo que permitan a sus tropas retirarse sin autorización del Comandante de Ejército, y enviarlos a los Consejos Militares de los Frentes para ser sometidos a consejo de guerra;

b)     Formar de 3 a 5 unidades (de 200 integrantes) bien armadas de guardias (de bloqueo), y desplegarlas en la retaguardia de las Divisiones poco fiables para ejecutar en el acto a los instigadores y a los cobardes en caso de pánico o de retirada caótica, dando así a soldados leales una oportunidad para cumplir su deber con la Patria;

c)      Formar de 5 a 10 (dependiendo de la situación) compañías disciplinarias (de 150-200 integrantes), las que serán enviados los alféreces y soldados que han infringido la disciplina por cobardía o vacilación. Estas unidades deben ser desplegadas en los sectores más difíciles del Frente, dando a sus soldados una oportunidad para purgar con sangre sus crímenes contra la Patria.

3. Los Comandantes y Comisarios de División y de Cuerpo deben:

a)     Destituir a los comandantes y comisarios de batallón y regimiento que permitan a sus tropas retirarse sin autorización del Comandante de División o de Cuerpo, despojarles sus condecoraciones y enviarles a los Consejos Militares de los Frentes para ser sometidos a consejo de guerra;

b)     Proporcionar todo la ayuda y apoyo posibles a las unidades de guardias (de bloqueo) del Ejército, en su trabajo de fortalecer la disciplina y el orden en las unidades.

Esta orden debe ser leída en voz alta en todas las compañías, tropas, baterías, escuadrones, equipos y  estados mayores.
 

El Comisario del Pueblo para la Defensa 
JOSÉ STALIN
 
Nota: Traducción de la versión en inglés publicada en la página de Ashland University. Se utilizaron como referencias las traducciones al español de Foro Segunda Guerra Mundial y Halcones Rojos.
 
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jueves, 23 de enero de 2014

Stalin y la Stavka en la Gran Guerra Patria

Inmediatamente después de iniciada la agresión nazi-fascista contra la Unión Soviética, se estableció el Cuartel General (Stavka Glavnogo Komandovaniia) de las Fuerzas Armadas soviéticas, el 23 de junio de 1941. El 30 de junio se creó el Comité de Defensa del Estado (Gosudarstvennyi Komitet Oborony, o GKO) que asumió las funciones del Consejo de Comisarios del Pueblo. El 10 de julio, Stalin es nombrado Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, y, el 19 de julio, asume además el cargo de Comisario del Pueblo de Defensa, reemplazando a Timoshenko.  El 8 de agosto, la Stavka se convierte en el Alto Mando Supremo, encabezada por Stalin, subordinada al GKO. De este modo quedó garantizada la unidad de mando y la dirección del Partido en la conducción de la Gran Guerra Patria soviética contra el invasor nazi-fascista. A continuación presentamos un capítulo del libro del Paul Adair, "La gran derrota de Hitler" que, sin ser una buena descripción de la Stavka, y pese a su anticomunismo, da unas breves pinceladas sobre el funcionamiento de ese órgano de conducción militar de la guerra y lo estricto que era Stalin en el trabajo. Además, al pie del presente artículo se puede descargar "La batalla de Moscú" del Mariscal Zhukov.
 

 

Stalin y la Stavka
Paul Adair
(1994) 
 
Aunque había muchas similitudes en la manera en que Stalin y Hitler dirigían su guerra, la maquinaria de sus respectivos altos mandos se había desarrollado de manera muy distinta. Mientras que el sistema alemán se basaba en el Estado Mayor tal y como lo había creado Von Gneisenau a principios del siglo XIX, los rusos después de la revolución no tenían un modelo comparable, y la mayor parte de la experiencia que habían ganado desde 1917 y la Guerra Civil se había perdido con las famosas purgas estalinistas de 1937-1938. Como veremos más adelante, la arremetida contra los altos cargos de las fuerzas armadas llevó a muchos oficiales no cualificados y relativamente jóvenes a posiciones de mando para las que no estaban preparados. Esta situación se podría comparar con la del Ejército alemán, pero por un motivo distinto. El rápido aumento de filas en la línea de frente y en las divisiones de reserva que había hecho Hitler había precisado un aumento correspondiente en el número de generales necesarios. Resulta sorprendente que hubiera tantos de calidad superior disponibles, y que tan pocos de ellos fallaran en cumplir sus responsabilidades al alto nivel que se les exigía.  
 
En el Ejército y la Marina Rojos había un control dual, militar y político, para asegurar la fiabilidad del cuerpo de oficiales, con comisarios nombrados en todos los niveles para validar las órdenes militares. El 30 de junio de 1941, Stalin creó el Comité de Defensa del Estado (GKO) que él mismo presidía, con Molotov como delegado y el mariscal K. Y. Voroshilov como miembro del consejo, aunque este último no duraría demasiado. El 8 de agosto, Stalin asumió el cargo de comandante supremo, y la Stavka (Estado Mayor) se convirtió en la Stavka del alto comandante supremo. Sus miembros se convirtieron en asesores personales de Stalin y serían enviados a los distintos frentes para recoger información o supervisar y coordinar operaciones especiales. Como veremos, esto es lo que ocurrió en la ofensiva de verano de junio de 1944. 
 
La Stavka operó desde Moscú durante toda la guerra, inicialmente desde el Kremlin, hasta que los bombarderos alemanes empezaron a atacar la ciudad. Se instaló un centro de operaciones en el refugio bajo tierra de la estación de metro de Kirovskaya. El jefe del Estado Mayor fue el general B. M. Shaposhnikov hasta finales de 1942, cuando fue sustituido por el coronel general A. M. Vasilevsky, que permaneció en el puesto hasta 1945. Su segundo, el general A. I. Antonov, fue nombrado en 1942 y permaneció en el cargo hasta que sucedió a Vasilevsky como jefe, al final de la guerra. El exigente cargo de jefe de la Directiva de Operaciones fue cubierto por el general S. M. Shtemenko en mayo de 1943. Los historiadores militares tienen una inmensa deuda con él por su descripción destacada y completa de la obra de la Stavka, publicada por primera vez en 1981 bajo el título The Soviet General Staff at War. 
 
Al igual que Hitler, Stalin era muy estricto y exigente. Controlaba todos los detalles de la guerra, y una vez ponía en marcha su sistema de mando, casi nada se hacía sin su aprobación. En una reciente biografía aparecen varios ejemplos que dan una idea de cómo era su relación con sus generales: los fracasos se trataban con dureza, y los más afortunados eran despedidos; otros serían sometidos a un juicio sumarísimo, sin derecho a apelación, y ejecutados. La veteranía tampoco era ninguna garantía contra la ira de Stalin, como Vasilevsky, jefe del Estado Mayor, descubriría el 17 de agosto de 1943: 
 
«Son ya las 3.30 del 17 de agosto y todavía no se ha dignado informar al Estado Mayor de los resultados de las operaciones del 16 de agosto y a dar su valoración de la situación.  
 
«Llevo mucho tiempo pidiéndole, como plenipotenciario del Estado Mayor, que mande informes especiales al acabar cada día de operaciones. Casi siempre, usted se ha olvidado de su responsabilidad y no ha mandado los informes... No puede esgrimir la excusa de la falta de tiempo, puesto que el mariscal Zhukov hace lo mismo que usted en el frente y nos manda los informes a diario. La diferencia entre usted y Zhukov es que él es disciplinado y conoce sus deberes con el Estado Mayor; mientras que usted carece de disciplina y olvida a menudo sus obligaciones. 
 
«Se lo advierto por última vez: si se permite una vez más olvidarse de sus deberes con el Estado Mayor, será destituido como jefe del Estado Mayor y se le enviará al frente».37 
 
Al igual que Hitler, Stalin sólo hizo una visita, simbólica, al frente, aunque le dio mucha relevancia ante Churchill y Roosevelt:  
 
«Recién regresado del frente, puedo ahora contestar a su carta del 19 de julio [1943]. No tengo ninguna duda de que son ustedes conscientes de nuestra situación militar y, por lo tanto, comprenderán el retraso. Tengo que hacer visitas personales cada vez más frecuentes a los distintos sectores del frente y subordinarlo todo a los intereses del frente».38 
 
Por lo que sabemos hasta la fecha, sólo hizo una vista. 
 
El propio Stalin establecía la rutina detallada, y pobre de aquel que se saliera de la misma. Shtemenko ofrece un retrato muy exacto de cómo era trabajar con él:  
 
«Los informes al comandante supremo se mandaban normalmente tres veces al día. El primero llegaba entre las 10 y las 11, normalmente por teléfono. Éste era mi trabajo. Por la tarde, entre las 4 y las 5, el jefe delegado del Estado Mayor mandaba su informe. Por la noche, nos dirigíamos los dos a la sede central con el informe resumen del día. Justo antes, la situación de cada frente había de quedar reflejada en mapas a escala 1:200.000 para mostrar la posición de las tropas, incluyendo la de cada división soviética y, a veces, la de cada regimiento. 
 
«El comandante supremo no estaba dispuesto a tolerar la más mínima distorsión ni mentira sobre los hechos, e imponía castigos durísimos a cualquiera que fuera sorprendido haciéndolo. Recuerdo bien cómo en noviembre de 1943, el jefe del Estado Mayor en el primer frente de Ucrania fue retirado de su puesto porque había omitido la captura por parte del enemigo de cierta zona importante habitada, con la esperanza de poder recuperarla».39 
 
Shtemenko describe el procedimiento en las reuniones informativas del GHQ (Cuartel General), que tenían lugar ya fuera en el Kremlin, ya en la dacha de Stalin:  
 
«En la parte izquierda del salón había una mesa larga y rectangular. El techo era abovedado y las paredes estaban revestidas de madera de roble claro. En la mesa extendíamos los mapas, a partir de los cuales informábamos de cada frente por separado, empezando por el sector en el que estaban sucediendo los hechos más importantes en aquel momento. No utilizábamos notas. Nos sabíamos la situación de memoria, y estaba también reflejada en el mapa».  
 
Después de esto, Stalin dictaba las órdenes que se tenían que transmitir a los frentes. Muchas de ellas no se mecanografiaban y se mandaban al Centro de Señales en su formato original. Las órdenes iban firmadas por Stalin, bien por su primer jefe delegado, el mariscal G.K. Zhukov, bien por el jefe del Estado Mayor, Vasilevsky. Si ambos se encontraban fuera de Moscú, iban firmadas por el general Antonov. 
 
Por las noches, a Stalin le gustaba trabajar hasta tarde, como a Churchill, y sus oficiales del Estado Mayor no regresaban a sus cuarteles hasta las 3 o las 4 de la madrugada. Shtemenko resume el efecto de trabajar a ese ritmo:  
 
«Nadie podía cambiar el riguroso sistema de trabajo que Stalin había establecido para el Estado Mayor. El enorme trabajo que había y la urgencia de todos los asuntos hacían que prestar servicio en el Estado Mayor resultara agotador en extremo. Trabajábamos al límite de nuestras fuerzas, sabiendo de antemano que seríamos severamente castigados en caso de cometer cualquier error. No todos eran capaces de soportar esa presión; algunos de mis camaradas sufrieron, hasta mucho tiempo después, debilidad nerviosa y problemas cardíacos. Muchos de ellos se retiraron a la reserva tan pronto acabó la guerra, antes de alcanzar al edad de la jubilación».40 
 
Tal vez el mariscal Zhukov deba tener la última palabra sobre las habilidades de Stalin:  
 
«Desde el punto de vista militar he estudiado a Stalin muy detalladamente, puesto que empecé la guerra a su lado y la acabé con él. Stalin dominaba la técnica de la organización de operaciones del frente y las operaciones de grupos de frentes, y los guiaba con maestría, comprendiendo a la perfección las complicadas cuestiones de estrategia. Empezó a desplegar su capacidad como comandante en jefe en Estalingrado».41 
 
Después de que el intento alemán de tomar Moscú fuera sofocado, el Ejército Rojo inició el proceso de remediar los errores y omisiones que se habían puesto en evidencia durante los desastres de 1941. Desde la Stavka se mandaron una retahíla de órdenes concentradas en operaciones ofensivas a los cuarteles generales del frente y del ejército de tierra. El 10 de enero de 1942, la Stavka afirmaba: «Es necesario que nuestras fuerzas aprendan a penetrar la línea de defensa del enemigo, a romper en profundidad las defensas del enemigo y a abrir rutas de avance para nuestra infantería, nuestros tanques y nuestra caballería».42 
 
A lo largo de 1942 y 1943, el Ejército Rojo dedicó mucho tiempo y esfuerzos a concebir una organización para sus tropas armadas que las hiciera capaces de penetrar las defensas alemanas y operar en su retaguardia en distancias considerables. Durante la década de 1930, el Ejército Rojo había logrado organizar una considerable fuerza de carros blindados, con cuatro cuerpos mecanizados de más de quinientos tanques cada uno, pero sus experiencias en España habían hecho pensar que éstos eran demasiado grandes y los redujeron a brigadas de tanques. Pero la observación de los logros alemanes con grandes formaciones blindadas en 1940 en Francia llevó a los rusos a crear primero 15 y luego 19 cuerpos mecanizados. La mayor parte de estas formaciones, equipadas con modelos primitivos de tanques, fueron destruidas por los alemanes. Fueron reemplazadas por brigadas separadas de tanques, pero éstas no eran lo bastante fuertes para infligir una penetración fuerte, de modo que, en su momento, fueron agrupadas en cuerpos de tanques. Pero ni siquiera éstos eran capaces de crear el impulso suficiente para apoyar operaciones profundas, de modo que los soviéticos formaron ejércitos de tanques, de los cuales al final se crearon seis. Éstos estaban constituidos por dos cuerpos de tanques con infantería y unidades de apoyo de todo tipo. Uno de estos ejércitos de tanques, el 5° de Guardias, participó en la ofensiva del verano de 1944 en Bielorrusia. 
 
De importancia especial para esta ofensiva fue la creación del grupo de caballería mecanizado, una formación más bien extraña pero muy efectiva. Éste consistía en un cuerpo de caballería y un cuerpo de tanques o mecanizado, y dotaba a los soviéticos de la capacidad de operar por territorio no apto para tanques y en cualquier condición climática. El Ejército Rojo concentró también muchas de sus unidades de apoyo de artillería en regimientos especiales de artillería y morteros, y formó regimientos de ingenieros con material para la construcción de puentes y la destrucción de minas. Éstos estaban agrupados en divisiones de apoyo, que permanecían en la reserva de la Stavka para destinarse a los ejércitos en misiones particulares. 
 
Las Fuerzas Aéreas Rojas no existían como servicio separado, sino que formaban parte del ejército, pero estaban representadas en la Stavka. Las fuertes pérdidas que sufrieron los primeros días de la guerra, cuando muchas de sus aeronaves fueron derribadas en el suelo y en el aire por parte de la Luftwaffe, hicieron que no pudiera tener un papel destacado en 1941. Gradualmente se fueron incorporando máquinas más modernas, que a poca altitud superaban en velocidad los más modernos aviones de combate alemanes. A medida que la ofensiva estratégica de bombardeos de los aliados iba adquiriendo impulso, los aviones de combate alemanes iban siendo llamados a defender los cielos de la madre patria y la aviación soviética tuvo así la oportunidad de desempeñar un papel importante en la batalla. 
 
El apoyo aéreo fue una parte integral de las operaciones de la ofensiva soviética, y a cada frente se le asignó un apoyo táctico por su propio ejército de aire, capaz de encargarse de la defensa aérea, asalto por tierra, misiones de reconocimiento y misiones de bombardeo de corto alcance. El comandante del Ejército de Aire era miembro del equipo del comandante del frente, y sus aeronaves estaban dedicadas al apoyo del frente. Además, se colocaron unidades de la Fuerza de Bombarderos de Largo Alcance que apoyaban a los frentes individuales para llevar a cabo misiones por tierra. 
 
En esencia, los soviéticos consideraban el apoyo táctico aéreo como una extensión de la artillería convencional. Durante la fase de ataque, sus objetivos principales fueron las posiciones de la artillería alemana, sus puntos de reunión y sus centros de comunicación. Después del ataque, los aviones se dedicaban a la protección antiaérea de las formaciones blindadas que iban en primera línea, y que tenían oficiales de enlace en los tanques que iban en cabeza. Eran especialmente eficaces atacando las reservas alemanas que intentaban avanzar para contraatacar. 
 
En verano de 1944, la situación era potencialmente difícil para las defensas alemanas, puesto que la mayor parte de los aviones de ataque de la Luftwaffe habían sido movilizados al oeste para hacer frente a los desembarcos en Normandía y a los bombardeos de los aliados. 
 
Notas 
 
37 Volkogonov, p. 453.
38 Ibíd., p. 481.
39 Shtemenko, S.M., The Soviet General Staff at War, 1941-1945, Progress Publishers, Moscú, 1981, pp. 182-184.
40 Ibíd., p. 186.
41 Ziemke, p. 507; Edmonds, p. 276.
42 Ziemke, p. 142.
 
Fuente: Paul Adair, “La gran derrota de Hitler. La caída del Grupo de Ejército Centro, junio de 1944”, Tempus, Barcelona, 1994.

jueves, 16 de enero de 2014

¿Desmentida la versión "oficial" de la masacre de Katyn?

La masacre de Katyn es el único "crimen" del stalinismo debidamente documentado, que hasta hace poco pasaba por ser un caso cerrado en el que la culpabilidad de Stalin y el gobierno soviético estaba "demostrada". Grover Furr, otros estudiosos, nuevas evidencias y una interpretación objetiva y científica de las anteriores evidencias, nos dicen que este caso está lejos de ser cerrrado y que las "conclusiones" -respaldadas por el reconocimiento de Gorbachov y Putin- no tienen bases sólidas. Por el contrario, las evidencias materiales conocidas hasta la fecha respaldan la tesis de que la masacre de Katyn, en la que murieron polacos y también miles de ciudadanos soviéticos, fue un acto perpetrado por los nazi-fascistas alemanes. En el estudio que publicamos a continuación, Grover Furr refuta las evidencias documentales que sirven de base a la versión "oficial" que echa la culpa a los soviéticos de la masacre de Katyn. El texto completo se puede descargar al pie del extracto que publicamos.
 


¿Desmentida la versión “oficial”
de la masacre de Katyn?
Descubrimientos en un sitio de asesinato masivo alemán en Ucrania
Grover Furr

(Extractos)
 
[...]
 

¿Qué sucedió, realmente?

Los descubrimientos en las fosas comunes de Volodymyr-Volyns’kiy constituyen un golpe mortal a la versión “oficial” de la Masacre de Katyn. Esto es algo que debe interesarnos a todos nosotros. Katyn ha sido el más famoso supuesto delito de Stalin y el gobierno soviético. Ha sido el crimen más firmemente basado en pruebas documentales. Por ejemplo, es diferente al presunto “Holodomor” o a la inanición supuestamente deliberada por parte de Stalin de millones de ucranianos en la hambruna de 1932-1933, para las que nunca ha habido evidencia fundada [44]. 

Todos los Estados post-soviéticos emplean hoy las historias de las “atrocidades soviéticas” para justificar las acciones pro-fascistas, antisemitas y pro-nazis de las fuerzas que se pusieron del lado de los alemanes contra la Unión Soviética, antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Katyn es la piedra angular del nacionalismo de extrema derecha polaco contemporánea. Katyn es también un componente clave de la propaganda antistalinista, antisoviética y anticomunista en general. Hasta ahora, ha sido la más conocida de tales supuestas atrocidades y, de lejos, la mejor documentada. Katyn ha sido el “crimen del estalinismo” mejor probado. Pero, ya no es así. 

Pero ¿qué sucedió, realmente? Mi punto de vista –y aquí estoy siguiendo a una serie de investigadores rusos muy competentes que han concluido igualmente que la versión “oficial” está equivocada– es que los soviéticos ejecutaron a algunos polacos. 

Sabemos que, en septiembre de 1939, después de ocupar Bielorrusia occidental y Ucrania occidental, antiguamente Polonia oriental, el NKVD soviético buscó a polacos que habían participado en la guerra de 1920-1921 en la que Polonia había quitado esos territorios a la República Socialista de Rusia, que entonces estaba exhausta tras cuatro años de guerra civil e intervención de los aliados, epidemia de tifus y hambruna [45]. La Polonia imperialista había privado de muchos de sus derechos nacionales y civiles a las poblaciones mayoritarias –bielorrusos, ucranianos y judíos– [46]. El gobierno polaco había enviado “colonos” (osadnicy) –principalmente ex oficiales militares– a “polonizar” (“hacer más polacas”) esas tierras, dándoles propiedades y haciéndoles funcionarios públicos y profesores. Polonia había reprimido violentamente al movimiento comunista y a las minorías ucraniana, bielorrusa y judía en esas tierras, al igual que en la misma Polonia. Además: durante la guerra ruso-polaca de 1920-1921 en alguna parte murieron en cautiverio polaco entre 18,000 y 60,000 prisioneros de guerra del Ejército Rojo. Hay buena documentación de que fueron tratados brutalmente, muertos de hambre, congelados y muchos de ellos abiertamente asesinados [47]. 

Por lo tanto, es probable que los soviéticos detuvieran y procesaran a cualquier prisionero de guerra y civiles polacos que descubrieron habían estado implicados en esos crímenes. Muchas de estas personas fueron deportadas a lugares de exilio en lo profundo de la URSS (donde muchos de ellos sobrevivieron a la Segunda Guerra Mundial, muy lejos de sus antiguos hogares, donde los combates y las matanzas masivas de nazis y ucranianos [48] fueron de los más feroces). Otros deben haber sido juzgados, condenados y ejecutados o enviados a campos de trabajo. 

Es probable que un número considerable de los prisioneros de guerra polacos –oficiales militares, policías y guardias de diversa índole– hayan estado involucrados en la represión o en las atrocidades contra las tropas soviéticas, comunistas, sindicalistas, obreros, campesinos, escuelas e instituciones bielorrusas, ucranianas y judías. La Unión Soviética les habría procesado. También es probable que algunos de los prisioneros de guerra polacos fueran condenados a trabajar en las zonas en que fueron capturados por los alemanes cuando invadieron la URSS en 1941, y posteriormente ejecutados, como lo fueron Kuligowski y Małowiejski. 

Los ex funcionarios del NKVD Soprunenko, Tokarev y Syromiatnikov testificaron que sabían de algunas ejecuciones de prisioneros polacos. Así que no hay razón para dudar de que los soviéticos fusilaran a algunos polacos. Pero los descubrimientos en Volodymyr Volyns’kiy prueban que los documentos de “tránsito” o de “embarque” no registran el envío de prisioneros para su ejecución. Esta es la base de la versión “oficial” de la Masacre de Katyn: ahora se ha demostrado que esto es falso. Los prisioneros de guerra polacos no estaban siendo enviados a la ejecución cuando los campamentos en que estaban recluidos fueron cerrados en abril-mayo de 1940.

Mi predicción es que en el mundo académico “predominante” –es decir, anticomunista– el discurso sobre la Masacre de Katyn cambiará muy poco. El anticomunismo predominante está motivado mucho más por la “corrección política” –por motivos políticos– que por el deseo de descubrir la verdad. Si los eruditos anticomunistas predominantes mencionan los descubrimientos Volodymyr-Volyns’kiy será sólo para descartarlos. Una forma de hacer esto se encuentra en el informe arqueológico ucraniano citado a continuación –que afirma que el NKVD realizó esas ejecuciones. Pueden inventarse otros subterfugios similares. Negarán, cueste lo que cueste, la importancia central de estos descubrimientos para el entendimiento objetivo de este infame acontecimiento histórico. 

Tal vez el informe arqueológico polaco anticipaba esto al relegar a una nota a pie de página el hallazgo de la insignia de Kuligowski. Se puede considerar un acto de principios, e incluso valiente, de la arqueóloga Dra. Dominika Sieminska, el revelar el descubrimiento de la insignia y dar los detalles importantes sobre él en el informe, sin importar cuán minimizado y subvalorado esté. Nadie la obligó a insertar esta información, que dirige la atención del lector a la contradicción entre el descubrimiento en Volodymyr-Volyns’skiy y la versión “oficial” de Katyn. El cuestionamiento de la versión “oficial” no es tolerado en la esfera pública en Polonia. Esperamos que la carrera de la Dra. Sieminska no sufra a causa de su adhesión a la objetividad científica.

El informe de la parte ucraniana del mismo equipo no menciona el descubrimiento de ninguna insignia. Más aún, el informe ucraniano se sale de su camino al sugerir que los soviéticos pueden aún ser, de alguna manera, responsables de las ejecuciones en masa. Discute el hallazgo del informe polaco de que las fosas utilizaron el “sistema de la Jeckeln”, “ya que sólo comenzó a ser utilizado por los nazis a finales de 1941 y a principios de 1942”. No incluye ninguna evidencia en apoyo de esta afirmación. 

Додатково хочеться відмітити, що даний метод розстрілів не можна називати «системою Єкельна», на який посилаються наші польські колеги. Цей нацистській метод не передбачав страти у поховальній ямі. До того ж його почали застосовувати лише наприкінці 1941 – на початку 1942 р. у Ризі, що хронологічно не відповідає володимирській страті. 

Además queremos señalar que este método de ejecución al que nuestros colegas polacos se refieren no debería ser llamado el “sistema Jeckeln”. Este método nazi no fue utilizado para las ejecuciones en una fosa funeraria. Además, comenzó a ser utilizado sólo a finales de 1941 y a principios de 1942 en Riga, lo que no se corresponde cronológicamente con las ejecuciones Volodymyr. 

El informe ucraniano menciona el hecho de que los casquillos de bala alemanes encontrados eran de 1941, pero luego afirma “Se sabe que los órganos soviéticos del NKVD utilizaron armas alemanas en ejecuciones masivas de ciudadanos polacos” [49]. 

У поховальних ямах виявлено ідентичні гільзи , головним чином калібру 9 мм. Більшість з них мають позначки dnh (виробництво заводу Верк Дурлах в Карлсрує, Німеччина) та kam (виробництво фабрики Hasag у Скаржиці Кам‘яній, Польща) 1941 р. Проте виявлені і декілька гільз радянського зразка. Все це потребує додаткових досліджень, оскільки стверджувати про те, що розстріли проводилися гітлерівцями при наявності в поховальних ямах гільз радянського зразка– не є об‘єктивним. Відомі факти (зокрема дані розстрілів польських військових у Катині), що радянські органи НКВС використовували при розстрілах німецьку зброю. 

En las fosas funerarias se encontraron casquillos idénticos, principalmente de calibre 9 mm. La mayoría de ellos tienen la marca “dnh” (producción de la fábrica Werk Drulach [50] en Karlsruhe, Alemania) y “kam” (producción de la fábrica Hasag en Skarżysko-Kamienna [51], Polonia) de 1941. Sin embargo también se encontraron unos pocos casquillos de tipo soviético. Todo esto requiere de una mayor investigación, puesto que no es objetivo afirmar que los disparos fueron realizados por los hitlerianos cuando en las fosas se encontraron casquillos de tipo soviético. Son hechos conocidos (incluyendo los hechos del fusilamiento de militares polacos en Katyn) que los órganos soviéticos del NKVD utilizaron armas alemanas en fusilamientos. 

Los detalles de los casquillos, 150 en total, encontrados en la fosa Nº 1 se dan en la nota a pie de página 3, página 8 del informe polaco, pero están ausentes en el informe ucraniano: 

1. “kam, 67, 19, 41”- 137 szt; 2. “dnh, *, 1, 41” - 7 szt; 3. Geco, 9 mm – 1 szt; 4. łuski bez oznaczeń, 7,62 x 25, wz. 30, produkcja ZSRR – 5 szt. 

1. “kam , 67, 19 , 41” – 137 unidades ; 2. “dnh, *, 1, 41” – 7 unidades; 3. Geco, 9 mm. – 1 unidad; 4. Casquillos sin marcas, calibre 7.62 x 25, producción de la URSS del tipo 1930 – 5 unidades. 

Estas marcas de identificación en los casquillos de bala se conocen como “headstamps”. De acuerdo con el análisis realizado por Sergei Strygin “kam, 67, 19, 41” significa la fábrica Hasag en Skarżysko-Kamienna, “67” el porcentaje de cobre en la bala, “19” el número de lote, y “41” el año de producción. “Dnh,*, 1, 41” significa la fábrica Durlach, “*” significa que el casquillo se revistió en latón; “1” es el número de lote y “41” el año de producción. Ciento cuarenta y cuatro, o el 96% de los 150 casquillos encontrados, eran de fabricación alemana y se pueden fechar en 1941 [52]. 

El informe polaco, pero no el ucraniano, también especifica los casquillos encontrados en la fosa Nº 2: 

1. “kam, 67. 19, 41” – 205 szt; 2. “dnh, *, 1, 41” – 17 szt; 3. łuski bez oznaczeń. 7.62 x 25. wz. 30, produkcja ZSRR – 2 szt; 4. łuska “B , 1906” 

1. “Kam, 67, 19, 41” – 205 unidades; 2. “Dny, *, 1, 41 – 17 unidades; 3. Casquillos sin marcas, calibre 7.62 x 25 – producción de la URSS de 1930 – 2 unidades; (un) casquillo “B, 1906”. 

De 225 casquillos encontrados en esta fosa, 205 son del tipo “Hasag” 1941 alemán, 17 son del tipo “Durlach” 1941 alemán, 2 son de tipo soviético de 1930 sin marca, y uno tiene marcado “B 1906” [53]. Entonces, el 98,67% de los casquillos son de fabricación alemana 1941 

Por el contrario, ninguno de los informes ucranianos cita el número de cada tipo de casquillo o el hecho de que los casquillos alemanes fabricados en 1941 constituyen la inmensa mayoría de las que se encontraron. El siguiente párrafo aparece palabra por palabra en cada uno: 

У поховальних ямах виявлено ідентичні гільзи , головним чином калібру 9 мм. Більшість з них мають позначки dnh (виробництво заводу Верк Дурлах в Карлсрує, Німеччина) та kam (виробництво фабрики Hasag у Скаржиці Кам‘яній, Польща) 1941 р. Проте виявлені і декілька гільз радянського зразка. Все це потребує додаткових досліджень, оскільки стверджувати про те, що розстріли проводилися гітлерівцями при наявності в поховальних ямах гільз радянського зразка– не є об‘єктивним. Відомі факти (зокрема дані розстрілів польських військових у Катині), що радянські органи НКВС використовували при розстрілах німецьку зброю [54].

En las fosas se encontraron casquillos idénticos, principalmente de calibre 9 mm. La mayoría de ellos tienen la marca “dnh” (planta de producción Werk Durlach en Karlsruhe, Alemania), y “kam” (fábrica de producción en Hasag Skarżysko Kamienna, Polonia) en 1941. Sin embargo, también se encontraron varios casquillos de bala de modelo soviético. Todo esto requiere de más investigación en la medida en que no es objetivo afirmar que los fusilamientos fueron realizados por los hitlerianos cuando en las fosas funerarias se encontró casquillos de modelo soviético. Se conocen ejemplos (incluidos los datos de los fusilamientos de soldados polacos en Katyn) en que los órganos soviéticos del NKVD utilizaron armas alemanas en las ejecuciones.
 

Hay algunos problemas con la conclusión del informe ucraniano. En primer lugar, es un ejemplo de razonamiento circular. Asume que los asesinatos en masa en Katyn, que hasta los alemanes admiten ​​se llevaron a cabo con munición alemana, fueron un crimen soviético. Pero esa es la suposición que los descubrimientos en Volodymyr-Volyns’kiy cuestionan. 

En segundo lugar, asume que incluso la enorme preponderancia de pertrechos alemanes no es suficiente para establecer que los asesinatos fueron realizados por los alemanes, ya que los soviéticos también pudieron utilizar la munición alemana. Sin duda, esta es la razón por la que el informe ucraniano no da el número de casquillos o el porcentaje de ellos que son de fabricación alemana de 1941. (Los informes ucranianos debieron haber añadido que los alemanes también pudieron utilizar munición soviética. Los alemanes capturaron inmensas cantidades de armas y municiones soviéticas en 1941). 

El informe ucraniano anota que en las fosas comunes también se encontró mujeres sosteniendo a sus hijos en sus pechos. 

Відмічено також, що вбиті часто прикривали обличчя руками, або обіймали іншу жертву (жінки тулили до себе і прикривали дітей). (Doslizhdennia; Zvit 15) 

También se observa que las personas asesinadas a menudo cubrían sus rostros con las manos, o abrazaban a otra víctima (las mujeres se abrazaban ellas mismas y cubrían a los niños). 

No hay ejemplos en ningún lugar de que el NKVD soviético disparara a niños. 

El arqueólogo ucraniano Oleksei Zlatohorskyy (en ruso: Aleksei Zlatogorskii) ha señalado los problemas políticos que plantea la identificación arqueológica polaca de los alemanes como los asesinos: 

Неосторожные высказывания польских археологов о принадлежности останков, найденных на территории замка Казимира Великого во Владимире-Волынском, могут поставить под сомнение уже известные преступления НКВД по отношению к польским офицерам, сообщил директор ГП "Волынские древности" Алексей Златогорский в комментарии Gazeta.ua.

Declaraciones imprudentes de los arqueólogos polacos acerca de las pertenencias de los restos encontrados en las tierras del castillo de Kazimir Velikii en Vladimir-Volynskii podrían poner en duda los crímenes ya conocidos del NKVD en relación con los oficiales polacos, dijo el director de la empresa estatal “Antigüedades Volyn” Aleksei Zlatogorskii en un comentario a Gazeta.ua [55].
 

Los únicos “crímenes ya conocidos del NKVD en relación con los oficiales polacos” es la Masacre de Katyn –para ser más precisos, la versión “oficial” de la Masacre de Katyn. El profesor Zlatohorskyy no explica de qué forma el informe polaco “pone en duda” la versión “oficial” de Katyn. 

El informe ucraniano antes citado parece ser una versión corta, tal vez la versión para Internet, de un informe más extenso escrito por Zlatohorskyy y otros dos arqueólogos ucranianos, S.D. Panishko y M.P. Vasheta. Este informe (Zvit) omite cualquier mención de Kuligowski, Małowiejski y sus insignias. Su apéndice sí incluye fotografías que también se encuentran en el informe polaco. Entre ellos se encuentra una foto de la charretera de policía polaco y la disposición “empaque de sardina” de los cadáveres de la fosa Nº 2 (Zvit 91, 92, 97). La disposición muy “ordenada” de los cuerpos contradice la descripción del profesor Kola. 

Se ha anunciado, para el 5 de marzo de 2013, la inauguración de una exposición en relación con este sitio en el Museo Histórico Volodymyr-Volyns’kiy. El artículo que lo acompaña dice solamente que en 1997 los investigadores asumieron que las víctimas enterradas allí eran polacos fusilados por el NKVD en 1939-40 y sugiere que esta sigue siendo su conclusión. 

Виставка розповідає про результати ексгумаційних робіт протягом 2010-2012 рр., розкриває перед відвідувачами основні віхи історії ще одного великого замку на Волині та страхітливого злочину, прихованих від людського ока. 

La exposición habla de los resultados de los trabajos de exhumación en los años 2010-2012, y revela a los visitantes los hitos básicos de otro gran castillo de Volhynia y de un crimen horroroso oculto para los ojos humanos [56]. 

Incluso si dejamos de lado todas las pruebas de que los alemanes mataron a las víctimas en Volodymyr-Volyns’kiy, queda el hecho de que la mayor parte de la munición utilizada fue fabricada en 1941. Los documentos de “tránsito” o “embarque” son de abril-mayo de 1940. Kuligowski y Małowiejski no pudieron haber sido asesinados antes de 1941. Nadie ha sugerido que fueran asesinados en Kalinin y Jarkiv en abril-mayo de 1940 y que luego sus insignias fueran llevadas a la fosa común en Volodymyr-Volyns’kiy, a cientos de kilómetros de distancia, y arrojadas a la fosa funeraria. 

En efecto, Kuligowski y Małowiejski fueron enviados fuera de sus campamentos de prisioneros de guerra en abril de 1940, según consta en las listas de tránsito soviéticos publicadas por Tucholski en 1991. Pero ninguno de ellos estaba siendo enviado para su ejecución. Fueron asesinados en 1941 en Volodymyr-Volyns’kiy, RSS de Ucrania. De acuerdo con la evidencia ahora disponible fueron asesinados por los alemanes. Pero esto no es importante para nuestros actuales propósitos. Lo importante es esto: no es válido concluir que alguno de los prisioneros enviados fuera de los campos de prisioneros de guerra polacos en abril-mayo 1940 estaba siendo enviado a su muerte. Esto por sí solo refuta la versión “oficial” de la Masacre de Katyn. 

Conclusión

Las opiniones de las personas que están motivadas por el deseo de conocer la verdad sobre Katyn y sobre cuestiones históricas en general, pueden ser modificadas por la evidencia descubierta en Volodymyr-Volyns’kiy. Esto sólo puede suceder si la noticia del descubrimiento, y de sus implicaciones para la comprensión del tema de Katyn, se hace ampliamente conocida y comprendida. 

Este no es un asunto fácil. Aparte de un pequeño número de investigadores, lo que la mayoría de la gente sabe sobre el tema de Katyn refleja la versión “oficial”. La discusión de Katyn se desalienta activamente en los círculos académicos y políticos predominantes bajo el pretexto de que el asunto ha sido tan firmemente establecido mediante pruebas que sólo comunistas y maniáticos pueden cuestionarlo.

 

 
 
Traducido para “Crítica Marxista-Leninista” por Inessa de la Torre y Thiago R.
 
Descargar el texto completo de "¿Desmentida la versión 'oficial' de la masacre de Katyn?" de Grover Furr (2013)