martes, 16 de octubre de 2012

El “marxismo” de Mao Zedong en la versión original de “Análisis de las clases de la sociedad china”

por Facundo Borges
Mao Zedong, segundo de la izquierda en la tercera fila, en 1924
 

“Las clases son grandes grupos de hombres que se diferencian entre sí por el lugar que ocupan en un sistema de producción social históricamente determinado, por las relaciones en que se encuentran con respecto a los medios de producción (relaciones que en su mayor parte las leyes refrendan y formalizan), por el papel que desempeñan en la organización social del trabajo, y, consiguientemente, por el modo de percibir y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen. Las clases son grupos humanos, uno de los cuales puede apropiarse el trabajo de otro por ocupar puestos diferentes en un régimen determinado de economía social”.
(Lenin, Una gran iniciativa, 1919, O.E. en doce tomos, t. 10, Moscú)
  
Las Obras Escogidas de Mao Zedong se abren con el artículo Análisis de las clases de la sociedad china, con fecha de marzo de 1927. Sin embargo, la versión original del artículo fue realmente publicada en febrero de 1926. Chen Tu-siu, líder del PCCh, no consideró el artículo de Mao como aceptable para su publicación en el órgano del Partido. Mao lo publicó en “Chung-kuo nung-min” (Campesino chino), el órgano del Buró Campesino del Comité Ejecutivo del Kuomintang, en el que era un alto dirigente, representando al PCCh.  
 
Desde 1925, por lo menos, Mao había demostrado un especial interés en establecer la actitud de las diferentes clases sociales hacia la revolución democrática: a ello dedicó numerosos estudios e investigaciones concretas sobre las clases sociales en el campo chino. No fue el único. Chen Tu-siu también escribió, en aquellos años, sobre las clases sociales en China. Pero el interés de Mao iba más allá de establecer qué clases sociales existían en China y cuál era su ubicación con respecto a la revolución. Mao consideraba que las clases sociales no eran grupos homogéneos, que existían diferencias en su seno. En ese sentido, quiso ser más específico en su análisis, con el fin de establecer la posición, el comportamiento y la actitud de fracciones, sectores o alas de cada una de esas clases en la revolución china.  
 
Un trabajo anterior de Mao, titulado “Análisis de varias capas del campesinado chino y su actitud hacia la revolución”, de enero de 1926, sirvió de base para la redacción de la parte correspondiente a las clases sociales en el campo chino del ensayo de febrero de 1926. Este trabajo previo también se publicó en la publicación del Buró Campesino del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang, en su edición de enero de 1926. Asimismo, el artículo “Análisis de las clases de la sociedad china” es una versión desarrollada del discurso de Mao en el I Congreso Campesino del Kuomintang de 1925. 
 
“¿Quiénes son nuestros amigos y quienes son nuestros enemigos?”, “¿Con quién unirse y a quién atacar?”, eran las preguntas que necesitaban ser respondidas. El marxismo-leninismo indicaba que la clase obrera era la clase llamada a liberar a las demás clases para liberarse a sí misma. Pero en la China posterior a 1911, convulsionada y en constante guerra civil, masas ajenas al proletariado desempeñaban papeles más destacados de lo que supuestamente el marxismo establecía. 
 
En 1926, la formación marxista de los principales líderes del PCCh era bastante frágil, no habían asimilado los fundamentos del marxismo-leninismo y en consecuencia no podían aplicarlos debidamente a la realidad china. Muchos aprendieron en el proceso de la revolución. Mao no fue una excepción. El marxismo de Mao en 1926 no era sólido, tenía graves errores teóricos que hoy no se aceptarían en un dirigente comunista. Eso se puede observar en los trabajos publicados por Mao en aquellos años. La pobreza de la formación marxista de los líderes del PCCh llevó a Stalin a decir en julio de 1927: 
 
“…desafortunadamente no tenemos un real o, si quieren, un verdadero Partido Comunista en China. Si ustedes quitan a los comunistas de mando medio que son un buen material de lucha pero son totalmente inexpertos políticamente, entonces ¿qué es el actual Comité Central del Partido Comunista de China? Nada sino una “amalgama” de frases generales reunidas aquí y allá, no ligadas en una línea o idea guía. No quiero ser muy exigente con el Comité Central del PCCh. Yo sé que no se puede ser demasiado exigente con ellos. Pero sólo una simple exigencia: cumplan las directivas de Comintern. ¿Se han cumplido las directivas de Comintern? No. No, porque no las entienden, o porque no quieren cumplirlas y tienen engañada a Comintern, o porque no son capaces de cumplirlas. Eso es un hecho". (Stalin’s Letters to Molotov, Carta 36, del 9 de julio de 1927, pp. 140-141).
 
De ahí que cuando se estudie y analice la supuesta o real posición de los dirigentes chinos, incluido Mao, en relación con la revolución china y su actitud ante las instrucciones de la Internacional Comunista, debe hacerse con mucho cuidado, hay que tomarlo con pinzas, porque muchas versiones de hechos y posiciones asumidas en aquel momento, han sido alteradas, para acomodarlas a supuestas líneas correctas que vienen desde poco después de la fundación del PCCh, reconstruyendo la “verdad histórica” en función de ciertos mitos. El artículo “Análisis de las clases de la sociedad china” es sólo un ejemplo de ello.
 
Si trazamos un paralelo entre dos contemporáneos, Mao (1893-1976) y Mariátegui (1895-1930), mientras coincidieron en este mundo, podemos decir que la formación marxista de Mariátegui era sólida. Muerto en 1930, sus obras registran una aplicación original, creadora y correcta del marxismo a la realidad peruana; están mejor cimentadas en el terreno del materialismo histórico que las obras de Mao en los mismos años. Se pueden explicar estas diferencias en la formación marxista, en función de distintos factores: su origen de clase, el proceso de formación política, el movimiento revolucionario en sus países, la difusión del marxismo en aquellos años, etc. Pero es evidente que Mariátegui fue superior a Mao en esos años.
 
Lo cierto es que Mao no estaba adecuadamente pertrechado de la teoría marxista cuando escribió “Análisis de las clases de la sociedad china”.
 
En 1925-1926, Mao era miembro del Comité Ejecutivo Central del Kuomintang, era vicepresidente del Departamento de Propaganda del Kuomintang (bajo el mando de Wang Chin-wei) y era editor del órgano central del Kuomintang, hasta marzo de 1926, cuando los comunistas fueron expulsados por Chiang Kai-shek de sus posiciones dirigentes en el Kuomintang. Además, Mao era director del Instituto de formación campesina del Kuomintang y participó activamente en los dos primeros congresos campesinos del Kuomintang. Ese es el Mao que escribió “Análisis de las clases de la sociedad china”: políticamente activo y alto dirigente del PCCh y el Kuomintang.
 
Lo primero que se observa desde el punto de vista marxista, en la versión original de “Análisis de las clases de la sociedad china” es la división que hace de la sociedad “de cualquier país”, omitiendo el análisis de clase del materialismo histórico. Mao clasifica a la sociedad china en “tres clases de personas –las clases alta, media y baja”, sin especificar la naturaleza de esa división y los elementos que dan contenido a esa división. Esta parte del artículo fue eliminada de la versión de 1951 de las Obras Escogidas.
 
Alguien puede decir que la división anterior es sólo una forma introductoria o una división de carácter general, a lo que a continuación se dice:
 
“Un análisis detallado mostrará cinco clases: la gran burguesía, la burguesía media, la pequeña burguesía, el semiproletariado y el proletariado.” 
 
Sin embargo, este “marxismo” es sólo aparente. Mao comete el error de meter en un mismo saco a distintas clases correspondientes a formas de producción distintas, y las clasifica en función a niveles de ingreso, sin considerar para nada las relaciones de producción que representan o en las que participan. 
 
En la gran burguesía incluye a la burguesía compradora y a los terratenientes feudales, que en China claramente representan dos tipos de relaciones de producción distintos, por más que la burguesía compradora sea considerada como una burguesía con fuertes lazos con la feudalidad. Esto se hace peor cuando incluye entre los componentes de la gran burguesía, al mismo nivel que las otras dos, clases en sí mismas, a los burócratas (no, no se refiere a los capitalistas burocráticos) y a los caudillos militares. Así, Mao dice: 
 
La gran burguesía… [ella incluye] la burguesía compradora –como los banqueros (Lu Tsung-yu y Chen Lien-por), los comerciantes (Tang Shao-i y Robert Ho-tung), los industriales (Chang Chien y Sheng En-hsi); los grandes terratenientes (Chang Tso-lin y Chen Kung-shou); los burócratas (Sun Pao-chfi y Yen Hui-chring); y los caudillos militares (Chang Tso-lin y  Tsao Kun).
 
El origen de estos errores radica en que Mao no concibe a China como una formación social, no empieza con una caracterización de la sociedad china. Habla de las clases de la sociedad china sin definir el carácter de esa sociedad. De haberlo hecho así, su división de las clases hubiera transitado por terreno más firme, porque lo hubiera conducido a explicar las relaciones de producción en el país. Esto lo corrige someramente  en la versión de 1951, cuando, por lo menos, caracteriza a China como “país semicolonial y económicamente atrasado” y establece que la clase terrateniente y la burguesía compradora representan las relaciones de producción más atrasadas y reaccionarias de China”. No es mucho pero es un avance. Que Mao sostenía, ya en 1926, que China era un país semicolonial y económicamente atrasado es algo que está corroborado por un escrito suyo de setiembre de 1926 titulado “La revolución nacional y el movimiento campesino”. Sin embargo, aparentemente, no estableció la correspondencia adecuada entre el análisis de las clases sociales y el carácter de la formación social china, algo fundamental en el estudio de una sociedad, del que se derivan consecuencias estratégicas y tácticas para la revolución. 
 
Luego vuelve a mezclar dos clases, esta vez claramente contrapuestas, en una misma “clase”, la burguesía media. Según Mao esta clase comprende a los pequeños terratenientes feudales y a la burguesía nacional. En la versión oficial de 1951, Mao corrige dos veces: primero, ya no menciona a los pequeños terratenientes feudales (que no se sabe dónde los puso o reclasificó) como parte de la burguesía media, y segundo, añade que la burguesía nacional representa las relaciones de producción capitalistas en la ciudad y el campo de China”.
 
Otro error importante, especialmente en un país semicolonial y económicamente atrasado, es englobar en una sola clase a la pequeñaburguesía urbana y al campesinado (aunque Mao sólo tome parte del campesinado en este caso: los campesinos propietarios). Por lo general, se dice que el campesinado es pequeñaburguesía, y esto es correcto dado que es una clase en transición en dos aspectos: primero, porque está en camino entre las relaciones de producción feudales y las relaciones de producción capitalistas, y segundo, porque en su interior existe un proceso de diferenciación que conducen a la incorporación de ciertos sectores del campesinado a otras clases sociales, particularmente, a la burguesía y al proletariado rurales, en un proceso lento de desarrollo capitalista. Pero en una sociedad donde los remanentes de la feudalidad tienen una gran presencia, tanto en extensión como en profundidad, en la economía y la sociedad, el campesinado debe ser considerado como una clase aparte, claramente diferenciada, que está en contradicción, en primer lugar, con los terratenientes feudales. En la versión oficial de 1951, Mao persistió en esa clasificación errónea. 
 
Y también persistió (en la versión oficial de 1951) en el error de considerar al semiproletariado como clase, en la que incorpora a los campesinos semipropietarios, campesinos arrendatarios y campesinos pobres, separándolos artificialmente de los campesinos propietarios que los considera como pequeñaburguesía. De esta forma no se puede entender el carácter del campesinado como clase ni la importancia del proceso de diferenciación campesina en las etapas de la revolución. Por lo común, se dice que los campesinos pobres son semiproletarios, para resaltar que son los más cercanos a convertirse en proletarios debido al proceso de diferenciación campesina y al avance de las relaciones mercantiles capitalistas en el seno del campesinado. Pero considerar a los campesinos semipropietarios y a los campesinos arrendatarios como semiproletarios es forzar demasiado el concepto. Este es un error importante de Mao, gran conocedor del campo y los campesinos. 
 
Ambos errores, sin embargo, fueron corregidos en la versión oficial de “La revolución china y el Partido Comunista de China” de diciembre de 1939, donde Mao ya presenta separados a “los diversos sectores de la pequeña burguesía, aparte del campesinado” y el campesinado, cuando expone las fuerzas motrices de la revolución. 
 
La definición de clases que enuncia Lenin en el epígrafe, incluye las características fundamentales para estudiarlas, analizarlas y exponerlas. En absoluta armonía con el marxismo, Lenin establece que las clases se diferencian por el lugar que ocupan en un sistema de producción históricamente determinado y por las relaciones que contraen en el proceso de producción, es decir, las relaciones de producción (las relaciones de propiedad o relaciones respecto a los medios de producción; las relaciones entre los hombres en la producción misma o el papel que desempeñan en la organización social del trabajo; y las relaciones de distribución o el modo de percibir y la proporción en que perciben la parte de la riqueza social de que disponen). Muy poco de esto se ve en el análisis de las clases de Mao, que además de contener errores notables desde el punto de vista del marxismo-leninismo, está sesgado hacia la parte política de la cuestión, pese a tratar de pasar por un estudio de carácter económico y social.
 
Algo que puede parecer anecdótico porque se refiere a un sector marginal de la población, no lo es cuando se estudia con más atención y profundidad la historia de la revolución china en esos años. En primer lugar, la definición de lumpenproletariado es bastante elusiva o engañosa: “compuesto de campesinos que han perdido su tierra y de obreros artesanos sin trabajo”. Esta explicación pierde el sentido aparente y se desdibuja, cuando Mao enumera a los grupos que componen el lumpenproletariado: El sector más grande del lumpenproletariado es el de los bandidos, después los soldados, y luego los mendigos, asaltantes y ladrones, y prostitutas”. Estos son los que en cualquier parte del mundo se consideran parte del lumpenproletariado, independientemente de cuál es su clase de procedencia. En la primera parte de su exposición Mao da una idea del lumpenproletariado como un sector de desempleados, dejando en segundo plano su condición de desclasados, que es lo que caracteriza a esta parte de la población. La contradicción en esta explicación de Mao no es lo único notable, también lo es su aseveración: “Esta gente es capaz de luchar con gran coraje y, si se la conduce de manera apropiada, puede transformarse en una fuerza revolucionaria”. Y llama la atención no porque no haya algo de verdad en lo que afirma, sino porque reduce a su mínima expresión el carácter peligroso, como decía Marx, de este lumpenproletariado, que la mayoría de las veces se vende a la reacción y no le importa la revolución, a menos que pueda sacar provecho. En la versión oficial de 1951, Mao añadió como característica que esta gente es inclinada a las acciones destructoras”. Y en “La revolución china y el Partido Comunista de China” desarrolló mejor la idea: 
 
“La condición colonial y semicolonial de China ha hecho aparecer en el campo y la ciudad una multitud de desempleados. Sin ningún medio decente para ganarse la vida, muchos de ellos se ven obligados a recurrir a medios deshonestos; de ahí los bandoleros, gánsteres, mendigos y prostitutas y los numerosos profesionales de la superstición. Esta capa social es vacilante; algunos de ellos se dejan comprar fácilmente por las fuerzas reaccionarias, en tanto que otros pueden unirse a la revolución. Carecen de espíritu constructivo, son más proclives a la destrucción que a la construcción, y aquellos que se incorporan a la revolución se convierten en una fuente de la mentalidad de "insurrectos errantes" y del anarquismo en nuestras filas. Por eso, tenemos que saber reeducarlos a la vez que precavernos de su tendencia a la destrucción.” 
 
Sin embargo, el problema no sólo fue teórico, era sobre todo un problema de concepción del papel de las clases en la revolución. Meses después de los Levantamientos de Nanchang y de la Cosecha de Otoño de 1927, Mao y sus camaradas de comité fueron acusados por la dirección del PCCh de adoptar una posición militarista en la lucha, de formar sus unidades militares con elementos del lumpenproletariado y de entrar en alianzas con las bandas organizadas del lumpenproletariado, de no incorporar a las masas campesinas al levantamiento. Esto puede parecer inverosímil considerando la historia que pone Mao como el defensor de la participación del campesinado en la revolución. Siendo esto último cierto, tampoco deja de ser verdad la existencia de la Resolución disciplinaria del Buró Político del PCCh, de noviembre de 1927, que destituyó a Mao del Buró Político por los errores cometidos en los levantamientos. 
 
            En la versión original del artículo que analizamos existen dos pasajes adicionales que demuestran la deficiencia en la formación marxista de Mao en 1926. La primera dice:

“La actitud de las diversas clases en China hacia la revolución nacional se asemeja casi enteramente a la actitud de las diferentes clases en los países capitalistas de Europa occidental hacia la revolución social. Esto puede parecer extraño, pero en realidad no lo es. La razón es que la revolución contemporánea [y la revolución social en Europa] es una y la misma, tienen un objetivo y una táctica similares.
            En este punto, es evidente que Mao no tiene muy claras las diferencias entre las revoluciones democrática y socialista. No utiliza el vocabulario marxista-leninista y tampoco establece las diferencias en el contenido de cada etapa de la revolución, así como tampoco reconoce las diferencias entre la revolución en los países semicoloniales y la revolución en los países capitalistas de Europa. Peor aún cuando dice que la táctica es unir a los pueblos oprimidos y a las clases oprimidas para luchar juntos”, confundiendo, de este modo, la estrategia con la táctica, cuando Stalin ya había enseñado en 1924, en sus Fundamentos del Leninismo que
 
“La estrategia consiste en determinar la dirección del golpe principal del proletariado, tomando por base la etapa dada de la revolución, en elaborar el correspondiente plan de disposición de las fuerzas revolucionarias (de las reservas principales y secundarias), en luchar por llevar a cabo este plan a todo lo largo de la etapa dada de la revolución.” (Énfasis nuestro) 
 
El otro punto cuestionable en un marxista es la afirmación que hace Mao en el artículo: 
 
Los dos problemas de China son: la pobreza y el desempleo. Por lo tanto, si el problema del desempleo se soluciona, sería equivalente a la resolución de la mitad de los problemas de China”.
 
El problema campesino y el problema de la lucha antiimperialista no entran todavía en su análisis, todavía están lejanas las tres grandes montañas: “el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático”. Estos pasajes erróneos fueron borrados de la versión oficial de 1951. Sin embargo, es importante destacar que Mao comprendía en esos años la importancia del problema campesino para la revolución china y la importancia de incorporar al campesinado a la revolución. Por esa razón, sorprende la afirmación anterior, más cercana al análisis sociológico pequeñoburgués que al análisis marxista. En su artículo “La revolución nacional y el movimiento campesino” de setiembre de 1926, sostenía con seguridad: 
 
“El problema campesino es el problema central de la revolución nacional.” 
 
En esto, Mao no se diferenciaba mucho del resto de dirigentes del PCCh, lo que lo hizo singular en aquellos años fueron algunas de sus tesis sobre el campesinado y el movimiento campesino que se alejaban del marxismo-leninismo para acercarse a posiciones claramente populistas, campesinistas. Pero ese es otro tema que va más allá del comentario sobre el artículo “Análisis de las clases de la sociedad china”.
 
Este es el Mao Tse-tung de 1926, un marxista poco sólido, miembro de la dirección del PCCh y el Kuomintang, que alcanzará importancia política a partir de las montañas de Chingkang y que, mejorando su formación marxista, elaborará, en la segunda mitad de la década de 1930, la línea política y militar del PCCh que conducirá al triunfo de la revolución democrática popular en China. También es el Mao que arrastrará algunos de sus errores fundamentales hasta después del triunfo de la revolución democrática, errores persistentes que explican en buena cuenta los problemas del tránsito de la revolución democrática a la revolución socialista y las limitaciones que tuvo la revolución socialista en China.
 
Descargar  Mao - Análisis de las clases de la sociedad china. Versión original.