Publicamos a continuación dos textos de Nexhmije Hoxha, camarada de armas y esposa de Enver Hoxha. El primero corresponde a extractos breves de una carta desde la prisión, fechada en 1992. En ella cuenta algunos detalles del proceso de pérdida de poder del Partido del Trabajo de Albania. Es particularmente reveladora en cuanto a la falta de firmeza y liderazgo, a la vacilación y desesperación, el aislamiento y la tolerancia de Ramiz Alia ante los momentos críticos que se desarrollaban, que no era otra cosa que el reflejo de las falencias de la propia dirección del Partido. Las condiciones en que se desarrolló el X Congreso del PTA anunciaron el proceso de abandono abierto de la línea del Partido, de la desintegración de la dirección partidaria, del rompimiento de la unidad en su seno y la posterior conversión en un partido burgués reformista.
El segundo texto corresponde a la intervención de Nexhmije Hoxha en el Seminario de Bruselas de 1998, organizado por el Partido del Trabajo de Bélgica encabezado por Ludo Martens. En ese discurso se hace un brevísimo repaso de la restauración del capitalismo, en el que se destaca un hecho singular que no se dio en los procesos de restauración del capitalismo en la URSS, en los otros países europeo-orientales o en China. La restauración del capitalismo en Albania asumió un carácter destructivo en el que a la captura del poder político por las fuerzas de la burguesía, a la subversión de las relaciones de producción socialistas, se sumó la destrucción física y el desmantelamiento de las empresas industriales, las cooperativas agrícolas, los servicios sociales, etc., llevando a Albania a un retroceso en todo sentido. En los procesos de restauración de tipo soviético, la burguesía revisionista en la década de los 1960, manteniendo el poder del Estado, asumió el control de todas las ramas de la economía, sustituyendo las relaciones de producción socialistas por las capitalistas, sin destruir su base material y técnica. Cuando el capitalismo de tipo soviético, asumió las formas que hoy tiene con la desintegración de la URSS, hubo cambio de manos en el control del poder del Estado burgués y en la propiedad de los medios de producción, pero nuevamente tampoco hubo proceso de destrucción de la base técnico-material. Este es un hecho peculiar que merece estudio, al igual que otros rasgos característicos del proceso albanés. Es nuestra intención publicar otros documentos sobre el proceso de restauración capitalista en Albania, que contribuyan a entender por qué el socialismo dirigido por un Partido marxista-leninista, campeón de la lucha contra el revisionismo, entra en declinación y luego contribuye a la maduración de las condiciones para su propia caída.
Carta desde la prisión
Nexhmije
Hoxha
De La Forge
15 de julio – 31 de agosto de 1992
[Introducción editorial]
Albania sigue hundiéndose
en el caos. Cientos de personas han asaltado de nuevo las embajadas y los
barcos para tratar de salir del país. Los nuevos líderes del Partido Demócrata
en el poder ya se están escindiendo. En este contexto, es grande el riesgo de
que se quiera hacer recaer la responsabilidad en el antiguo régimen y convertir
a los líderes del PTA en chivos expiatorios. Los restos de aquellos que fueron
enterrados en el cementerio de los mártires han sido removidos de ese lugar
simbólico para ser colocados en una fosa común. Decenas de ex dirigentes están
actualmente bajo proceso judicial. Entre ellos se encuentra Nexhmije Hoxha,
miembro de la dirección del PTA desde su fundación y viuda del líder del PTA
Enver Hoxha (quien murió en abril de 1985). A la edad de 75 años, ella está
encarcelada, aislada, enferma, a la espera de ser condenada o puesta en
libertad.
En uno de sus últimos
números, el periódico “A
Classe Operaria” del Partido Comunista de
Brasil (PCB) ha publicado una traducción de una larga carta de Nexhmije Hoxha
dirigida a Joao Amazonas, presidente del PCB. Ella da las gracias, entre otros,
a todos los que desde Francia, Italia, Brasil... le han demostrado su simpatía
o han intercedido ante las autoridades albanesas para que se le proporcione un
mínimo de garantías judiciales.
Publicamos extractos de
esta carta por dos razones principales.
Ante todo, porque se trata
de una militante que sigue defendiendo el comunismo y está siendo perseguida
por un régimen que quiere poner fin a todo aquello que, más cerca o más lejos,
está relacionado con el pasado socialista de ese país.
También porque ofrece un
testimonio, limitado por supuesto, en relación con el último período de la
historia de Albania, que ha visto la completa liquidación del régimen
socialista. Como ella enfatiza al final de su carta, todos los archivos del PTA
están hoy en manos del Partido Socialista, un partido que se ha lanzado a los
brazos de la Internacional Socialista. Uno puede imaginarse el uso que pueden
hacer de ellos.
Por razones de extensión,
estamos publicando sólo extractos relativos a los aspectos menos conocidos de
la situación. Nuestros lectores pueden remitirse a los artículos que hemos
escrito en nuestros números anteriores sobre la actual situación caótica, sobre
las maniobras de la reacción interna apoyadas por los imperialistas, y sobre el
comportamiento cobarde de ciertos falsos comunistas.
[Carta]
Tirana, 14 de abril de 1992
“... He visto con plena confianza la actividad de una nueva organización, la
juventud euro-socialista que a pesar de cómo se autodenominan y del hecho de
que son una rama del Partido Socialista, son independientes de este último.
Incluso a pesar de que se han distanciado del pasado y critican al PTA y a
Enver Hoxha, lo que es importante es que esta organización está en proceso de
congregar a la gente joven que es estable, sana, culta, que le encanta aprender
y se opone al PD [Partido Demócrata] y su organización juvenil que es conocida
por su liberalismo degenerado, su espíritu anárquico, su cosmopolitismo y
esnobismo”.
Al explicar por qué no tiene confianza en el Partido Socialista, N. Hoxha critica
al partido actualmente en el poder y demuestra la incapacidad de ese partido:
“El nuevo presidente, Sali Berisha, practica la política de un diletante y
es una persona que carece de estabilidad. (Fue comunista durante 27 años y
Secretario del Partido en la Facultad de Medicina y se ha transformado hoy en
una furioso anticomunista).”
Procede a analizar el último período:
“...Sobre todo después de que fuera derribada la estatua de Enver en
Tirana, –y se sospecha fuertemente de que el ex ministro del Interior Hekuram
Isai no hizo nada al respecto–, el presidente Ramiz Alia perdió la confianza
del pueblo. Ramiz Alia subestimó al pueblo y perdió contacto con él, hasta el
punto de perder las elecciones en su propio distrito. Permaneció aislado, distante,
sin camaradas, sin el pueblo, sin poder. Algunas personas dicen que fue
sacrificado y que asumió una carga que pesaba demasiado. Esto es cierto, pero debió
haber mostrado mayor determinación. Algunas personas cuestionan su paciencia,
su tolerancia y su permanente actitud de evitar el derramamiento de sangre, a
pesar de las manifestaciones ilegales o mientras los monumentos estaban siendo
destruidos por todas partes. Nadie quería derramamiento de sangre. Esto fue afirmado
por todos, incluido el Pleno del CC del Partido. Yo también dije eso. Cuando la
estatua de Enver fue derribada en Tirana, y cuando vi en la televisión a gente
enojada en las reuniones, cuando un millón de personas había firmado un
documento que expresaba su voluntad de defender a Enver, con el lema: ‘Vamos a
Tirana para poner la estatua de nuevo en su lugar’, yo también tuve el temor de
que una acción bárbara de los vándalos del PD llevara a nuestro pueblo a una sangrienta
provocación, y que esa sería una mancha indeleble unida al nombre de Enver”.
“...Fui a la sede del CC, directamente al gabinete de Ramiz Alia. Tenía
numerosas cartas procedentes de las reuniones, que contenían insultos y
críticas inequívocas hacia él, dirigidas contra el decreto que había firmado, y
condenando el bárbaro derribamiento de la estatua de Enver, mostrado muchas
veces en la televisión. Era evidente que estaba muy desesperado ante la
situación creada”.
“...Le dije a Ramiz que, como militante comunista que llevaba el apellido
de Enver, yo estaba dispuesta a ir a todas las regiones del país, para reunirme
con la gente, hablar con ella, calmar los ánimos, etc... Pero él vaciló, porque
en las regiones también había extremistas del PD, furiosos anti-Enveristas, y podía
sucederme algo. Acordamos convocar en Tirana a 20-30 personas de cada región. Hablamos
con ellos durante dos días”.
“La gente habló libremente acerca de las capitulaciones de Ramiz Alia y él
dijo: “¿Adónde nos llevan ustedes?”. Se dio cuenta de que había perdido la
confianza de los comunistas y de los simpatizantes del PTA y de Enver. La gente
exigía con insistencia un referéndum para decidir si la estatua debería ser
restablecida en su lugar. Hablé y, entre otros, defendí a Ramiz porque la
situación lo exigía: ‘¿A quién le vamos a confiar la dirección del país?’, me
pregunté. Sobre el referéndum, dije que en caso de que se decidiera celebrar
uno, no sería sólo una cuestión de decidir qué hacer con la estatua, sino,
además, decidir el papel y el lugar de E. Hoxha en la historia de este medio
siglo”.
Al referirse al X Congreso del PTA,
el último Congreso:
“...Para la preparación del informe y de los documentos del Congreso, Ramiz
propuso la creación de una comisión grande, fuera del CC. Y esto fue aceptado.
Durante el Pleno del CC celebrado dos días previos al Congreso, algunos
miembros de la comisión comenzaron a
atacar a los miembros del Buró Político y exigieron su expulsión del Pleno y
del Partido. Se formularon propuestas
para disolver el CC, para que en el Congreso se pueda escuchar la voz de
las nuevas fuerzas. Le dije al camarada Ramiz que esto tiene un nombre: golpe de Estado. ¿Cómo una comisión puede
ser capaz de revocar al CC del Partido, además el Congreso se va a reunir aquí
en dos días y la mayoría del CC no se opone a una nueva línea, sino que
analiza, discute y se muestra preocupada? Pero lo que no tuvo lugar en el Pleno sucedió en la primera sesión del
Congreso. Hubo una exigencia de que
la vieja dirección del Partido rindiera cuentas, pero no una exigencia de autocrítica
de la línea política (lo que habría implicado igualmente al antiguo primer
secretario, Ramiz Alia). Lo que hicieron fue enumerar hechos y cifras para
desacreditar a los camaradas de la dirección que tenían ciertos privilegios
vinculados a su función, pero lo que desbordó los ánimos fue la realidad de
ciertos excesos cometidos por algunos camaradas,
como la concesión de favores a personas cercanas a ellos, de diferencias
relacionadas con la alimentación, el alojamiento, etc., elementos que, en el
contexto de las grandes dificultades creadas por la falta de trabajo y de alimentos,
pusieron muy sensibles a los delegados al Congreso. Muchos de esos dirigentes fueron expulsados del
Partido, sin tener en
cuenta su lucha y su trabajo, que representaba en el caso de algunos de ellos de
40 a 45 años de su vida.
“...Recientemente, sobre la base de la Asociación de los Partisanos de
Enver, se ha formado el Partido Comunista. En mi opinión, hubiera sido mejor que
esta asociación se mantuviera como tal, al menos por el momento; hubiera sido capaz
de seguir siendo un movimiento amplio. Pero los miembros querían crear un
partido para participar en la vida parlamentaria (no tuvieron éxito, víctimas
de numerosas manipulaciones e intrigas). También querían tener un órgano de
prensa, algo permitido a los partidos. De cualquier manera, tendrán tiempos
difíciles. El presidente del Partido es un poeta, Hysni Milloshi , un hombre
sencillo, muy valiente y guiado por una lógica inflexible. Sus artículos son
muy bienvenidos por los comunistas y los simpatizantes de Enver.
“Para concluir, unas palabras sobre mí misma. He estado prisionera desde el 4 de diciembre. Se ha hecho una investigación en mi ausencia y han fracasado una tras otra las acusaciones iniciales de ‘apropiación de sumas importantes [de dinero] del Estado’. La prensa realizó su argumentación basada en el hecho de que supuestamente aprovechamos la tesorería del Estado y que hicimos depósitos en bancos suizos. ¡Tonterías! Las acusaciones de usurpación del poder no tienen ningún fundamento. No se ha planteado ninguna acusación legal contra mí porque todos los gastos se han justificado mediante las decisiones del Partido o del Estado, con los documentos firmados por las autoridades para todo lo concerniente a la recepción [de dinero], de lo que sigue, etc.”
“...Después de iniciada la investigación, seis o siete abogados se negaron
a defenderme porque no quieren comprometerse. El que había aceptado me abandonó
durante la investigación porque él y su familia fueron víctimas de amenazas, como
la mafia acostumbra hacer en algunos países. Me hice cargo de mi propia defensa
hasta el final de la investigación. Pero cuando terminé mi declaración
política, en la que rechacé todas las acusaciones, inmediatamente me notificaron
la decisión de arrestarme y me llevaron directamente desde el lugar de la
investigación hacia la cárcel y me pusieron en un régimen de aislamiento.
“... Hay veinte personas acusadas, y cuatro o cinco en prisión. He pedido
que mi caso sea separado de los demás y que no se presente ante un tribunal militar.
En caso de que se retrase el juicio he exigido el beneficio de prisión domiciliaria.
De hecho, la sentencia no se ha producido por motivos electorales. Ningún juez
o fiscal quiere, por liberarnos, sacrificar el puesto que el nuevo Parlamento le
ha conferido.
Discurso pronunciado en el Seminario en
Bruselas
Nexhmije Hoxha
1 de mayo de 1998
Queridos camaradas:
Después de haber estado por
varios años en un régimen de aislamiento en la cárcel y después de haber sido
impedida de participar en la vida política y pública, tengo el gran placer de
participar en este encuentro con los amigos sinceros de Albania y camaradas de
nuestro único ideal, el marxismo-leninismo.
Aprovecho esta ocasión para
saludarles y agradecerles, a ustedes y a sus partidos, así como a los grupos
representados, por el apoyo que han dado a mi país y a todos nosotros, los
comunistas albaneses, en los momentos más difíciles que hemos pasado y seguimos
pasando.
Permítanme saludar y agradecer
especialmente a los camaradas del PTB y al camarada Ludo Martens por el honor
que me han conferido al invitarme a los eventos por el ciento cincuenta aniversario
del Manifiesto Comunista, así como a
este seminario.
El tema de este seminario es
muy interesante, y en esta ocasión quien hablará es el camarada Hysni Milloshi,
representante del PCA, recientemente legalizado.
Me gustaría hacer hincapié en
que estaré muy feliz si puedo hablar de la lucha de la clase obrera, de su éxito
durante estos últimos años y sobre las perspectivas que se le abren en la
víspera del siglo XXI. Por desgracia, en Albania, por el momento, no existe una
clase obrera en el verdadero sentido de la palabra. Hay mucha gente
desempleada, proletarios listos para
vender su fuerza de trabajo, pero de hecho no hay más clase obrera y sin
duda no está más en el poder. Las fuerzas oscurantistas han revertido el
sistema socialista en Albania con una
ferocidad bárbara y, contrariamente
a lo que ha ocurrido en los otros países ex socialistas, estas fuerzas han arruinado completamente nuestra
industria, así como toda la riqueza que el pueblo albanés creó a costa de
grandes sacrificios durante los cincuenta años de Poder popular bajo la
dirección del PCA (PTA) y Enver Hoxha. A excepción de algunas centrales
hidroeléctricas, ninguna fábrica se
mantiene en pie. Las máquinas y las herramientas fueron destruidas y revendidas en el extranjero
como vulgar chatarra, destinada a ser fundida. Incluso se removieron las
vías ferroviarias para revenderlas en Yugoslavia, vía Montenegro.
¿Cómo llegaron los albaneses a este punto? No es
fácil de entender. Son ellos los que construyeron el país con gran
entusiasmo. Durante 45 años, trabajaron y vivieron tranquilamente, honestamente,
unidos. Una persona se suicida cuando está muy desesperada. Esta
autodestrucción del pueblo albanés parece ser el síntoma de una inmensa
desesperación. Se sintieron abandonados en la encrucijada. Pero los albaneses
siempre han sido un pueblo fuerte, valiente, orgulloso y honesto. Es un pueblo
muy unido, con virtudes y una cultura milenaria, y nadie puede cambiar este carácter
en cinco años. Sin embargo, lo que pasó
con Albania muestra la naturaleza inhumana del capitalismo y el imperialismo.
Albania es el único país de
Europa en el que el 60% de la población es rural. La colectivización de la
tierra (aparte de las parcelas privadas) se extendió a todo el territorio. La
vida de los habitantes era modesta, sobre todo en las localidades de montaña (debe
saberse que 2/3 de Albania es montañosa), pero su existencia había cambiado por
completo en comparación con la época del rey Zog. Cada pueblo tenía su escuela,
su centro médico y su clínica de maternidad. El teléfono y las calles pavimentadas
dieron a los campesinos la posibilidad de modificar profundamente su
existencia. La electrificación de todos los pueblos, incluso los más lejanos,
la difusión de la radio, la televisión y todos los demás aparatos, fueron una
verdadera revolución.
Hoy en día, las cooperativas agrícolas han sido
liquidadas, todas las plantaciones
de cítricos y los olivares se han convertido en un páramo. Los campesinos son
propietarios de la tierra, pero, al igual que los pequeños capitalistas en una
sociedad capitalista primitiva en proceso de dar el primer paso, no pueden
cultivar sus tierras debido a la falta de medios mecánicos y de fertilizantes
químicos, ya que no tienen forma de adquirirlos. Todo el sistema de asignaciones que se había establecido durante el Poder
popular, ha sido destruido. Los
pantanos han resurgido y la malaria ha reaparecido, mientras que en nuestro
tiempo era imposible encontrar un solo caso para ilustrar a los estudiantes de
medicina. Otras enfermedades endémicas, como la tuberculosis, han reaparecido. Los centros médicos en las aldeas ya no
existen y las escuelas tampoco pudieron escapar de la destrucción general.
El Poder popular, de conformidad con el programa del Partido del Trabajo, los
había construido en toda Albania, incluso en las zonas montañosas más remotas;
y cientos de profesores y médicos trabajaron con pasión para desarrollar estas
zonas. En el momento en que el Partido Comunista tomó el poder, el 85-90% de la
población albanesa era analfabeto, y sólo había 360 intelectuales que se habían
graduado en universidades extranjeras. En muy poco tiempo, se eliminó el
analfabetismo y, dos o tres décadas más tarde, todos los jóvenes en las
ciudades y pueblos terminaron al menos el curso de la educación obligatoria
(octavo grado). A principios de los años noventa, el plan preveía que el 70% de
los alumnos debían asistir a la escuela secundaria, ya sea de educación general
(escuelas secundarias) o de educación técnica o profesional. Hay una
característica en el campo de la educación en Albania. Históricamente, los
cinco siglos de yugo otomano no fueron capaces de acabar con la lengua
albanesa. Los albaneses se vieron obligados a cambiar su fe por la fuerza, pero
siempre lucharon por preservar su lengua, que era el símbolo de la unidad
nacional, y siempre lo será. Sin embargo, el fanatismo musulmán dejó sus
huellas. Cuando Albania se liberó en 1944, en ciertas regiones y sobre todo en
las ciudades, las mujeres llevaban el “chador” (como en Argelia), que en
nuestro país era negro. En las aldeas, las mujeres no usaban el chador, pero seguían
siendo oprimidas por los hombres. El Partido Comunista hizo todo por las
mujeres. Sus militantes trabajaron con celo y ardor para atraerlas a las
escuelas, y las escuelas no demoraron en convertirse en mixtas (chicas y chicos).
Fue un gran paso hacia la emancipación no sólo de las mujeres, sino también de
toda la sociedad albanesa. Durante los 45 años del Poder popular, las universidades
de nuestro país y en parte las universidades extranjeras capacitaron a más de
300,000 mil especialistas, hombres y mujeres, en todos los campos científicos,
sociales y culturales.
En los siete años del actual régimen
democrático, el analfabetismo ha vuelto
a aparecer, los niños ya no van a la escuela, pero deben atender al ganado o
trabajar en los campos. Incluso en la capital, Tirana, uno ve a las niñas con el velo impuesto por
misioneros islámicos, que quieren hacernos volver a los tiempos del
oscurantismo medieval. En nombre de supuestas libertades democráticas, como las
setas venenosas, están apareciendo muchas iglesias y mezquitas, así como
diversas sectas religiosas que nunca se habían conocido en Albania.
La religión siempre trató de dividir
a nuestro pueblo, pero nuestros grandes hombres del Renacimiento nos dejaron un
proverbio: “la religión de los albaneses es Albania”. Fieles a esta máxima
histórica, de carácter patriótico y también revolucionario por la unidad
emancipadora nacional, el Partido del Trabajo y Enver Hoxha decidieron hacer de
Albania un Estado ateo.
En la actualidad, en Albania,
los jóvenes no ven ninguna perspectiva para el estudio o el trabajo. Albania es
un país donde la edad media de la población es de 26 años, a diferencia de
otros países de Europa donde la población es mucho mayor. Esta es la razón del éxodo masivo de jóvenes, que toman por
asalto los barcos que atracan en nuestros puertos para huir a Italia o incluso
arriesgan sus vidas para llegar a Grecia. Todos estos jóvenes han seguido el
camino a Europa o Estados Unidos, donde ahora trabajan como esclavos. Para
ocultar esta lamentable realidad, el clan de Sali Berisha, con la ayuda de sus
padrinos, sentó las bases del fraude de las pirámides, que absorbieron todos
los recursos del pueblo albanés. La gente vendió sus casas y su ganado con el
fin de invertir su dinero en estos ardides piramidales que fueron presentados
como el milagro del capitalismo albanés. Y lo peor es que incluso el dinero
enviado por los emigrantes, ganado por los albaneses a costa de grandes
sacrificios, fue absorbido por estos engaños piramidales. Se dice que en total
se perdieron cerca de mil millones de dólares. Imagínense lo que eso significa
para un pequeño país como Albania. Con ese dinero, Berisha compró votos, jueces
y fiscales corruptos; pagó a mercenarios para defenderlo; liberó a los
delincuentes de la prisión, a los que utilizó para golpear y lesionar a los
militantes socialistas y comunistas y otros opositores cuando se manifestaron
en contra de él, y para poner explosivos
en edificios públicos y privados con el fin de aterrorizar a la gente.
Sali Berisha fue demasiado
lejos con sus métodos anticomunistas y dictatoriales, tanto que el pueblo se
rebeló. La revuelta estalló en Vlora, nuestra capital en 1912, donde se
proclamó la independencia, y en todas las ciudades del sur de Albania, luego se
extendió desde el sur hacia el norte del país. La población que se rebeló tomó las armas y finalmente consiguió
forzar a que el clan de Sali Berisha, llamado “el clan de mafiosos”, abandone
el poder. Una vez más, las grandes
potencias, muy preocupadas por la revuelta popular y por el hecho de que el
pueblo estuviera armado, intervinieron a través de sus instituciones
euro-atlánticas, la OSCE [Organización para la Seguridad y la Cooperación
en Europa]. Con la asistencia de todos los partidos políticos de la izquierda y
de la derecha, con sus líderes socialdemócratas y reaccionarios, formaron un
gobierno de emergencia de “contención”. Hicieron un llamamiento a la ayuda de
las fuerzas militares internacionales de la ONU, con el pretexto de mantener la
paz en Albania. El Presidente Berisha, a quien ellos habían puesto en el poder
y que no es más que un dictador y un criminal, fue salvado mientras que el
pueblo que se había rebelado era traicionado.
Pero nuestro pueblo,
consciente de su papel en situaciones catastróficas para la existencia y el
futuro de Albania, decidió en el momento de las elecciones dar, con su voto, un
golpe decisivo al Partido Demócrata y a su líder Sali Berisha. Las elecciones
se convirtieron en un plebiscito popular que dio 2/3 de los escaños al Partido
Socialista, que ejerce el poder hoy en coalición con otros partidos pequeños.
El Partido Demócrata no ganó un solo diputado en la capital, lo que demuestra
suficientemente el resentimiento de la gente hacia Sali Berisha.
El Partido Socialista ha
estado en el poder durante diez meses, pero las capas enteras de la población
no están contentas con el gobierno de Fatos Nano, el líder del PS. Hizo todo lo
posible para asegurarse el apoyo de las grandes potencias y de las fuerzas
anticomunistas internas y ha roto completa y definitivamente con la herencia
del Partido del Trabajo de Albania. Con la legalización del Partido Comunista,
el Partido Socialista sin duda perderá una buena parte de sus votantes,
desilusionados con su política. Los albaneses han comprendido desde hace mucho
tiempo que las grandes potencias quieren
perpetuar la crisis de Albania. Los albaneses se preguntan: ¿por qué
prometieron tantas cosas para Albania y no hicieron nada? Se organizaron
reuniones en Roma, Londres, Estrasburgo y aquí, en Bruselas; se habla de ayuda,
inversiones, de mini-Planes Marshall, etc., pero hasta ahora nada concreto ha salido
de esto.
Se dice: es necesario garantizar
el derecho público, pero esto es imposible si la mafia internacional sigue
alimentando la delincuencia, el contrabando y toda una serie de otros fenómenos
que no se conocían antes, como el tráfico de drogas, la prostitución, etc. Para
los albaneses, es inaceptable que algunas de las grandes potencias de Europa y
del otro lado del Atlántico defiendan a esos políticos, a los mismos que
destruyeron Albania.
Se ha sumado otra angustia para
los albaneses. Debido a masacres bárbaras por parte de la Serbia de Milosevic
contra nuestros hermanos de Kosovo, se han eliminado familias y pueblos
enteros. Eso constituye un presagio de los viejos planes serbios para llevar a
cabo la limpieza étnica de los territorios en los que los albaneses han vivido
durante siglos, desde mucho antes del siglo VII, que es cuando los eslavos
serbios aparecieron en el territorio de Kosovo.
¿Por qué, en la reunión de
Bonn y recientemente en Roma, el Grupo de Contacto de las grandes potencias concedió
tiempo a Milosevic? Debido a la indiferencia y el tiempo perdido en no adoptar severas
sanciones contra Serbia, este país chovinista y el más agresivo de la antigua
Federación Yugoslava continúa aterrorizando a la población albanesa de Kosovo y
así prepara el terreno militar y amenaza no sólo a Albania sino a toda la
región de los Balcanes, e incluso más allá. La mayoría socialista [albanesa] y
la coalición que lidera hacen llamamientos a la OTAN para que envíe fuerzas
militares a Kosovo. Los partidos de derecha vinculados al Partido Demócrata van
aún más lejos, exigen que se concedan facilidades a la OTAN para que ingrese a
Albania a través de sus puertos. Tal es el objetivo de los Estados Unidos y la
Comunidad Europea al alimentar la crisis en Albania: poder poner sus pies en Albania, que es el punto estratégico donde los
caminos de tres continentes se cruzan. Tal es la desgracia que siempre ha perseguido
a Albania. Este pequeño país, a lo largo de su historia, siempre ha sido la
víctima de las potencias de Oriente, Occidente, Norte y Sur, que la codician con el fin de dividírsela entre
ellos y tener así un lugar que les permita el acceso a tres continentes.
Pero el pueblo albanés ha luchado
contra los fascistas y ha vencido, ha construido el socialismo con grandes sacrificios
y se merece plenamente este socialismo.