Mao Zedong, segundo de la izquierda en la tercera fila, en 1924 |
“Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de
producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de
producción (relaciones que en su mayor parte las leyes refrendan y
formalizan), por el papel que desempeñan
en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y la proporción en
que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases son
grupos humanos, uno de los cuales puede
apropiarse el trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen
determinado de economía social”.
(Lenin, Una gran iniciativa, 1919, O.E. en doce tomos, t. 10, Moscú)
Las Obras Escogidas de Mao Zedong se abren con el artículo “Análisis
de las clases de la sociedad china”, con fecha de marzo de 1927. Sin
embargo, la versión original del artículo fue realmente publicada en febrero de 1926. Chen Tu-siu, líder del
PCCh, no consideró el artículo de Mao como aceptable para su publicación en el
órgano del Partido. Mao lo publicó en “Chung-kuo
nung-min” (Campesino chino), el órgano del Buró Campesino del Comité
Ejecutivo del Kuomintang, en el que era un alto dirigente, representando al
PCCh.
Desde 1925, por lo menos, Mao había demostrado un especial interés en establecer
la actitud de las diferentes clases sociales hacia la revolución democrática: a
ello dedicó numerosos estudios e investigaciones concretas sobre las clases
sociales en el campo chino. No fue el único. Chen Tu-siu también escribió, en
aquellos años, sobre las clases sociales en China. Pero el interés de Mao iba
más allá de establecer qué clases sociales existían en China y cuál era su
ubicación con respecto a la revolución. Mao consideraba que las clases sociales
no eran grupos homogéneos, que existían diferencias en su seno. En ese sentido,
quiso ser más específico en su análisis, con el fin de establecer la posición,
el comportamiento y la actitud de fracciones, sectores o alas de cada una de
esas clases en la revolución china.
Un trabajo anterior de Mao, titulado “Análisis de varias capas del campesinado
chino y su actitud hacia la revolución”, de enero de 1926, sirvió de
base para la redacción de la parte correspondiente a las clases sociales en el
campo chino del ensayo de febrero de 1926. Este trabajo previo también se
publicó en la publicación del Buró Campesino del Comité Ejecutivo Central del
Kuomintang, en su edición de enero de 1926. Asimismo, el artículo “Análisis
de las clases de la sociedad china” es una versión desarrollada del
discurso de Mao en el I Congreso Campesino del Kuomintang de 1925.
“¿Quiénes son nuestros amigos y quienes son nuestros enemigos?”, “¿Con
quién unirse y a quién atacar?”, eran las preguntas que necesitaban ser
respondidas. El marxismo-leninismo indicaba que la clase obrera era la clase
llamada a liberar a las demás clases para liberarse a sí misma. Pero en la
China posterior a 1911, convulsionada y en constante guerra civil, masas ajenas
al proletariado desempeñaban papeles más destacados de lo que supuestamente el
marxismo establecía.
En 1926, la formación marxista de los principales líderes del PCCh era
bastante frágil, no habían asimilado los fundamentos del marxismo-leninismo y
en consecuencia no podían aplicarlos debidamente a la realidad china. Muchos
aprendieron en el proceso de la revolución. Mao no fue una excepción. El
marxismo de Mao en 1926 no era sólido, tenía graves errores teóricos que hoy no
se aceptarían en un dirigente comunista. Eso se puede observar en los trabajos
publicados por Mao en aquellos años. La pobreza de la formación marxista de los
líderes del PCCh llevó a Stalin a decir en julio de 1927:
“…desafortunadamente no tenemos un real o, si quieren, un verdadero Partido
Comunista en China. Si ustedes quitan a los comunistas de mando medio que son
un buen material de lucha pero son totalmente inexpertos políticamente,
entonces ¿qué es el actual Comité
Central del Partido Comunista de China? Nada sino una “amalgama” de frases
generales reunidas aquí y allá, no ligadas en una línea o idea guía. No
quiero ser muy exigente con el Comité Central del PCCh. Yo sé que no se puede
ser demasiado exigente con ellos. Pero sólo una simple exigencia: cumplan las
directivas de Comintern. ¿Se han
cumplido las directivas de Comintern? No. No, porque no las
entienden, o porque no quieren cumplirlas y tienen engañada a Comintern, o porque no son capaces de
cumplirlas. Eso es un hecho". (Stalin’s
Letters to Molotov, Carta 36, del 9 de julio de 1927, pp. 140-141).
De ahí que cuando se estudie y analice la supuesta o real posición de los
dirigentes chinos, incluido Mao, en relación con la revolución china y su
actitud ante las instrucciones de la Internacional Comunista, debe hacerse con
mucho cuidado, hay que tomarlo con pinzas, porque muchas versiones de hechos y
posiciones asumidas en aquel momento, han sido alteradas, para acomodarlas a
supuestas líneas correctas que vienen desde poco después de la fundación del
PCCh, reconstruyendo la “verdad histórica” en función de ciertos mitos. El
artículo “Análisis de las clases de la sociedad china” es sólo un ejemplo
de ello.
Si trazamos un paralelo entre dos contemporáneos, Mao (1893-1976) y
Mariátegui (1895-1930), mientras coincidieron en este mundo, podemos decir que
la formación marxista de Mariátegui era sólida. Muerto en 1930, sus obras
registran una aplicación original, creadora y correcta del marxismo a la
realidad peruana; están mejor cimentadas en el terreno del materialismo
histórico que las obras de Mao en los mismos años. Se pueden explicar estas diferencias
en la formación marxista, en función de distintos factores: su origen de clase,
el proceso de formación política, el movimiento revolucionario en sus países, la
difusión del marxismo en aquellos años, etc. Pero es evidente que Mariátegui
fue superior a Mao en esos años.
Lo cierto es que Mao no estaba adecuadamente pertrechado de la teoría
marxista cuando escribió “Análisis de las clases de la sociedad china”.
En 1925-1926, Mao era miembro del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang,
era vicepresidente del Departamento de Propaganda del Kuomintang (bajo el mando
de Wang Chin-wei) y era editor del órgano central del Kuomintang, hasta marzo
de 1926, cuando los comunistas fueron expulsados por Chiang Kai-shek de sus
posiciones dirigentes en el Kuomintang. Además, Mao era director del Instituto
de formación campesina del Kuomintang y participó activamente en los dos
primeros congresos campesinos del Kuomintang. Ese es el Mao que escribió “Análisis
de las clases de la sociedad china”: políticamente activo y alto
dirigente del PCCh y el Kuomintang.
Lo primero que se observa desde el punto de vista marxista, en la versión original de “Análisis de las clases de la sociedad china” es la división que hace de la
sociedad “de cualquier país”,
omitiendo el análisis de clase del materialismo histórico. Mao clasifica a la
sociedad china en “tres clases de
personas –las clases alta, media y baja”, sin especificar la naturaleza de
esa división y los elementos que dan contenido a esa división. Esta parte del
artículo fue eliminada de la versión de 1951 de las Obras Escogidas.
Alguien puede decir que la división anterior es sólo una forma
introductoria o una división de carácter general, a lo que a continuación se
dice:
“Un análisis detallado mostrará cinco clases: la gran burguesía, la
burguesía media, la pequeña burguesía, el semiproletariado y el proletariado.”
Sin embargo, este “marxismo” es sólo aparente. Mao
comete el error de meter en un mismo saco a distintas clases correspondientes a
formas de producción distintas, y las clasifica en función a niveles de
ingreso, sin considerar para nada las relaciones de producción que representan
o en las que participan.
En la gran
burguesía incluye a la burguesía compradora y a los terratenientes feudales,
que en China claramente representan dos tipos de relaciones de producción
distintos, por más que la burguesía compradora sea considerada como una
burguesía con fuertes lazos con la feudalidad. Esto se hace peor cuando incluye
entre los componentes de la gran burguesía, al mismo nivel que las otras dos,
clases en sí mismas, a los burócratas (no, no se refiere a los capitalistas
burocráticos) y a los caudillos militares. Así, Mao dice:
“La gran
burguesía… [ella incluye] la burguesía compradora –como los
banqueros (Lu Tsung-yu y Chen Lien-por), los comerciantes (Tang Shao-i y Robert
Ho-tung), los industriales (Chang Chien y Sheng En-hsi); los grandes terratenientes (Chang Tso-lin y
Chen Kung-shou); los burócratas (Sun
Pao-chfi y Yen Hui-chring); y los caudillos
militares (Chang Tso-lin y Tsao
Kun).”
El origen
de estos errores radica en que Mao no concibe a China como una formación
social, no empieza con una caracterización de la sociedad china. Habla de las
clases de la sociedad china sin definir el carácter de esa sociedad. De haberlo
hecho así, su división de las clases hubiera transitado por terreno más
firme, porque lo hubiera conducido a explicar las relaciones de producción en el
país. Esto lo corrige someramente en la versión de 1951, cuando, por lo
menos, caracteriza a China como “país
semicolonial y económicamente atrasado” y establece que la clase
terrateniente y la burguesía compradora “representan las relaciones
de producción más atrasadas y reaccionarias de China”. No
es mucho pero es un avance. Que Mao sostenía, ya en 1926, que China era un país
semicolonial y económicamente atrasado es algo que está corroborado por un escrito suyo
de setiembre de 1926 titulado “La revolución nacional y el movimiento
campesino”. Sin embargo, aparentemente, no estableció la
correspondencia adecuada entre el análisis de las clases sociales y el carácter
de la formación social china, algo fundamental en el estudio de una sociedad,
del que se derivan consecuencias estratégicas y tácticas para la revolución.
Luego vuelve a mezclar dos clases, esta vez
claramente contrapuestas, en una
misma “clase”, la burguesía media.
Según Mao esta clase comprende a los pequeños terratenientes feudales y a la
burguesía nacional. En la versión oficial de 1951, Mao corrige dos veces: primero, ya no menciona a los pequeños
terratenientes feudales (que no se sabe dónde los puso o reclasificó) como
parte de la burguesía media, y segundo, añade que la burguesía nacional “representa las relaciones de producción capitalistas en
la ciudad y el campo de China”.
Otro error importante, especialmente en un país
semicolonial y económicamente atrasado, es englobar en una sola clase a la
pequeñaburguesía urbana y al campesinado (aunque Mao sólo tome parte del
campesinado en este caso: los campesinos propietarios). Por lo general, se dice
que el campesinado es pequeñaburguesía, y esto es correcto dado que es una
clase en transición en dos aspectos: primero, porque está en camino entre las
relaciones de producción feudales y las relaciones de producción capitalistas,
y segundo, porque en su interior existe un proceso de diferenciación que
conducen a la incorporación de ciertos sectores del campesinado a otras clases
sociales, particularmente, a la burguesía y al proletariado rurales, en un
proceso lento de desarrollo capitalista. Pero en una sociedad donde los
remanentes de la feudalidad tienen una gran presencia, tanto en extensión como
en profundidad, en la economía y la sociedad, el campesinado debe ser
considerado como una clase aparte, claramente diferenciada, que está en
contradicción, en primer lugar, con los terratenientes feudales. En la versión
oficial de 1951, Mao persistió en esa
clasificación errónea.
Y también persistió (en la versión oficial de 1951)
en el error de considerar al semiproletariado
como clase, en la que incorpora a los campesinos semipropietarios, campesinos
arrendatarios y campesinos pobres, separándolos artificialmente de los
campesinos propietarios que los considera como pequeñaburguesía. De esta forma
no se puede entender el carácter del campesinado como clase ni la importancia
del proceso de diferenciación campesina en las etapas de la revolución. Por lo
común, se dice que los campesinos pobres son semiproletarios, para resaltar que
son los más cercanos a convertirse en proletarios debido al proceso de
diferenciación campesina y al avance de las relaciones mercantiles capitalistas
en el seno del campesinado. Pero considerar a los campesinos semipropietarios y
a los campesinos arrendatarios como semiproletarios es forzar demasiado el
concepto. Este es un error importante de Mao, gran conocedor del campo y los
campesinos.
Ambos errores, sin embargo, fueron corregidos en la versión oficial de “La
revolución china y el Partido Comunista de China” de diciembre de 1939,
donde Mao ya presenta separados a “los
diversos sectores de la pequeña burguesía, aparte del campesinado” y el campesinado, cuando expone las fuerzas
motrices de la revolución.
La definición de clases que enuncia Lenin en el
epígrafe, incluye las características fundamentales para estudiarlas, analizarlas
y exponerlas. En absoluta armonía con el marxismo, Lenin establece que las
clases se diferencian por el lugar que ocupan en un sistema de producción
históricamente determinado y por las relaciones que contraen en el proceso de
producción, es decir, las relaciones de producción (las relaciones de propiedad
o relaciones respecto a los medios de producción; las relaciones entre los hombres
en la producción misma o el papel que desempeñan en la organización social del
trabajo; y las relaciones de distribución o el modo de percibir y la proporción
en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen). Muy poco de
esto se ve en el análisis de las clases de Mao, que además de contener
errores notables desde el punto de vista del marxismo-leninismo, está sesgado hacia la
parte política de la cuestión, pese a tratar de pasar por un estudio de
carácter económico y social.
Algo que puede parecer anecdótico porque se refiere a un sector marginal de
la población, no lo es cuando se estudia con más atención y profundidad la
historia de la revolución china en esos años. En primer lugar, la definición de
lumpenproletariado es bastante elusiva
o engañosa: “compuesto de campesinos que
han perdido su tierra y de obreros artesanos sin trabajo”. Esta explicación
pierde el sentido aparente y se desdibuja, cuando Mao enumera a los grupos que
componen el lumpenproletariado: “El sector más grande del lumpenproletariado es el de los bandidos, después
los soldados, y luego los mendigos, asaltantes y ladrones, y prostitutas”. Estos son los que
en cualquier parte del mundo se consideran parte del lumpenproletariado, independientemente
de cuál es su clase de procedencia. En la primera parte de su exposición Mao da
una idea del lumpenproletariado como un sector de desempleados, dejando en segundo plano su condición de desclasados, que es lo que caracteriza
a esta parte de la población. La contradicción en esta explicación de Mao no es
lo único notable, también lo es su aseveración: “Esta gente es capaz de luchar con gran coraje y, si se la conduce de
manera apropiada, puede transformarse en una fuerza revolucionaria”. Y
llama la atención no porque no haya algo de verdad en lo que afirma, sino
porque reduce a su mínima expresión el carácter peligroso, como decía Marx, de
este lumpenproletariado, que la mayoría de las veces se vende a la reacción y no
le importa la revolución, a menos que pueda sacar provecho. En la versión
oficial de 1951, Mao añadió como
característica que esta gente es “inclinada a las acciones
destructoras”. Y en “La revolución china y el Partido Comunista
de China” desarrolló mejor
la idea:
“La condición colonial y semicolonial de China ha hecho aparecer en el
campo y la ciudad una multitud de desempleados. Sin ningún medio decente para
ganarse la vida, muchos de ellos se ven obligados a recurrir a medios deshonestos;
de ahí los bandoleros, gánsteres, mendigos y prostitutas y los numerosos
profesionales de la superstición. Esta capa social es vacilante; algunos de
ellos se dejan comprar fácilmente por las fuerzas reaccionarias, en tanto que
otros pueden unirse a la revolución. Carecen de espíritu constructivo, son más
proclives a la destrucción que a la construcción, y aquellos que se incorporan
a la revolución se convierten en una fuente de la mentalidad de
"insurrectos errantes" y del anarquismo en nuestras filas. Por eso,
tenemos que saber reeducarlos a la vez que precavernos de su tendencia a la
destrucción.”
Sin embargo, el problema no sólo fue teórico, era
sobre todo un problema de concepción del papel de las clases en la revolución. Meses
después de los Levantamientos de Nanchang y de la Cosecha de Otoño de 1927, Mao
y sus camaradas de comité fueron acusados por la dirección del PCCh de adoptar
una posición militarista en la lucha, de formar sus unidades militares con
elementos del lumpenproletariado y de entrar en alianzas con las bandas
organizadas del lumpenproletariado, de no incorporar a las masas campesinas al
levantamiento. Esto puede parecer inverosímil considerando la historia que pone
Mao como el defensor de la participación del campesinado en la revolución. Siendo
esto último cierto, tampoco deja de ser verdad la existencia de la Resolución
disciplinaria del Buró Político del PCCh, de noviembre de 1927, que destituyó a
Mao del Buró Político por los errores cometidos en los levantamientos.
En
la versión original del artículo que analizamos existen dos pasajes adicionales
que demuestran la deficiencia en la formación marxista de Mao en 1926. La
primera dice:
“La actitud de las diversas clases en China hacia
la revolución nacional se asemeja casi
enteramente a la actitud de las diferentes clases en los países capitalistas de
Europa occidental hacia la revolución social. Esto puede parecer extraño,
pero en realidad no lo es. La razón es que la revolución contemporánea [y la
revolución social en Europa] es una y la misma, tienen un objetivo y una
táctica similares.”
En este punto, es evidente que Mao
no tiene muy claras las diferencias entre las revoluciones democrática y
socialista. No utiliza el vocabulario marxista-leninista y tampoco establece
las diferencias en el contenido de cada etapa de la revolución, así como
tampoco reconoce las diferencias entre la revolución en los países
semicoloniales y la revolución en los países capitalistas de Europa. Peor aún
cuando dice que “la táctica es unir a los pueblos oprimidos y a las clases oprimidas para
luchar juntos”,
confundiendo, de este modo, la estrategia con la táctica, cuando Stalin ya
había enseñado en 1924, en sus Fundamentos del Leninismo que
“La estrategia consiste en determinar la dirección del golpe principal del
proletariado, tomando por base la etapa dada de la revolución, en elaborar el
correspondiente plan de disposición de
las fuerzas revolucionarias (de las reservas principales y secundarias), en
luchar por llevar a cabo este plan a todo lo largo de la etapa dada de la
revolución.” (Énfasis nuestro)
El otro punto cuestionable en un marxista es la
afirmación que hace Mao en el artículo:
“Los dos problemas
de China son: la pobreza y el desempleo. Por lo tanto, si el problema del
desempleo se soluciona, sería equivalente a la resolución de la mitad de los
problemas de China”.
El problema campesino y el problema de la lucha antiimperialista no entran todavía
en su análisis, todavía están lejanas las tres grandes montañas: “el
imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático”. Estos pasajes
erróneos fueron borrados de la versión
oficial de 1951. Sin embargo, es importante destacar que Mao comprendía en
esos años la importancia del problema campesino para la revolución china y la
importancia de incorporar al campesinado a la revolución. Por esa razón,
sorprende la afirmación anterior, más cercana al análisis sociológico
pequeñoburgués que al análisis marxista. En su artículo “La revolución nacional y el
movimiento campesino” de setiembre de 1926, sostenía con seguridad:
“El problema campesino es el problema central de la revolución nacional.”
En esto, Mao no se diferenciaba mucho del resto de dirigentes del PCCh, lo
que lo hizo singular en aquellos años
fueron algunas de sus tesis sobre el campesinado y el movimiento campesino que
se alejaban del marxismo-leninismo para acercarse a posiciones claramente populistas,
campesinistas. Pero ese es otro tema que va más allá del comentario sobre el
artículo “Análisis de las clases de la sociedad china”.
Este es el Mao Tse-tung de 1926,
un marxista poco sólido, miembro de la dirección del PCCh y el Kuomintang, que
alcanzará importancia política a partir de las montañas de Chingkang y que,
mejorando su formación marxista, elaborará, en la segunda mitad de la década de
1930, la línea política y militar del PCCh que conducirá al triunfo de la
revolución democrática popular en China. También es el Mao que arrastrará
algunos de sus errores fundamentales hasta después del triunfo de la revolución
democrática, errores persistentes que explican en buena cuenta los problemas
del tránsito de la revolución democrática a la revolución socialista y las
limitaciones que tuvo la revolución socialista en China.
Descargar Mao - Análisis de las clases de la sociedad china. Versión original.