A continuación reproducimos un interesante artículo, escrito por Yu Huai, publicado en "China Popular" en enero de 1950, pocos meses después de la toma del poder por el PCCh y la fundación de la República Popular China en octubre de 1949. En junio de 1952, Mao Zedong señalaría que la contradicción principal en China era la que enfrentaba a la clase obrera y a la burguesía, declarando la transformación de la revolución democrática en revolución socialista. Pese a ello, Mao y el PCCh consideraron que la burguesía nacional aún podía ser parte del pueblo en la revolución socialista, algo con profundas consecuencias en el desarrollo ulterior de la revolución.
Como es conocido, la línea política del Partido Comunista
de China en la presente revolución democrática popular de China se ha basado en
un Frente Unido Democrático Popular compuesto por la clase obrera china, el
campesinado, la pequeña burguesía y otros elementos democráticos patrióticos,
basado en la alianza obrero-campesina, y dirigido por la clase obrera.
En este artículo, vamos a discutir: En primer lugar, ¿por
qué la clase obrera china, en la presente etapa, debe unir a la burguesía
nacional y no exterminarla? En segundo lugar, ¿cuál es la política adoptada por
la clase obrera china en el tratamiento de la burguesía nacional, y sobre qué
base se ha formulado esta política?
La burguesía en los países coloniales
Debido a que China era un país semifeudal y semicolonial,
largo tiempo bajo el yugo del imperialismo, su revolución no podía dejar de tener
como una de sus tareas principales la lucha contra el imperialismo. Esta
característica determinó las estrategias y las tácticas de la revolución china.
En su informe sobre los problemas nacional y colonial en
el Segundo Congreso de la Internacional Comunista, Lenin enfatizó la
importancia de hacer “la distinción entre naciones oprimidas y naciones
opresoras”. Consideraba que en esto residía la diferencia fundamental
entre la Internacional Comunista, por un lado, y la II Internacional y la democracia burguesa, por el otro.
Viéndolo desde este ángulo, Lenin
señaló: “La Internacional Comunista debe concluir
una alianza temporal con la democracia burguesa en las colonias y países
atrasados, pero no fusionarse con ella, sino proteger a toda costa la
independencia del movimiento proletario, incluso en sus formas más rudimentarias.”
(Lenin: Esbozo inicial de las tesis sobre los problemas nacional y colonial).
Stalin desarrolló esta brillante teoría de Lenin sobre
las peculiaridades de la revolución en los países coloniales y semicoloniales. Señaló
claramente la doble tarea de oponerse al imperialismo y al feudalismo en el
movimiento revolucionario del pueblo chino, con énfasis en “la agudización de la lucha contra el imperialismo”. (Stalin: La revolución china y las tareas de la
Internacional Comunista). Y llegó a la conclusión que bajo ciertas
condiciones era permisible una alianza con la burguesía nacional.
Uniendo la verdad universal
del marxismo-leninismo con la práctica concreta de la revolución china, el
camarada Mao Tse-tung ha tenido éxito en la aplicación concreta de la teoría
expuesta por Lenin y Stalin sobre el papel desempeñado por la burguesía
nacional en la revolución en los países coloniales y semicoloniales.
La burguesía burocrática y la burguesía nacional
Dado que los grupos componentes de la burguesía china
tienen diferentes relaciones con el imperialismo y el feudalismo, no deben ser
tratados como una masa homogénea, sino que deben ser diferenciados claramente.
Hay dos grupos principales en la burguesía china: la gran burguesía y la
burguesía nacional. Los intereses económicos de estos dos grupos están en
conflicto entre sí. Por eso, han desempeñado roles distintos en la revolución
democrática popular china.
La distinción entre la gran burguesía y la burguesía
nacional en China fue puesta en claro por el camarada Mao Tse-tung, cuando
escribió en 1939:
“La burguesía
se divide en gran burguesía compradora
y burguesía nacional.
“La gran
burguesía compradora es una clase al
servicio directo de los capitalistas de los países imperialistas y sustentada
por ellos; está ligada por miles de lazos con las fuerzas feudales del campo.
Por eso, en la historia de la revolución china, ha sido siempre un blanco y
nunca una fuerza motriz, de la revolución.
“[la burguesía nacional] es oprimida por el imperialismo y constreñida por el
feudalismo, y de ahí su contradicción con ambos. En este sentido, constituye
una fuerza revolucionaria. En la historia de la revolución china ha mostrado
cierto entusiasmo en la lucha contra el imperialismo y el gobierno de los
burócratas y caudillos militares. (Mao Tse-tung: La revolución china y el Partido Comunista
de China).
¿Quiénes forman
la gran burguesía china?
“Durante los veinte años de su
dominación, las cuatro grandes familias –Chiang, Soong, Kung y Chen– han
amasado enormes fortunas que alcanzan de diez a veinte mil millones de dólares
norteamericanos, y han monopolizado las arterias vitales de la economía del
país. Este capital monopolista; combinado con el Poder del Estado, se ha
convertido en el capitalismo monopolista de Estado. Este capitalismo
monopolista, estrechamente vinculado al imperialismo extranjero y a la clase
terrateniente y los campesinos ricos de viejo tipo del país, se ha convertido
en el capitalismo monopolista estatal, comprador
y feudal. Tal es la base económica del régimen reaccionario de Chiang Kai-shek.
Dicho capitalismo monopolista de Estado oprime no sólo a los obreros y
campesinos, sino también a la pequeña burguesía urbana, y perjudica a la
burguesía media [es decir, la burguesía nacional –YH]. Alcanzó la
cúspide de su desarrollo durante la Guerra de Resistencia y después de la
rendición del Japón; ha preparado suficientes condiciones materiales para la
revolución de nueva democracia. Este capital se llama corrientemente en China
capital burocrático; y esta clase capitalista, conocida con el nombre de clase
capitalista burocrática, es la gran burguesía de China. Además de abolir los
privilegios del imperialismo en China, la tarea de la revolución de nueva
democracia es eliminar en el país la explotación y opresión ejercidas por la
clase terrateniente y la clase capitalista burocrática (la gran
burguesía)…”. (Mao Tse-tung: La situación
actual y nuestras tareas).
Debe destacarse que sin el cumplimiento de la tarea de
oponerse al capitalismo burocrático, y sin la realización del programa concreto
de confiscación de la propiedad de la gran burguesía por el Estado popular, el
contenido de la revolución democrática popular de China no puede considerarse
completo.
El proceso por el cual este capitalismo burocrático único
se expandió bajo el régimen reaccionario del Kuomintang fue el mismo proceso
por el cual se oprimió a la burguesía nacional china y se mutilaron sus
empresas privadas. Los capitalistas burocráticos, representados por las cuatro
grandes familias de Chiang, Soong, Kung y Chen, nunca desarrollaron una
industria propia. Se apropiaron de los bienes del pueblo trabajador, y en parte
de la burguesía nacional, para incrementar su mal habido capital,
principalmente a través de su colaboración con los traidores imperialistas
extranjeros, por medio del aparato estatal bajo su control, especialmente de su
amplia red de organizaciones financieras, así como por medio de una abierta política
de rapiña. Durante la guerra contra la agresión japonesa, el bloque capitalista
burocrático del Kuomintang aceleró este proceso de saqueo y concentración del
capital, mediante el establecimiento de diversos controles económicos de tiempos
de guerra y mediante una inflación galopante. Después de la rendición del
Japón, este bloque, con el pretexto de “hacerse cargo” de las propiedades de
los japoneses y sus títeres, se embolsó privadamente los activos que
originalmente le pertenecía al pueblo chino. De esta manera, los agresores imperialistas
japoneses y sus lacayos sólo sirvieron de instrumento para la conversión de la
riqueza del pueblo chino, incluyendo la burguesía nacional, en propiedad
privada de los capitalistas burocráticos, o lo que es lo mismo, en última
instancia, en propiedad privada de los imperialistas norteamericanos. Por eso, mientras
más se expandían los capitalistas burocráticos más se contraía la burguesía
nacional. De esta forma, los capitalistas burocráticos se convirtieron en la
gran burguesía y la burguesía nacional asumió la posición de la burguesía
media. Los primeros eran los opresores y explotadores del pueblo chino, y la
segunda, mientras que explotaba a la clase obrera china, era cruelmente
oprimida por el imperialismo y su agente, la gran burguesía.
Considerando todos estos factores económicos, no es
difícil entender los cambios en la actitud política de la burguesía nacional
china en las diferentes etapas históricas. Si bien durante el período posterior
a 1927 y anterior al incidente de Mukden de 1931, colaboró con la clase terrateniente y la gran burguesía en su
oposición a la revolución, sin embargo, nunca estuvo en el poder. Eso no es
todo. Después del incidente de Mukden, que anunció la invasión sin cuartel de los
imperialistas japoneses, algunos representantes de la burguesía nacional,
presionados por las masas, tomaron parte activa en el movimiento anti-imperialista,
dirigido en esa época contra el imperialismo japonés. Este movimiento fue
prohibido por el Kuomintang, que estaba entonces en el poder. Tras el estallido
de la guerra anti-japonesa, debido a la intensificación de las diversas medidas
políticas y económicas reaccionarias, algunos representantes de esta clase
simpatizaron con e incluso apoyaron, en mayor o menor grado, el movimiento
democrático en China.
Después de la rendición del Japón, el pueblo de toda
China anhelaba la paz y se oponía a la inminente guerra civil. Esto obligó al
gobierno del Kuomintang, encabezado por Chiang Kai-shek, a convocar a la “Conferencia
Consultiva Política”, propuesto por el Partido Comunista de China. Los
representantes de la burguesía nacional china participaron en esta Conferencia,
que tuvo como objetivo la lucha por la democracia y la paz en el país, y su
actitud en general fue favorable a las demandas progresistas del pueblo chino.
Tras el fracaso del parlamento de paz, los reaccionarios del Kuomintang iniciaron
una guerra civil a gran escala. El pueblo chino obtuvo una victoria fundamental
en la guerra revolucionaria. Durante esta serie de cambios vitales, aunque la
burguesía nacional mostró a veces una actitud vacilante y de esperar y ver, sin
embargo, no se rindió a los reaccionarios del Kuomintang. Lo que es más, con
los cambios en la situación, al final, sus representantes participaron en la
recientemente celebrada Conferencia Consultiva Política del Pueblo, que
simbolizó la gran unidad revolucionaria del pueblo chino.
El
doble carácter de la burguesía nacional
Como se mencionó anteriormente, debido a que tiene ciertas
contradicciones con el imperialismo extranjero y el capitalismo burocrático, la
burguesía nacional, en consecuencia, simpatiza con la revolución democrática popular
china o se mantiene neutral: este es un aspecto de su naturaleza. Pero la
burguesía nacional también tiene contradicciones con la clase obrera y el
campesinado; por lo tanto, tiene un doble carácter en la revolución democrática
popular de China.
“Este doble
carácter hace que la burguesía nacional, en determinados períodos y hasta
cierto punto, pueda tomar parte en la revolución contra el imperialismo y el
gobierno de los burócratas y caudillos militares y llegar a ser una fuerza
revolucionaria, y que, en otros períodos, surja el peligro de que vaya a
remolque de la gran burguesía compradora y sirva de ayudante a la
contrarrevolución.” (Mao Tse-tung: La
revolución china y el Partido Comunista de China)
Es precisamente debido a este hecho que se debe luchar
necesariamente y de manera adecuada contra la burguesía nacional, mientras se
mantiene la unidad con ella.
En diciembre de 1947, en vísperas de la victoria de la
revolución del pueblo chino, el camarada Mao Tse-tung señaló:
“En las
regiones dominadas por Chiang Kai-shek, entre la capa superior de la pequeña
burguesía y entre la burguesía media [es decir, la
burguesía nacional –YH], hay un pequeño número de personas, elementos del ala
derecha de estas clases, que poseen tendencias políticas reaccionarias;
esparcen ilusiones acerca del imperialismo norteamericano y la camarilla
reaccionaria de Chiang Kai-shek y se oponen a la revolución democrática
popular. Mientras las tendencias reaccionarias de estos elementos puedan
afectar a las masas, debemos desenmascararlos ante los que estén bajo su
influencia política, combatir esta influencia y liberar a las masas de ella.”
(Mao Tse-tung: La situación actual y nuestras tareas).
En julio de 1949, después de que la victoria fundamental
de la revolución del pueblo chino fue ganada, el camarada Mao Tse-tung volvió a
señalar:
“…en la
etapa actual ya podemos emprender en forma apropiada un considerable trabajo
educativo entre muchos de sus componentes [de la burguesía nacional]. Cuando llegue
el momento de realizar el socialismo, es decir, de nacionalizar las empresas
privadas, daremos un paso más en este trabajo de educación y transformación
entre sus componentes. El pueblo tiene en sus manos una poderosa máquina estatal
y no teme la rebelión de la burguesía nacional.” (Mao
Tse-tung: Sobre la dictadura democrática popular)
Golpes a las tendencias políticas reaccionarias de los
elementos derechistas de la burguesía nacional, y trabajo educativo adecuado y
reforma de la burguesía nacional: todo esto forma el contenido de la lucha
contra la burguesía nacional en las distintas etapas y en diferentes periodos
de la revolución.
La burguesía nacional y la reconstrucción económica
La burguesía nacional está llamada a desempeñar su rol en
la revolución democrática popular. Esto se debe a que la revolución democrática
popular en China se dirige contra el imperialismo, el feudalismo y el
capitalismo burocrático. Mientras que la burguesía nacional pudo, participó en
el movimiento contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático.
Esto no es todo. China es un país muy atrasado en cuanto a industrias modernas
se refiere, y los países imperialistas seguirán siendo hostiles, incluso
después de que se haya ganado la victoria completa de la revolución china.
Por lo tanto, es necesario atraer a la burguesía nacional
en la lucha común para resistir la opresión imperialista y mejorar la situación
económica de la China atrasada.
Sin embargo, esta política de integración de la burguesía
nacional en el esfuerzo común por mejorar la situación económica de China no
significa en absoluto la expansión ilimitada del capital privado, que llevaría
a China a desarrollarse en dirección del capitalismo. En primer lugar, el tener
una economía de propiedad estatal, de carácter socialista, que ocupa un lugar
preponderante en la industria moderna de China, hace que sea imposible, para el
capital privado de la burguesía nacional, llevar a China en la dirección del
capitalismo. En segundo lugar, el Gobierno Popular adopta la política de
alentar y ayudar “al funcionamiento activo de todas las empresas económicas
privadas que beneficien el bienestar nacional y la vida del pueblo”. (Artículo
30 del “Programa Común”). El nuevo
gobierno también alienta el desarrollo de estas empresas privadas “hacia el
capitalismo de Estado mediante formas como las siguientes: cumplir encargos de
las empresas estatales, constituir empresas mixtas con el Estado o, bajo el
sistema de concesiones, administrar empresas estatales y explotar recursos
nacionales”. (Artículo 31 del “Programa
Común”). Esto significa que la existencia del capital privado de la
burguesía nacional y su desarrollo bajo el control adecuado del Estado dirigido
por la clase obrera china, en realidad servirá para promover el socialismo en
lugar del capitalismo en China.
Por supuesto, esto no quiere decir que no existan
contradicciones y, por consiguiente, que no exista lucha, entre la economía
estatal de carácter socialista y la economía privada que funciona con un
carácter capitalista. No, las contradicciones existen y la lucha es inevitable
y se agudizará aún más.
Pero dado que ya se han producido enormes cambios en la
fuerza relativa de las diferentes clases en China, dado que el poderoso aparato
estatal está ahora en manos del pueblo, y dado que la creciente economía de
propiedad estatal de carácter socialista junto a la economía cooperativa de carácter
semisocialista se convertirán en los componentes principales de la economía de
China, este tipo de contradicción y lucha no tiene que ser resuelto con
derramamiento de sangre, puede ser resuelto, en gran medida, por medio de la
educación y la reforma.
Fuente: http://www.revolutionarydemocracy.org/archive/huai.htm
Traducido
para “Crítica Marxista-Leninista” por Jiang Yucmoi
Nota de la traductora:
Para
las citas de Lenin, Stalin y Mao Tsetung, se han utilizado las traducciones
castellanas de las obras escogidas oficiales de cada autor.
En
el caso del artículo 31 del “Programa Común”, se ha transcrito la versión castellana
que aparece en la nota 1 del artículo de Mao, “Camino obligado para la transformación de la industria y comercio
capitalistas”, del tomo V de sus obras escogidas.
Descargar "La burguesía nacional en la revolución china" de Yu Huai.
Descargar "La burguesía nacional en la revolución china" de Yu Huai.