Programa del
Partido Obrero Socialdemócrata
adoptado en el Segundo
Congreso del Partido
(1903)
El desarrollo del intercambio ha establecido lazos tan estrechos entre todos los pueblos del mundo civilizado que el gran movimiento de emancipación del proletariado ha tenido que adquirir, como de hecho ha adquirido desde hace tiempo, un carácter internacional.
Considerándose
como uno de los destacamentos del ejército mundial del proletariado, los
socialdemócratas rusos persiguen el mismo objetivo final por el que luchan los socialdemócratas
de todos los demás países.
Este
objetivo último está determinado por la naturaleza de la actual sociedad
burguesa y la forma en que se está desarrollando.
La característica principal de esta sociedad es la producción de mercancías sobre la base de las relaciones de producción capitalistas, en la que la parte más considerable e importante de los medios de producción e intercambio de mercancías pertenece a una clase de personas numéricamente pequeña, mientras que la inmensa mayoría de la población está formada por proletarios y semiproletarios que están obligados por su situación económica, ya sea de forma continua o periódica, a vender su fuerza de trabajo, es decir, a convertirse en obreros asalariados para los capitalistas y crear, con su trabajo, ganancias para las clases altas de la sociedad.
El ámbito en el que prevalecen las relaciones de producción capitalistas se está extendiendo cada vez más y más, a medida que la mejora constante de la técnica –que aumenta el peso económico de las grandes empresas– produce el estrujamiento de los pequeños productores independientes, transformando a algunos de éstos en proletarios, reduciendo el papel de los demás en la vida social y económica, y en lugares sometiéndolos a una dependencia del capital más o menos completa, más o menos evidente y más o menos severa.
Este mismo progreso técnico también permite a los empresarios a hacer un uso creciente del trabajo femenino e infantil en el proceso de producción y circulación de mercancías. Y puesto que, además, conduce a una contracción relativa de la demanda de los empresarios por trabajo humano vivo, la demanda de fuerza de trabajo se queda inevitablemente rezagada detrás de la oferta, aumentando la dependencia del trabajo asalariado con respecto al capital y haciendo mayor el grado de explotación.
Esta situación en los países burgueses y la rivalidad entre estos países en el mercado mundial que se hace cada vez más intensa, hacen que sea aún más difícil encontrar puntos de venta de los bienes que producen en cantidades crecientes. La sobreproducción, que se manifiesta en las crisis industriales más o menos agudas seguidas por períodos más o menos prolongados de estancamiento industrial, constituye una consecuencia inevitable del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad burguesa. Las crisis y los períodos de estancamiento industrial, a su vez, arruinan todavía más a los pequeños productores, aumentan aún más la dependencia del trabajo asalariado del capital y conducen con mayor rapidez al empeoramiento relativo (y a veces también un absoluto) de la situación de la clase obrera.
Así, el progreso técnico, que significa el aumento de la productividad del trabajo y el crecimiento de la riqueza social, produce, en la sociedad burguesa, una mayor desigualdad social, una ampliación de la brecha entre los que tienen y los que no tienen, y un aumento de la precariedad de la existencia, del desempleo y de muchos tipos de privación de sectores cada vez más amplios de las masas trabajadoras.
Pero así como crecen y se desarrollan todas estas contradicciones, que son inherentes a la sociedad burguesa, también crece el descontento de los trabajadores y las masas explotadas con el orden de cosas establecido, aumenta el número y la cohesión del proletariado, y se intensifica la lucha entre el proletariado y sus explotadores. Al mismo tiempo, el progreso técnico, la concentración de los medios de producción y de cambio, y la socialización del proceso de trabajo en las empresas capitalistas, están creando a una velocidad cada vez mayor las condiciones materiales para la sustitución de las relaciones de producción capitalistas con los socialistas – es decir, para la revolución social, que es el fin último de toda la actividad del movimiento socialdemócrata internacional, como expresión consciente del movimiento de clase del proletariado.
Mediante la sustitución social de la propiedad privada de los medios de producción y de cambio, y la introducción de la organización planificada del proceso de la producción social, a fin de garantizar el bienestar y el desarrollo integral de todos los miembros de la sociedad, la revolución social del proletariado suprimirá la división de la sociedad en clases, y de este modo liberará a toda la humanidad oprimida, ya que pondrá fin a toda forma de explotación de una parte de la sociedad por otra.
Una condición necesaria para la revolución social es la dictadura del proletariado, es decir, la conquista por el proletariado de ese poder político que le permita reprimir cualquier resistencia de los explotadores.
Asumiendo como suya la tarea de hacer que el proletariado pueda cumplir su gran misión histórica, el movimiento socialdemócrata internacional organiza al proletariado en un partido político independiente opuesto a todos los partidos burgueses, dirige todas las manifestaciones de su lucha de clase, le expone la contradicción irreconciliable de intereses entre explotadores y explotados, y le explica el significado histórico y las condiciones previas necesarias de la inexorable revolución social. Al mismo tiempo, revela al resto de las masas trabajadoras y explotadas la desesperanza de su posición en la sociedad capitalista y la necesidad de la revolución social por el bien de su propia liberación del yugo del capital. El partido de la clase obrera, el Partido Socialdemócrata, convoca a sus filas a todos los sectores de la población trabajadora y explotada, en la medida que asuman el punto de vista del proletariado.
En
el camino de lograr su objetivo final común, que está condicionado por el
predominio del modo de producción capitalista en todo el mundo civilizado, los
socialdemócratas de los diferentes países están obligados a llevar a cabo
diferentes tareas inmediatas, porque este modo de producción no se ha desarrollado
en el mismo grado en todas partes, y porque su desarrollo en los diferentes
países se ha concretado en una variedad de circunstancias sociopolíticas.
En Rusia, donde el capitalismo se ha convertido en el modo de producción predominante,
todavía hay muchos vestigios del antiguo orden precapitalista que se basa en la
esclavitud de las masas trabajadoras por los terratenientes, el Estado y el
soberano. Obstaculizando el progreso económico en un grado muy considerable,
estas supervivencias inhiben un desarrollo integral de la lucha de clase del
proletariado y contribuyen al mantenimiento y la consolidación de las formas
más bárbaras de explotación de los muchos millones de campesinos por parte del
Estado y las clases propietarias, y mantienen al pueblo entero en la ignorancia
y la privación de derechos.
El
más importante de todos estos vestigios y el baluarte más poderoso de toda esta
barbarie es la autocracia zarista. Por su propia naturaleza es hostil a todo
progreso social, y no puede sino ser el enemigo más malévolo de todos los
esfuerzos del proletariado por la libertad.
Por
lo tanto, el Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia asume como su tarea política más inmediata el
derrocamiento de la autocracia zarista y su sustitución por una república democrática, la constitución
de la cual garantizará:
1. La soberanía del pueblo, es decir, la concentración del supremo poder del Estado íntegramente en las manos de una Asamblea Legislativa compuesta por representantes del pueblo y formando una sola cámara.
2. El sufragio universal, igual y directo, en las elecciones a la Asamblea Legislativa y a todos los órganos locales de autogobierno, para todos los ciudadanos y ciudadanas que hayan alcanzado la edad de 20 años; la votación secreta en las elecciones; el derecho de cada votante a ser elegido a cualquier órgano de representación; los parlamentos bienales; el pago de los representantes del pueblo.
3. La autonomía local amplia; el autogobierno regional para todas las localidades que se distinguen por condiciones especiales en relación con el modo de vida y la composición de la población.
4. La inviolabilidad de la persona y del domicilio.
5. La irrestricta libertad de conciencia, expresión, publicación y reunión, libertad de huelga y libertad de asociación.
6. La libertad de desplazamiento y del ejercicio de cualquier actividad profesional.
7. La abolición de los estamentos sociales, y la completa igualdad de derechos para todos los ciudadanos, sin distinción de sexo, religión, raza y nacionalidad.
8. El derecho de la población a recibir educación en su lengua materna, que será garantizado mediante la provisión de las escuelas necesarias para este fin, a expensas del Estado y de los órganos de autogobierno; el derecho de todo ciudadano a expresarse en su propio idioma en las reuniones; el uso de la lengua nativa en pie de igualdad con la lengua del Estado, en todas las instituciones estatales, públicas y locales.
9. El derecho a la autodeterminación de todas las naciones incluidas en los límites del Estado.
10. El derecho de las personas a encausar a cualquier funcionario ante un
jurado, mediante los canales habituales.
11. Los jueces elegidos por el pueblo.
12. Sustitución del ejército permanente por el armamento universal del pueblo.
13. La separación de la Iglesia del Estado y de la escuela de la Iglesia.
14. La educación general y vocacional, gratuita y obligatoria, para todos los niños, de ambos sexos, hasta los 16 años; a los niños pobres se les suministrará comida, ropa y libros de texto a expensas del Estado.
Como condición fundamental para la democratización de nuestras finanzas estatales, el POSDR exige la abolición de todos los impuestos indirectos y el establecimiento de un impuesto progresivo sobre la renta y la herencia.
En el interés de proteger a la clase obrera de la degradación física y moral, y también con el fin de desarrollar su capacidad para la lucha por la libertad, el Partido exige:
1. Limitación de la jornada diaria de trabajo a ocho horas, para todos los obreros asalariados.
2. Disposición legal de un período de descanso semanal, de una duración continua no menor de 42 horas, para los obreros asalariados, de ambos sexos, en todas las ramas de la economía.
3. Prohibición total de las horas extraordinarias.
4.
Prohibición del trabajo nocturno (entre 9 p.m.-6 a.m.) en todas las ramas de la
economía, con la excepción de aquellas en las que es absolutamente necesario,
debido a factores técnicos que están aprobadas por las organizaciones obreras.
5. Prohibición a los empleadores de la utilización del trabajo de niños en edad escolar (hasta 16), y limitación de la jornada laboral para los adolescentes (16-18) a seis horas.
6. Prohibición del trabajo femenino en todas las ramas en las que es nociva para el organismo de la mujer; las mujeres gozarán de licencias del trabajo durante cuatro semanas anteriores y seis semanas posteriores al parto, con el pago de los salarios a la tasa habitual a lo largo de este período.
7. Construcción, en conexión con todas las fábricas y otras empresas en las que trabajan mujeres, de guarderías para lactantes y niños de corta edad; permiso del trabajo a las mujeres que están alimentando a sus bebés, a intervalos de no más de tres horas, durante períodos de no menos de media hora.
8. Seguro estatal para los obreros, contra la vejez y contra la pérdida total o parcial de la capacidad de trabajo, con cargo a un fondo especial a ser financiado por un impuesto especial a los capitalistas.
9. Prohibición del pago de salarios en especie; pago de salarios sobre una base semanal y en efectivo, que conste en todos los acuerdos para la contratación de los trabajadores, sin excepción; los salarios se pagarán durante las horas de trabajo.
10. Prohibición a los empleadores de hacer deducciones de los salarios por cualquier razón y sin importar el propósito (multas, trabajo defectuoso, etc.).
11. Nombramiento de un número adecuado de inspectores de fábrica en todas las ramas de la economía, y la ampliación del ámbito de la supervisión de los inspectores de fábrica a todas las empresas que emplean mano de obra asalariada, incluidas las empresas estatales (el trabajo de los empleados domésticos también se someterá a esta inspección); designación de inspectoras para las ramas en las que se emplea mano de obra femenina; participación de los representantes electos de los obreros, pagados por el Estado, en la comprobación de la aplicación de la legislación fabril, y también en el establecimiento de tasas de salarios y la aceptación o rechazo de los materiales y del trabajo realizado.
12. Supervisión por los órganos de autogobierno local, con la participación de
los representantes electos de los trabajadores, de las condiciones sanitarias
de las viviendas asignadas a los trabajadores por sus empleadores, así como de las
disposiciones internas de estas edificaciones y de los términos en los que se
dejan – con el fin de proteger a los trabajadores asalariados de la injerencia
de los empleadores en sus vidas y actividades como personas privadas y
ciudadanos.
13. Establecimiento de inspección sanitaria debidamente organizada en todas las
empresas que emplean mano de obra contratada; toda la organización
médico-sanitaria será totalmente independiente de los empleadores; asistencia médica
gratuita para los obreros por cuenta de los empleadores, con la continuación del
pago del salario durante la enfermedad.
14. Toda violación, por parte de los empleadores, de las leyes para la
protección de los trabajadores constituirá una infracción penal.
15. Establecimiento en todas las ramas de la economía de los tribunales del
trabajo, integrados por un número igual de representantes de los trabajadores y
de los empleadores.
16. Los órganos de autogobierno local serán responsables de la creación de
oficinas (bolsas de trabajo) para gestionar el empleo de los trabajadores, locales
y recién llegados, en todas las ramas de la producción, con la participación en
el funcionamiento de estas oficinas de los representantes de las organizaciones
de los obreros.
A fin de acabar con los restos del régimen de servidumbre que pesan como un yugo abrumador sobre los campesinos, y en bien del libre desarrollo de la lucha de clases en el campo, el Partido
exige, en primer lugar:
1. Anulación del pago de rescates y capitaciones, así como de toda forma de obligación ya impuesta a los campesinos en calidad de sector tributario.
2. Derogación de todas las leyes que restringen la libertad de los campesinos a disponer de sus tierras.
3. Devolución a los campesinos de las sumas de dinero que se les ha arrancado como pagos de rescates y capitaciones; confiscación, a tal efecto, de propiedades de la iglesia y monasterios y también de tierras de la Corona y de infantazgos y las que pertenecen a los miembros de la familia imperial; imposición de un impuesto especial sobre los bienes de los miembros de la nobleza terrateniente que se han beneficiado de los préstamos de rescates: el dinero recaudado de esta manera será destinado a un fondo público para el bienestar y las necesidades culturales de las comunidades rurales.
1. Anulación del pago de rescates y capitaciones, así como de toda forma de obligación ya impuesta a los campesinos en calidad de sector tributario.
2. Derogación de todas las leyes que restringen la libertad de los campesinos a disponer de sus tierras.
3. Devolución a los campesinos de las sumas de dinero que se les ha arrancado como pagos de rescates y capitaciones; confiscación, a tal efecto, de propiedades de la iglesia y monasterios y también de tierras de la Corona y de infantazgos y las que pertenecen a los miembros de la familia imperial; imposición de un impuesto especial sobre los bienes de los miembros de la nobleza terrateniente que se han beneficiado de los préstamos de rescates: el dinero recaudado de esta manera será destinado a un fondo público para el bienestar y las necesidades culturales de las comunidades rurales.
4. Establecimiento de comités campesinos: (a) para la devolución a las
comunidades rurales (mediante expropiación o, en los casos en que la tierra ha
cambiado de propietario, mediante la compra por el Estado a expensas de las
grandes propiedades de la nobleza) de las tierras que fueron arrebatadas a los
campesinos cuando la servidumbre fue abolida y que ahora sirven a los
terratenientes como un medio para mantener a los campesinos en la servidumbre;
(b) para la entrega en propiedad a los campesinos de Caucasia, de aquellas
tierras en las que han estado trabajando como siervos temporales, khizani, etc.;
(c) para acabar con los vestigios de las relaciones de servidumbre que todavía
están intactas, en los Urales, en el Altai, en el territorio occidental y en
otras partes del país.
5. Conceder a los tribunales el derecho a reducir las rentas excesivamente altas
y a declarar nulas y sin efecto todas las transacciones basadas en la
servidumbre.
En su lucha por lograr sus objetivos inmediatos, el POSDR apoya todo movimiento
revolucionario y de oposición dirigido contra el orden social y político
imperante en Rusia, y, al mismo, tiempo rechaza resueltamente todas las reformas
propuestas relacionadas con la ampliación y fortalecimiento del tutelaje de la
policía y la burocracia sobre las clases trabajadoras.
Por su parte, el POSDR está firmemente convencido de que la realización completa, coherente y duradera de los cambios políticos y sociales mencionados es alcanzable sólo a través del derrocamiento de la autocracia y la convocatoria de una Asamblea Constituyente libremente elegida por todo el pueblo.
Fuente: “1903.
Second Congress of the Russian Social-Democratic Labour Party”, New Park Publications,
1978.
Traducido
para “Crítica Marxista-Leninista” por
Gabriel Lara Blásquez.