Lo que se derrumbó en 1991 en la antigua URSS no fue el socialismo, fue el capitalismo restaurado por los revisionistas encabezados por Jruschov-Brezhnev, capitalismo que adoptó la forma de capitalismo monopolista de Estado en su forma más concentrada, con una burguesía burocrática de nuevo tipo representada por el Estado burgués revisionista y por el seudo partido comunista contrarrevolucionario (PCUS). El artículo del comunista indio Moni Guha tiene el propósito de elucidar precisamente que el llamado «colapso del socialismo» en la URSS y en Europa del Este no fue el colapso del socialismo marxista sino el colapso del «socialismo de mercado». Aunque compartimos las tesis enunciadas en este artículo, no estamos de acuerdo en denominar «socialismo de mercado» al capitalismo restaurado, así como no estamos de acuerdo con llamar «socialistas de mercado» a los revisionistas, aunque el «socialismo de mercado» sea una de sus banderas contrarrevolucionarias. Conociendo la obra del autor, sabemos que estas denominaciones corresponden más a un énfasis sobre una característica común al oportunismo y revisionismo en cuanto a la teoría de la revolución y el socialismo. Por otro lado, es importante resaltar la mención que hace sobre «el estudiado silencio» de algunos seudomarxistas que ayer respondían a las consignas del brezhnevismo y que hoy «critican» a Jruschov y Gorbachov, «defienden» a Stalin, pero se callan en todos los idiomas el hecho que su camarada Brezhnev continuara y profundizara el legado revisionista y la restauración del capitalismo en la URSS.
El colapso del
socialismo
Moni Guha
1993
Introducción
El objeto de nuestro estudio es el «colapso
del socialismo». Sin embargo, el socialismo nunca se derrumbó, fue usurpado. Este es un hecho
histórico que está siendo negado. Lo que se derrumbó en Europa del Este, en
1990, y en la Unión Soviética, en 1991, fue el socialismo de mercado de los
regímenes revisionistas, y no el socialismo marxista de la dictadura del
proletariado. Y todo el mundo sabe que el socialismo de mercado y el
revisionismo son ideología y práctica burguesas disfrazadas de marxismo. Es verdad
que, aquí y en otros lugares, algunos autodenominados marxistas continuaron
considerando a la URSS como un Estado socialista, no obstante su dirección
revisionista. Se declararon con aplomo contra el revisionismo jruschovista,
pero han mantenido un estudiado silencio
sobre la cuestión de la relación entre la dictadura del proletariado y la
dirección revisionista. Identificar el Estado soviético dominado por los
revisionistas y el socialismo de mercado con el socialismo marxista, no es más
que embellecer el socialismo de mercado y el revisionismo, o peor aún, es hacerle
el juego a la burguesía. Cuando alguien habla de los problemas de la Unión
Soviética dirigida por los revisionistas y su socialismo de mercado como si
fueran problemas del socialismo marxista, trata de cubrir al socialismo
marxista con el mismo manto negro con el que Jruschov lo cubrió. La captura del
Partido y del Estado por el revisionismo no significa otra cosa que la
destrucción de la dictadura del proletariado. Por consiguiente, la víctima
lógica es el socialismo marxista. La toma del poder por el revisionismo sólo
puede significar que la ideología y la práctica burguesas han ganado la
delantera y que la dirección proletaria ha sido derrocada. Significa la
reestructuración de las relaciones de propiedad en favor de la propiedad privada
y de la explotación del hombre por el hombre.
De esta forma, el objeto de nuestro estudio debería llamarse «El colapso del socialismo
de mercado». Sería científico y estaría de acuerdo con los hechos
históricos.
Sin embargo, discutiré aquí la política económica de la Unión Soviética
durante dos periodos, a saber: el período del socialismo marxista y el período
del socialismo de mercado, centrándome en las relaciones de la Unión Soviética
con el mercado mundial y el imperialismo.
Espero que la cuestión del colapso quede aclarada a lo largo de nuestro
estudio.
1. El socialismo en un solo
país y el mercado mundial
La Revolución Socialista de Octubre puso fin a la dominación indivisa del
sistema mundial de la economía capitalista. Nació un nuevo sistema económico,
el sistema económico socialista. Cuando la construcción de la economía
socialista en el joven Estado soviético estaba en sus primeras etapas, Lenin
dijo:
«Ahora, como más influimos en
la revolución mundial es con nuestra política económica. ...Si cumplimos esta
tarea ganaremos a escala internacional de seguro y definitivamente». (V.I.
Lenin, «X
Conferencia de toda Rusia del PC (b), Discurso de clausura de la Conferencia», 28 de mayo)
¿Se hicieron realidad estas proféticas palabras de Lenin? ¿La política
económica de la Unión Soviética «ganó
a escala internacional de seguro y definitivamente?
Efectivamente, ganó.
¿Cuál fue la política económica de Lenin?
Con la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1922, Lenin formuló tres directrices básicas, a saber: (I) un plan económico nacional integral, (II) propiedad socialista de los medios de producción, y (III) un crecimiento económico independiente dando prioridad a la industria pesada. Después de la muerte de Lenin, Stalin siguió meticulosamente estas directrices, las concretizó y las aplicó. Siguió la política de planificación central de la economía, que hizo grandes progresos, basándose casi exclusivamente en los recursos nacionales y en el mercado interior. Debe tenerse en cuenta con especial atención que el sector del comercio exterior, o el mercado extranjero, desempeñó un papel secundario, y por lo tanto un papel de menor importancia en el proceso de desarrollo, ya que ese comercio se limitó básicamente a la importación de cierta tecnología del mercado imperialista mundial. La exportación era considerada un pecado, por razones obvias, mientras que en general se favorecieron las importaciones, en la medida que condujeran a mejorar el equilibrio material y la base tecnológica de la economía soviética. Debe señalarse además que el Estado socialista tenía el monopolio del comercio exterior. En general, hasta la muerte de Stalin, el comercio exterior nunca fue un sector dinámico de la economía soviética, incluso en el período del socialismo en varios países.
¿Cuál fue la política económica de Lenin?
Con la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1922, Lenin formuló tres directrices básicas, a saber: (I) un plan económico nacional integral, (II) propiedad socialista de los medios de producción, y (III) un crecimiento económico independiente dando prioridad a la industria pesada. Después de la muerte de Lenin, Stalin siguió meticulosamente estas directrices, las concretizó y las aplicó. Siguió la política de planificación central de la economía, que hizo grandes progresos, basándose casi exclusivamente en los recursos nacionales y en el mercado interior. Debe tenerse en cuenta con especial atención que el sector del comercio exterior, o el mercado extranjero, desempeñó un papel secundario, y por lo tanto un papel de menor importancia en el proceso de desarrollo, ya que ese comercio se limitó básicamente a la importación de cierta tecnología del mercado imperialista mundial. La exportación era considerada un pecado, por razones obvias, mientras que en general se favorecieron las importaciones, en la medida que condujeran a mejorar el equilibrio material y la base tecnológica de la economía soviética. Debe señalarse además que el Estado socialista tenía el monopolio del comercio exterior. En general, hasta la muerte de Stalin, el comercio exterior nunca fue un sector dinámico de la economía soviética, incluso en el período del socialismo en varios países.
¿Por qué el sector del comercio exterior y el mercado externo no fueron dinámicos?
Es bastante conocido que el capitalismo desarrolla relaciones económicas
internacionales de carácter capitalista, es decir, de carácter explorador y coactivo.
Una vez que emergen, estas relaciones internacionales de producción adquieren
una cierta independencia y ejercen una gran influencia, como una ley objetiva,
independiente de la voluntad del hombre, en el desarrollo interno de los países
que entran en su órbita. En el mundo capitalista esto intensifica el desarrollo
desigual de los diferentes Estados: algunos países superan a otros, dando lugar
a países dominantes y a países subordinados, y estos últimos se convierten, de
una manera u otra, en dependientes de los primeros. Este proceso esencialmente
explotador y coactivo produjo la división internacional del trabajo, bajo la
cual el mundo se ha dividido en países industrialmente avanzados y países industrialmente
atrasados y débiles, perpetuando el atraso de estos últimos. Un Estado socialista no
puede ser socio en este proceso coactivo y explotador de las relaciones del comercio
internacional.
Consciente de este proceso, la Unión Soviética participó de una forma muy
limitada, pero sin integrarse en el mercado mundial dominado por el
imperialismo, en la esfera de la competencia a través de las importaciones y
exportaciones de bienes y capitales. Por eso, la política económica de la Unión
Soviética fue independiente, pero no autárquica. Un Estado que participe en el proceso
explotador y coactivo del capitalismo y de la economía mundial y que tenga como
consigna obtener ganancias de la competencia en el mercado capitalista, no
puede ser un Estado socialista.
Permítanme citar una declaración de política de la Unión Soviética,
publicada en 1938, sobre los objetivos de las exportaciones e importaciones. Decía:
«...Las importaciones de la URSS son planificadas de modo que contribuyan a
la rápida liberación del país de las importaciones».
«...En la ejecución del plan de industrialización
socialista es necesario importar en su mayoría equipamiento terminado y las más modernas máquinas para la
construcción de “gigantes” para la organización de nuestra propia producción de
esas mismas máquinas, para garantizar nuestra independencia económica y técnica
de las naciones capitalistas».
«El objetivo principal de las exportaciones soviéticas es obtener reservas
de divisas para el país. La URSS sólo exporta sus productos para pagar los
productos importados en cantidades relativamente pequeñas, necesarios para
acelerar la ejecución del plan de la economía nacional; por lo tanto, la
dinámica del volumen de las exportaciones está definida por el plan que es
elaborado teniendo en cuenta el volumen previsto de importaciones». (D.D. Mishustin,
ed., Vneshniaia Torgovlia Sovietskogo SSSR,
Moscú, 1938, p. 9).
De la política antes mencionada se deriva lógicamente que la URSS, durante todo el período del socialismo marxista y hasta la muerte de Stalin, pugnó por el equilibrio comercial, con exportaciones e importaciones en volúmenes bastante limitados. Este comercio tuvo muy poco carácter comercial, ya que la URSS no explotó el comercio exterior con el fin de obtener “ganancias”. En consecuencia, la cuestión de la importación o exportación de capitales no se planteó en la economía soviética.
Esta fue la política económica soviética en relación con la economía
mundial durante el período del socialismo en un solo país. De aquí se puede fácilmente
determinar que la superioridad de la economía socialista no fue una
superioridad en la competencia comercial en el mercado mundial. Fue una
superioridad moral, económica y política del sistema económico socialista sobre
el sistema económico capitalista en la cuestión de la explotación del hombre
por el hombre.
2. El socialismo en varios
países
La instauración de la democracia popular en varios países requirió la
cooperación mutua en el plano económico para que el campo socialista se fortaleciera
en su conjunto. Por supuesto, esto no significó ningún cambio en la política
económica independiente de la Unión Soviética – la política de no integración en
el proceso explotador y coactivo de la economía mundial dominada por el
imperialismo.
En enero de 1949 se celebró una conferencia para definir la política
económica soviética hacia los países de democracia popular de Europa del Este,
en la participaron delegados de estos países y la Unión Soviética, que
decidieron constituir el Consejo de Asistencia Mutua Económica (CAME).
En esta conferencia se constató que los países miembros del CAME tenían grandes
diferencias en cuanto a su nivel de industrialización. En cierto sentido, pero
sólo en un sentido, las relaciones económicas entre las repúblicas nacionales
de la URSS servían como modelo. Los territorios periféricos y las colonias de
la Rusia zarista, que antes de la revolución eran atrasadas en comparación con
las regiones centrales, se convirtieron bajo el socialismo en poderosas
repúblicas industriales-agrícolas. Fue la política socialista en contenido y
nacional en su forma la que constituyó la garantía para superar los atrasos,
aumentar las tasas de crecimiento económico y alcanzar los más altos niveles de
desarrollo, con un enorme crecimiento de las fuerzas productivas. Sólo tal
política podía inspirar confianza y seguridad para una cooperación consciente y
voluntaria, basada en la igualdad.
Por lo tanto, las principales tareas de los países del CAME estaban orientadas
a la eliminación de las clamorosas desigualdades entre los países del campo
socialista.
Los principales resultados del CAME durante el período 1949-1953 fueron los
siguientes:
1) La suscripción de acuerdos comerciales bilaterales a largo plazo, aprobados
en la segunda reunión del CAME, en agosto de 1949.
2) El suministro sin costo de documentos de carácter técnico
y el intercambio de personal científico-técnico entre los países miembros, que permitió
el intercambio de experiencias en beneficio mutuo y la asistencia a los más
atrasados en su industrialización y
desarrollo económico.
3) El comercio y los intercambios económicos entre los países miembros se
realizaron no sobre la base de los
precios mundiales sino sobre la base de un costo estimado, calculado
después de profundos análisis.
4)
Los países miembros del CAME se negaron a participar en el «Plan Marshall» y decidieron no integrarse en el proceso explotador y
coactivo del mercado mundial dominado por el imperialismo.
Como resultado de esta política, el volumen de la producción industrial en
1954, comparado con 1938 (antes de la guerra), aumentó en las proporciones
siguientes: Polonia, 4,6 veces; Checoslovaquia, 2,3 veces; Rumania, 4,7 veces;
RDA, alrededor de dos veces (en comparación con 1939); Bulgaria, 4,9 veces; y
Hungría, 3,5 veces (en comparación con 1939).
Debido al bloqueo y a la ausencia de cooperación de la economía mundial, el
surgimiento de un mercado socialista mundial paralelo se convirtió, en
consecuencia, en un hecho. No estamos seguros de lo que hubiera pasado de haber
continuado Stalin vivo. Stalin murió en marzo de 1953.
Como hemos visto, la superioridad de la economía socialista no fue
superioridad en términos de competencia comercial en el mercado mundial, fue
una superioridad moral, económica y política del sistema económico socialista
sobre el sistema económico capitalista. Incluso en la década de 1930, cuando el
mundo capitalista se hundía en una profunda crisis, la Unión Soviética siguió
adelante con su plan quinquenal, sin sufrir ninguna crisis y habiendo resuelto para
entonces el problema del ejército de reserva de desempleados. Que la política
económica soviética demostró su superioridad sobre la economía capitalista, en
la década de 1930, fue confirmado por varios ejemplos:
Se sabe por qué y cómo Keynes se apresuró en enmendar y corregir la teoría
económica burguesa del equilibrio automático entre la oferta y la demanda, que Marx
había criticado en «El capital» hace mucho
tiempo. Keynes tuvo que admitir que era necesaria la intervención del Estado en
la gestión de la economía. Se sabe cómo y por qué la teoría de la «economía mixta» de la burguesía se puso en
el orden del día. Se sabe que la enorme influencia del éxito de los planes
quinquenales de la Unión Soviética hizo que el sólido campo de los economistas burgueses
se desintegrara y se dividiera en varias escuelas, a saber, la keynesiana, la robinsoniana
y la de Sweezy-Baran, etc., que surgieron con algunos matices de la economía
marxista.
Lenin dijo:
«La productividad del trabajo
es, en última instancia, lo más importante, lo decisivo para el triunfo del
nuevo sistema social. ...El comunismo representa una productividad del trabajo más
alta que la del capitalismo, una productividad obtenida voluntariamente por obreros
conscientes y unidos que tienen a su servicio una técnica moderna.» (V.I.
Lenin, «Una
gran iniciativa (El heroísmo de los obreros en la retaguardia. Los “sábados comunistas”)», julio de 1919).
Incluso los economistas burgueses no pueden negar la relativamente alta
tasa de crecimiento de la productividad del trabajo en la Unión Soviética durante
el período de Stalin y el socialismo marxista. Entre 1930 y 1940, la tasa de
crecimiento promedio del producto industrial bruto de la Unión Soviética fue de 16%; mientras que durante el período de
industrialización de los Estados Unidos, entre 1870 y 1890, la tasa media anual
de crecimiento del sector manufacturero sólo fue de 7%.
La tasa de crecimiento de la productividad del trabajo también fue superior
en la URSS. En EE.UU., la productividad del trabajo fue, en 1949, 113% más alta
que la registrada en 1939; mientras que en la URSS, en 1950, fue 137% más alta
que la registrada en 1940, y, en 1953, fue 144% más alta en comparación con
1950.
¿Entonces, qué? El socialismo marxista y Stalin no pueden ser culpados por
el colapso. El socialismo marxista y Stalin dejaron a la Unión Soviética, junto
con las democracias populares, como una gran potencia mundial que salió
victoriosa de la lucha contra el fascismo. En la época de Stalin se realizaron
la industrialización del país y la colectivización de la agricultura, y se
estableció una verdadera familia multinacional de los pueblos soviéticos. El socialismo
marxista y Stalin despertaron a la Unión Soviética, la sacaron del hambre y la
pobreza, y la convirtieron en un país avanzado en todas los sentidos, y, de
este modo, despertaron al mundo. Los pueblos del mundo, junto con los pueblos
soviéticos, tienen un recuerdo vivo e indeleble de aquella época, cuando no
había desempleo ni inflación, ni crisis ni desigualdad social.
Por eso, la patraña del colapso del socialismo es una mentira goebbelsiana proveniente
de sectores interesados que se esfuerzan por reescribir
la historia, borrando completamente de sus páginas el período del socialismo de
mercado en la Unión Soviética y en Europa del Este.
Pasemos a la política económica del socialismo de mercado y su colapso.
3. La política económica
del socialismo de mercado
¿Qué es el socialismo de mercado y cuáles son sus diferencias y similitudes
con el socialismo marxista? Desde el punto de vista ideo-político y económico,
la teoría del socialismo de mercado con sus diversas variantes, desde la época
de Proudhon y Dühring, es una abierta negación de la dictadura del proletariado
y de su papel en la gestión de la economía, es una negación de la propiedad
socialista sobre los medios de producción y de la planificación de la economía
socialista.
En el «socialismo» de
ellos, los elementos de la propiedad privada, del libre mercado y de la
competencia en el intercambio y el comercio, por un lado, coexisten con elementos
de la propiedad social y la planificación, por el otro. El «socialismo» de ellos es una sociedad y economía híbridas, que están
reguladas y operan a través de la participación –condicionándose y
complementándose mutuamente– tanto de elementos de distribución espontánea de
los recursos de mano de obra y materiales como de elementos de regulación estatal
del proceso reproductivo, tanto del funcionamiento espontáneo de los mecanismos
de mercado como de la planificación estatal directa.
Estas son las similitudes y diferencias. Es una mezcla de elementos del
capitalismo con elementos del socialismo.
El concepto de socialismo de mercado, en su forma más acabada, fue
elaborado y aplicado con las llamadas reformas realizadas en los países donde
los revisionistas modernos llegaron al poder. Este concepto está en la base de
todo el proceso regresivo de restauración completa del capitalismo y de la
integración económica en el sistema de economía capitalista mundial que tuvo
lugar en la Unión Soviética inmediatamente después de la muerte de Stalin.
La usurpación de la dictadura del proletariado por los socialistas de
mercado puede parecer «repentina» para algunos, sin embargo, fue una lucha larga y dura en el interior del
PCUS. En los 30 años que separan la muerte de Lenin de la muerte de Stalin, el
revisionismo en el PCUS pasó por tres fases definidas de desarrollo: el trotskismo,
a mediados de los años 20 [del siglo XX]; el bujarinismo, a finales de los años
20; y el desarrollo que finalmente tomó la forma de jruschovismo. En vida de
Stalin, el representante eminente de esta última tendencia fue N. Voznesensky.
En la lucha contra el trotskismo, la cuestión del socialismo de mercado no fue
central. Trotsky, sin embargo, perteneció a las filas de los socialistas de
mercado. Se unió a ellos con su folleto «La economía soviética en
peligro» (1933), donde afirma categóricamente que «la contabilidad económica es impensable sin relaciones de mercado».
El socialismo de mercado fue una de las cuestiones en la lucha contra
Bujarin. Bujarin y su grupo estaban por el libre desarrollo de los elementos capitalistas,
tanto en la ciudad como en el campo, por el libre mercado como regulador de la
economía y en contra de la industrialización socialista y la colectivización.
En 1948, N. Voznesensky, Presidente de la Comisión de Planificación del
Estado [Gosplan] y miembro del Buró Político del Comité Central del PCUS
publicó «La
economía de guerra de la URSS»,
donde afirmó:
«La mercancía en la sociedad socialista está libre del conflicto entre el valor y el valor de uso, tan característico de la sociedad mercantil capitalista, donde es generado por la propiedad privada de los medios de producción». (N. Voznesensky, «La economía de guerra de la URSS durante la Gran Guerra Patria»)
«En la economía soviética, la ley del valor ha sido transformada» (ibíd.), etc. Él estaba a favor de aumentar el papel de la ley del valor en la economía soviética, cuando la cuestión que estaba a la orden del día era la restricción progresiva de la esfera de influencia y del papel de la ley del valor.
Voznesensky puso en marcha una «reforma económica» en la región de Leningrado, encaminada a integrar crecientemente la producción industrial en el mercado.
En julio de 1950, los socialistas de mercado sufrieron un revés cuando
Voznesensky fue arrestado y ejecutado. Pero en 1953, tras la muerte de Stalin, los
socialistas de mercado volvieron a levantar sus cabezas y lograron consolidar
sus posiciones.
Esta es una historia de la usurpación del socialismo marxista y de la
dictadura del proletariado. Marx señaló en su «El capital» que la mercancía es la célula económica básica de la sociedad burguesa. Y
cuando los revisionistas jruschovistas tomaron el camino hacia esa sociedad y a
la restauración del capitalismo en la Unión Soviética, tuvieron que elaborar
una «teoría» de la
categoría mercancía que les permitiera librarse de todas las restricciones que podían
impedir el funcionamiento libre y amplio del mercado en la economía soviética. En
primer lugar, tuvieron que rechazar la tesis marxista-leninista sobre el
carácter restringido de la producción mercantil en el socialismo y extender la
producción mercantil a todos los productos del trabajo. De esta forma,
incorporaron los medios de producción y toda la circulación económica del país
en la categoría de mercancía. E hicieron esto para lograr su objetivo, porque,
como Marx escribió: «La forma de mercancía que adopta el producto del trabajo o la forma
de valor que reviste la mercancía es la célula económica de la
sociedad burguesa.» (C. Marx, «El Capital», Prólogo a la primera edición, tomo 1)
La aceptación de esta «conclusión» -que la producción mercantil en el socialismo se extiende tanto a la esfera
de la producción de bienes de consumo como a la esfera de la producción de medios
de producción– conduciría finalmente, como en efecto lo hizo, a la aceptación
de otra conclusión: que la ley del valor opera directamente también en la
esfera de la producción. La ley del valor está destinada a actuar sin
limitaciones cuando existe una producción mercantil sin restricciones.
La aceptación de la tesis del funcionamiento irrestricto, al margen de todo
control, de la ley del valor conduce inevitablemente, como en efecto lo hizo, a
la aceptación de la otra tesis sobre el papel de la ley del valor como
regulador de la producción socialista. El funcionamiento irrestricto de la ley
del valor en el socialismo conduce, de esta manera, como en efecto lo hizo, a
la restricción de la esfera de acción de la ley de la economía planificada y armónicamente
desarrollada.
Como resultado de lo anterior, en lugar de producción destinada a
satisfacer las crecientes necesidades del pueblo trabajador, la producción en
los países de socialismo de mercado tenía que como único objetivo la obtención
de ganancias, al igual que los países capitalistas.
¿Cuál es la diferencia fundamental entre la economía planificada del
socialismo marxista y el socialismo de mercado?
La producción industrial se lleva a cabo en un complejo de fábricas. Si la
producción de varias fábricas se determinada por un plan nacional de
producción, y, si la producción de todo el complejo de fábricas es directamente asignada a los diferentes demandantes,
entonces el proceso de producción, aunque físicamente dividido en varias
fábricas, no es, desde el punto de vista social, privado. Sin embargo, si
las diferentes fábricas deciden ellas
mismas qué producir, y si el producto total de todas las fábricas se
distribuye entre los diversos demandantes (entre las distintas fábricas y
consumidores individuales) a través del
mercado, entonces, desde el punto de vista social, el proceso de producción
está fragmentado en productores privados. El carácter privado de la producción
no depende, en última instancia, de una escritura que confiere formalmente la propiedad
de cada fábrica a algún individuo.
Si consideramos el punto de vista expuesto, ¿Qué tipo relación existía
entre fábrica y fábrica después de la Nueva Reforma Económica realizada en la
Unión Soviética por los socialistas de mercado? ¿Era privada o socializada? Veamos a
continuación.
«Todo lo que ellos producen lo venden a otras empresas o a la población. El
dinero así recibido no sólo cubre los costos de producción sino también les garantiza
un cierto margen de ganancia. La ganancia está destinada a financiar las
necesidades de la empresa y una parte va al presupuesto del Estado». (V. Dayachenko: «Econometry, the Market and Planning», Novosti Press Agency Publishing House, Moscú, 1971)
Esta cita, además de exponer el carácter privado de la fábrica, revela
también que la ganancia es obtenida por la propia empresa y se destina a las
necesidades de la empresa particular. De esta forma, la ganancia de la empresa
no representa ni puede representar la asignación de una parte del ingreso
social total de todo el trabajo socialmente necesario. Por lo tanto, no es el ingreso
social de una sociedad socialista, sino el de una empresa determinada, de forma
similar a la ganancia capitalista.
«Con el nuevo sistema de gestión y planificación económicas, cada empresa
negocia con sus socios comerciales, las cantidades y las condiciones de entrega
de los productos, su fabricación y su consumo.» (Ibíd., p. 87)
Esto significa que el proceso de producción es privado.
Aquí radica la diferencia entre el socialismo marxista y el socialismo de
mercado. Y no debemos presentar los problemas del socialismo de mercado como
problemas del socialismo marxista.
Esto en cuanto a la economía interna del socialismo de mercado de la Unión
Soviética se refiere. Pasemos ahora a sus relaciones internacionales.
Stalin murió en 1953. En 1954, la Unión Soviética puso énfasis en el sector
del comercio exterior. El Manual de Economía
Política oficial, publicado en 1954, declaró:
«El comercio exterior en el socialismo se utiliza para una mayor satisfacción
de las crecientes necesidades de la sociedad. Sirve como un fuente adicional de
recursos para el desarrollo de la producción y la mejora del abastecimiento de
la población con bienes de consumo.»
Este es un claro rechazo de la política del socialismo marxista seguido por
Stalin, y lleva a la integración de la economía soviética en el proceso explotador
y coactivo de la economía mundial.
N.N. Inozemtsev, director del Instituto de Economía Mundial y Relaciones
Internacionales de la Academia de Ciencias de la URSS, en su artículo titulado «El socialismo y la
cooperación internacional»,
concluyó que la URSS ganaría «con
el desarrollo de las relaciones económicas exteriores, en general, y con los
países capitalistas, en particular» (Pravda, Moscú, 16 de mayo 1973)
La Unión Soviética concluyó tratados de comercio y cooperación económica
con los EE.UU. en octubre de 1972, y con la República Federal de Alemania en
mayo de 1973. Todo esto significa el libre ingreso del capital imperialista en
la Unión Soviética, aquello contra lo que los bravos y valientes trabajadores
de la Unión Soviética lucharon con uñas y dientes.
Se ha preguntado, alguna vez, por qué tanta insistencia en las relaciones
económicas externas de un país socialista que tuvo un desarrollo glorioso e
histórico sobre la base de recursos nacionales, innovación interna, mercado interior,
y que se negó a utilizar la ayuda del Plan Marshall, incluso después de la
enorme devastación sufrida durante la Segunda Guerra Mundial?
Esto sucedió porque la Unión Soviética ya no era un país socialista, porque
se había convertido en un país de socialismo de mercado.
Pasamos ahora a las relaciones económicas de la URSS con los países del CAME
y de los países en desarrollo.
«La división socialista internacional del trabajo no implica de ninguna
manera la autarquía de parte el campo socialista… Cuanto más desarrollada sea
la división socialista del trabajo, mayores serán las oportunidades para el intercambio
entre los dos sistemas.»
«El hecho de que los precios mundiales se utilicen como la primera base para
la formación de los precios en el mercado socialista indica que los mercados
socialista y capitalista son parte de un mercado mundial único.» (World
Marxist Review, “The International
Division of Labour”, diciembre de 1958).
Los marxistas siempre han sostenido que el socialismo aboliría esa maldita
división del trabajo. Marx dijo:
«Con la división del trabajo, que
lleva implícitas todas estas contradicciones… se da, al mismo tiempo, la
división y, concretamente, la distribución desigual,
tanto cuantitativa como cualitativamente, del trabajo y de sus productos; es
decir, la propiedad... la división del trabajo implica la posibilidad, más aún,
la realidad, de que la actividad intelectual y la material –disfrute y trabajo,
producción y consumo– recaiga en diferentes individuos, y que la única posibilidad
de no entren en contradicción radica en la negación a su vez de la división del
trabajo.» (C. Marx – F. Engels, «La ideología alemana». Cap. 1 Feuerbach. Contraposición entre la concepción materialista y la
idealista)
Marx dijo que para poner fin a las contradicciones inherentes a la división
del trabajo era necesario negar la división del trabajo, los socialistas de
mercado dicen: «cuanto más se desarrolla la división socialista del
trabajo, mayores serán las oportunidades para el intercambio entre los dos
sistemas». Y no sólo eso. Esa «teoría»
del socialismo de mercado también dice que la «división socialista internacional del trabajo» «libera a la división del trabajo de su forma antagónica». (World Marxist
Review, Ibíd.)
Esta es la diferencia entre el socialismo marxista y el socialismo de
mercado.
¿Y cuáles son los precios mundiales «utilizados
como la primera base para la formación de los precios» en el mercado socialista?
De acuerdo con la economía marxista, el patrón de los precios mundiales
pone sólo a los países desarrollados en condiciones de explotar a los países
menos desarrollados. El conjunto de los relaciones de intercambio entre un país
desarrollado, que comercia bienes manufacturados, y un país atrasado, que
comercia productos primarios, ha sido organizado por los imperialistas de tal
manera que trabaja sistemáticamente en perjuicio del país atrasado y en
provecho del país desarrollado. La diferencia en los niveles de productividad
entre los dos tipos de países –el menos productivo y menos calificado del lado
del país atrasado, y el más productivo y más calificado del lado del país
desarrollado– es un hecho. Como resultado de eso, se intercambia más trabajo del
país atrasado por menos trabajo del país desarrollado. Esto es lo que se llama «intercambio desigual».
Se trata de un intercambio desigual entre países desarrollados y países
atrasados en el que la clase capitalista (y los socialistas de mercado) de los
países desarrollados obtiene ganancias a costa del pueblo de los países
atrasados, incluso cuando un país desarrollado vende más barato que otro país
desarrollado. Esto es explotación capitalista pura y simple.
Marx llamó la atención sobre este intercambio desigual:
«Los capitales invertidos en el
comercio exterior pueden arrojar una cuota más alta de ganancia, en primer
lugar, porque aquí se compite con mercancías que otros países producen con menos
facilidades, lo que permite al país más adelantado vender sus mercancías por
encima de su valor, aunque más baratas que los países competidores.» (C.
Marx, «El
capital», tomo 3. Sección Tercera: Ley de tendencia decreciente
de la cuota de ganancia. Cap. XIV Causas que contrarrestan la ley. 5. El
comercio exterior)
Los socialistas de mercado de la Unión Soviética rechazan y repudian la
política económica socialista marxista de
no integración en el proceso explorador y coactivo del mercado mundial,
y siguiendo la división capitalista internacional del trabajo basada en los precios
del mercado mundial imperialista como primera base para la formación de
precios, obtienen ganancias a expensas de los países del CAME y de los países
atrasados de Asia, África y América Latina, compitiendo de forma capitalista con
competidores imperialistas.
Por lo tanto, la Unión Soviética ha perdido su carácter socialista.
Entonces, ¿quién es el culpable del colapso?
La culpa recae directamente en todos los dirigentes revisionistas que
dirigieron la Unión Soviética durante los 40 años posteriores a la muerte de
Stalin, la culpa es de la renuncia al socialismo y al marxismo-leninismo y de la
restauración del capitalismo iniciado por Jruschov en el nefasto XX Congreso
del PCUS.
No, no fue el socialismo lo que se derrumbó, lo que se derrumbó fue el
socialismo de mercado.
Tomado
de revolutionarydemocracy.org
Traducido
para “Crítica Marxista-Leninista” por
Facundo Borges.
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