Del el 5 al 14 de octubre de 1952 se celebró el XIX Congreso del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS. El Informe principal fue presentado por Georgy Malenkov, en nombre del Comité Central del Partido, el primer día de sesiones del Congreso. José Stalin pronunció un breve discurso el ultimo día del Congreso, éste sería su ultimo discurso público. Por razones de espacio, sólo reproducimos la parte final del informe de Malenkov, en la que se trata de las últimas contribuciones de Stalin al marxismo-leninismo. Al final del artículo se puede descargar el texto complete del informe.
INFORME ANTE EL XIX CONGRESO DEL PARTIDO
SOBRE LA LABOR DEL CC DEL PC(b) DE LA URSS
5 de Octubre de 1952
(Extracto de la parte final de la sección III sobre el Partido)
Camaradas, en nuestra época,
las grandes enseñanzas de Marx, Engels, Lenin y Stalin son el faro de toda la
humanidad, que señala el camino del desarrollo de la civilización mundial.
Nuestro Partido debe su
fortaleza al hecho de que sus actividades son guiadas por la teoría
marxista-leninista. Su línea política está basada en el conocimiento científico
de las leyes del desarrollo social.
El rol histórico de nuestros
grandes maestros, Lenin y Stalin, radica en que habiendo desentrañado los
principios teóricos del marxismo y poseyendo un perfecto dominio del método
dialéctico, han defendido y enarbolado el marxismo contra todas las distorsiones
y han desarrollado la teoría marxista con extraordinario genio. Siempre, en
cada nuevo viraje en la historia, ellos han ligado el marxismo con las tareas
prácticas de la época, y han demostrado mediante su enfoque creador de las
enseñanzas de Marx y Engels que el marxismo no es un dogma inerte sino una guía
viva para la acción.
La teoría marxista-leninista
es el tema de la incansable labor del camarada Stalin. Un lugar central en el
trabajo teórico del camarada Stalin a lo largo de este reciente periodo ha sido
la investigación de problemas que marcan época – el desarrollo de la economía
socialista y la transición gradual hacia el comunismo. Enriqueciendo y
desarrollando creadoramente el marxismo-leninismo, el camarada Stalin arma
ideológicamente al Partido y al pueblo soviético en la lucha por el triunfo de
nuestra causa.
De cardinal importancia para
la teoría marxista-leninista y para toda nuestra actividad práctica es la obra
del camarada Stalin, recientemente publicada: “Los problemas económicos del
socialismo en la URSS” (Fuertes y
prolongados aplausos). Esta obra analiza las leyes de la producción y
distribución sociales de los bienes materiales en la sociedad socialista,
define los principios científicos del desarrollo de la economía socialista y
traza el camino de la transición gradual del socialismo al comunismo. La
investigación de los problemas de la teoría económica, realizada por el
camarada Stalin, ha desarrollado la economía política marxista-leninista.
El camarada Stalin ha esbozado
el programa de las condiciones preliminares básicas para la transición al
comunismo. Para preparar el camino para la verdadera transición al comunismo,
nos enseña el camarada Stalin, deben satisfacerse por lo menos tres condiciones
preliminares básicas:
“Es indispensable, en primer término, asegurar… el
incremento constante de toda la producción social, y preferentemente el de la
producción de medios de producción. El que se dé preferencia al incremento de
la producción de medios de producción, no sólo es necesario porque esta
producción debe asegurar las maquinas necesarias, tanto a sus propias empresas como
a las empresas de todas las otras ramas de la economía nacional, sino porque
sin en ella no es posible, en absoluto, llevar a cabo la reproducción
ampliada”. (J. Stalin, Problemas
económicos del socialismo en la URSS, p. 74).
“Es indispensable, en segundo término, elevar la
propiedad koljosiana al nivel de propiedad de todo el pueblo, mediante transiciones
graduales realizadas en beneficio de los koljoses y, por consiguiente, de toda
la sociedad, y también, mediante transiciones graduales, sustituir la
circulación mercantil por un sistema de intercambio de productos, para que el poder
central o cualquier otro centro económico-social pueda disponer de todo el
producto de la producción social en interés de la sociedad.” (Ibíd., p. 75).
En la actualidad, por
supuesto, la circulación de mercancías y la propiedad koljosiana están siendo
exitosamente utilizadas para promover la sociedad socialista y son de innegable
beneficio para nuestra sociedad. Serán también beneficiosas en el futuro inmediato.
Pero debemos tener en mente las perspectivas de nuestro desarrollo.
“No se puede obtener una abundancia de productos que
permita cubrir todas las necesidades de la sociedad”, señala el camarada Stalin, “ni pasar a la
fórmula ‘a cada cual según sus necesidades’, mientras subsistan fenómenos económicos
como la propiedad de determinados grupos, de los koljoses, la circulación de
mercancías y otros”. (Ibíd., p. 74)
En tanto en la economía
socialista permanezcan los dos sectores de producción básicos –público y koljosiano–,
la circulación mercantil con su “economía monetaria” también debe permanecer
como un elemento necesario y útil de nuestro sistema de economía nacional. La
existencia de la producción mercantil y la circulación de mercancías determinan
también la existencia de la ley del valor bajo el socialismo, aunque bajo
nuestro sistema ha cesado de funcionar como regulador de la producción.
Pero la circulación de
mercancías, como la ley del valor, no es eterna. Cuando, en lugar de las dos
formas básicas de producción socialista –pública y koljosiana–, surja un solo sector
que abarque toda la producción, desaparecerá la circulación de mercancías con
su “economía monetaria” y desaparecerá también la ley del valor. La opinión de
que la circulación mercantil persistirá bajo el comunismo no tiene nada que ver
con el marxismo. La circulación mercantil es incompatible con la transición
prospectiva del socialismo al comunismo.
El camarada Stalin ha expuesto
teóricamente las medidas necesarias para elevar la propiedad koljosiana al
nivel de propiedad de todo el pueblo, la transición gradual a un sistema de
intercambio de productos entre la industria estatal y los koljoses. Los gérmenes
del intercambio de productos –que ahora existen en la forma de “pago en
mercancías” de los productos de koljoses que cultivan algodón, lino, remolacha
y otros– se desarrollarán en un amplio sistema de intercambio de productos.
“Tal sistema”, dice el camarada Stalin, “exige un aumento inmenso de la
producción que envía la ciudad al campo; por ello habrá que introducirlo sin
grandes apresuramientos, en la medida en que se acumulen los artículos de la
ciudad. Pero hay que introducirlo con firmeza, sin vacilaciones, reduciendo paso
a paso la esfera de acción de la circulación mercantil y la ampliando la esfera
de acción del intercambio de productos.
“Tal sistema, al reducir la esfera de acción de la circulación mercantil, facilitará el paso del socialismo al comunismo. Además, permitirá incluir la propiedad fundamental de los koljoses –el fruto de la producción koljosiana– en el sistema general de la planificación de toda la economía del país.
“Este será, precisamente, el medio real y decisivo para elevar la propiedad koljosiana al nivel de propiedad de todo el pueblo, en nuestras condiciones de hoy día”. (Ibíd., p. 104).
El sistema de intercambio de
productos será sin ninguna duda ventajoso para los campesinos koljosianos,
porque obtendrán del Estado mucho más producción y a precios más baratos que
con la circulación mercantil. Los koljoses que ahora gozan de contratos de
“pago con mercancías”, que son los gérmenes del sistema de intercambio de
productos, son conscientes de las inmensas ventajas y beneficios de ese
sistema. Ahora sabemos que hay un número especialmente grande de koljoses ricos
entre los koljoses de esta categoría.
A fin de allanar el camino a
las condiciones preliminares básicas para la transición al comunismo, el
camarada Stalin dice:
“Es necesario, en tercer término, alcanzar un ascenso
cultural de la sociedad, que asegure a todos sus miembros el desarrollo
universal de sus capacidades físicas e intelectuales, para que puedan recibir
una instrucción que les permita ser agentes activos del desarrollo de la sociedad,
para que puedan elegir la profesión que más les guste y no tengan que verse
atados de por vida, debido a la división del trabajo existente, a una sola
profesión.” (Ibíd., p. 76).
“Para eso es necesario, ante todo, reducir la jornada
de trabajo, por lo menos, a seis, y más adelante a cinco horas. Eso es
necesario para que los miembros de la sociedad dispongan del tiempo libre
suficiente para adquirir instrucción universal. Para ello es necesario, además,
implantar la enseñanza politécnica general y obligatoria, indispensable, para
que los miembros de la sociedad puedan elegir la profesión que más les guste y
no se vean atados de por vida a una sola profesión. Para ello es necesario,
además, mejorar radicalmente las condiciones de vivienda y elevar al doble, por
lo menos, el salario real de los obreros y de los empleados, tanto mediante el
aumento directo del salario metálico, como, sobre todo, mediante la rebaja
sistemática de los precios de los artículos de amplio consumo.” (Ibíd., p. 77).
Sólo después de cumplir todas esas condiciones preliminares en
su integridad, enseña el camarada Stalin, se podrá esperar que el trabajo deje
de ser para los miembros de la sociedad una carga como lo fue bajo el
capitalismo y se convierta en la primera necesidad de la vida, y que la
propiedad social sea apreciada por todos los miembros de la sociedad como la
base firme e inviolable de la existencia de la sociedad. Sólo después de
cumplir todas esas condiciones se podrá pasar de la fórmula socialista “de cada
cual según su capacidad, a cada cual según su trabajo” a la fórmula comunista
“de cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”. El camarada
Stalin advierte enfáticamente contra apresurarse en la transición hacia formas
económicas más altas sin crear previamente las condiciones necesarias para la
transición.
El camarada Stalin ha dado una
solución científica a grandes problemas sociales y cuestiones programáticas del
comunismo, como la abolición de la antítesis entre la ciudad y el campo, entre
el trabajo físico y el trabajo intelectual, y también ha analizado la cuestión
–nueva para la ciencia marxista– de la eliminación de las diferencias
esenciales entre ellas que aún persisten en la sociedad socialista.
Por eso los planes del Partido
para el futuro, definiendo los prospectos y las formas de nuestro desarrollo,
están basados en el conocimiento de las leyes económicas, en la ciencia de la
construcción de la sociedad comunista elaborada por el camarada Stalin (Fuertes y prolongados aplausos).
De fundamental importancia es
la demostración del camarada Stalin del carácter objetivo de las leyes
económicas. El camarada Stalin nos enseña que las leyes del desarrollo
económico, las leyes de la economía política –ya sea en el periodo del capitalismo
o en el periodo del socialismo– son leyes objetivas que reflejan el proceso de
desarrollo económico que tiene lugar independientemente de la voluntad del
hombre. El hombre puede descubrir esas leyes, conocerlas y utilizarlas en
interés de la sociedad, pero no puede destruir las antiguas leyes económicas o
crear nuevas. Las leyes económicas no se crean a voluntad del hombre sino que
surgen de nuevas condiciones económicas.
Profundamente equivocado es el
punto de vista de que las leyes del desarrollo económico pueden crearse o
abolirse, que, en vista del rol especial asignado por la historia al Estado
soviético, éste puede abolir las leyes existentes de la economía política,
“formar” nuevas o “transformarlas”. La negación de la existencia de leyes
objetivas de la actividad económica bajo el socialismo puede conducir al caos y
al imperio del azar. Su resultado sería abolir la economía política como
ciencia, dado que la ciencia no puede existir y desarrollarse sin el
reconocimiento de leyes objetivas y sin su estudio. La negación del carácter
objetivo de las leyes económicas es la base ideológica del aventurerismo en
política económica y de la completa arbitrariedad en la dirección económica.
Una gran contribución a la
economía política marxista es el descubrimiento del camarada Stalin de la ley
económica fundamental del capitalismo moderno y la ley económica fundamental
del socialismo. La ley económica fundamental define la naturaleza de un modo de
producción determinado y los principales aspectos y los principales procesos de
su desarrollo; proporciona la clave para el entendimiento y la explicación de
todas las leyes de un sistema económico determinado.
El camarada Stalin ha
demostrado que la característica y exigencia principales de la ley económica
fundamental del capitalismo moderno es “asegurar el máximo beneficio capitalista, mediante
la explotación, la ruina y la depauperación de la mayoría de los habitantes de
un país dado, mediante el avasallamiento y el saqueo sistemático de los pueblos
de otros países, principalmente de los países atrasados, y, por último, mediante
las guerras y la militarización de la economía nacional, a las que se recurre
para asegurar el máximo beneficio.” (Ibíd., pp. 43-44). Esta ley expone
y explica las flagrantes contradicciones del capitalismo y revela las causas y
raíces de la política agresiva y rapaz de los países capitalistas. El
funcionamiento de esta ley conduce a la profundización de la crisis general del
capitalismo, al inevitable crecimiento y erupción de todas las contradicciones
de la sociedad capitalista.
La antítesis del capitalismo
agonizante es el ascendiente y floreciente sistema socialista. El rasgo
esencial y la exigencia de la ley económica fundamental del socialismo,
descubierta por el camarada Stalin, es: “asegurar la máxima satisfacción de las necesidades
materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad, mediante el
desarrollo y el perfeccionamiento ininterrumpidos de la producción socialista
sobre la base de la técnica más elevada.” (Ibíd., p. 45). El camarada
Stalin ha demostrado que el objetivo del modo de producción socialista no es la
obtención de beneficios sino el hombre y sus necesidades, la satisfacción de
sus necesidades materiales y culturales. La máxima satisfacción de las
necesidades materiales y culturales, en constante ascenso, de toda la sociedad
es el objetivo de la producción socialista. Este objetivo se logra mediante la expansión
y perfeccionamiento continuos de la producción socialista sobre la base de la
técnica más avanzada. El funcionamiento de esta ley conduce al desarrollo de
las fuerzas productivas de la sociedad, a su progreso y a la permanente elevación
del nivel material y cultural del pueblo trabajador. (Aplauso).
El descubrimiento del camarada
Stalin de la ley económica fundamental del capitalismo moderno y la ley
económica fundamental del socialismo es un golpe demoledor a todos los
apologistas del capitalismo. Estas leyes económicas fundamentales nos dicen que
mientras que en la sociedad capitalista el hombre está sometido a la despiadada
ley de asegurar el máximo beneficio, en virtud del cual está condenado a graves
penurias, a la pobreza, al desempleo, a la sangre y la destrucción de la
guerra; en la sociedad socialista, toda la producción está subordinada al
hombre, al constante ascenso de sus necesidades. Ahí radica la ventaja decisiva
del nuevo sistema social que es superior al capitalismo: el comunismo. (Aplauso).
El comunismo nace del esfuerzo
consciente y creador de millones de trabajadores. La teoría de la espontaneidad
es totalmente ajena al sistema económico socialista. En virtud del
funcionamiento de la ley de la competencia y la anarquía de la producción, el sistema
capitalista está desgarrado por las agudas contradicciones. El camarada Stalin
demuestra que sobre la base de la socialización de los medios de producción surgió
en nuestro país, en oposición a la ley de la competencia y la anarquía de la
producción, la ley del desarrollo armónico, proporcional, de la economía
nacional.
La ley del desarrollo armónico
de la economía nacional no es la ley fundamental del socialismo y nuestra
planificación no puede rendir los resultados positivos deseados si no toma en
cuenta el objetivo principal de la producción socialista, si no se basa en la
ley económica fundamental del socialismo. Para asegurar el desarrollo
ininterrumpido de la producción social en su totalidad y crear la abundancia de
productos en nuestro país, es necesario dominar totalmente el arte de la
utilización armónica y racional de todos nuestros recursos materiales,
financieros y laborales, en consonancia con las exigencias de la ley del
desarrollo armónico de la economía nacional y de conformidad con todas las
exigencias de la ley económica fundamental del socialismo.
En sus obras sobre los
problemas económicos del socialismo en la URSS, el camarada Stalin nos ha
demostrado toda la complejidad de los problemas que tendremos que resolver para
superar las dificultades, para resolver las contradicciones que surjan en el
curso de la construcción comunista.
El camarada Stalin descubrió la
ley económica objetiva de la armonía obligatoria entre las relaciones de producción y el
carácter de las fuerzas productivas, y demostró el gran rol transformador y la
importancia del conocimiento de esta ley. Con su profundo análisis de los
procesos que se desarrollan en nuestra economía, el camarada Stalin ha puesto
en evidencia el gran error de la tesis que sostiene que bajo el socialismo no
hay contradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas
de la sociedad. Indudablemente hay contradicciones y las habrá en la medida en
que el desarrollo de las relaciones de producción se quede a la zaga del
desarrollo de las fuerzas productivas. Por supuesto, las cosas en la sociedad
socialista no suelen llegar tan lejos como a un conflicto entre las relaciones
de producción y las fuerzas productivas; pero es peligroso no reconocer que hay
y habrá contradicciones entre ellas. Es nuestro deber discernir esas
contradicciones a tiempo y, mediante una política correcta, resolverlas inmediatamente,
de tal manera que las relaciones de producción pueden cumplir su papel de
fuerza principal y decisiva que determina el poderoso desarrollo de las fuerzas
productivas.
Para garantizar nuestro
avance, los dirigentes del Partido y nuestros científicos sociales, en primer
lugar los economistas, deben guiarse por las orientaciones programáticas del
camarada Stalin e investigar a fondo los problemas de la teoría
marxista-leninista en inseparable relación con el trabajo constructivo
práctico.
Las obras del camarada Stalin
son el testimonio elocuente de la importancia primordial que nuestro Partido
otorga a la teoría. La teoría revolucionaria fue, es y será la antorcha
infalible que ilumina el avance de nuestro Partido y nuestro pueblo hacia el
triunfo completo del comunismo. (Fuertes
aplausos).
El camarada Stalin desarrolla
constantemente la teoría marxista. Su obra clásica, “El marxismo y los problemas de la lingüística”, eleva a un nivel
nuevo y superior los principios fundamentales de la teoría marxista sobre el
carácter objetivo del desarrollo social, y examina a fondo la cuestión de la
base económica de la sociedad y su superestructura y la cuestión de las
relaciones de producción y las fuerzas productivas. Desarrolla aún más la
teoría del materialismo dialéctico e histórico, como la base teórica del
comunismo. El camarada Stalin ha explicado la función del lenguaje como
instrumento del desarrollo social y ha señalado las perspectivas del desarrollo
futuro de la cultura y el lenguaje nacionales. En este trabajo, el camarada Stalin
ha enriquecido la ciencia del marxismo-leninismo con nuevos postulados y ha
abierto nuevas perspectivas para el progreso de todas las ramas del
conocimiento.
Las obras del camarada Stalin
sobre los problemas económicos y la lingüística marcan una nueva etapa en el
desarrollo del marxismo y proporcionan un magnífico ejemplo de aplicación
creadora de las enseñanzas de Marx, Engels y Lenin. El camarada Stalin nos
demuestra la inadmisibilidad de la aplicación dogmática de la teoría, que sólo
puede perjudicar seriamente la educación política de las masas. Los
descubrimientos teóricos del camarada Stalin son de importancia histórica,
arman a los pueblos con el conocimiento de la reconstrucción revolucionaria de
la sociedad y con la rica experiencia de la lucha de nuestro Partido por el
comunismo. (Fuertes y prolongados
aplausos).
La gran importancia de las
obras teóricas del camarada Stalin estriba en el hecho de que nos previenen
contra el análisis superficial; ellas penetran en el fenómeno, en la misma
esencia de los procesos del desarrollo social, y nos enseñan a percibir en su
origen el fenómeno que determinará el curso del desarrollo, haciendo posible un
pronóstico marxista.
Las enseñanzas de Marx,
Engels, Lenin y Stalin proporcionan a nuestro Partido la fuerza invencible y la
capacidad de abrir nuevos caminos en la historia, de ver con claridad el
objetivo de nuestro movimiento hacia adelante, y de conquistar y consolidar la victoria
de forma más rápida y segura.
Las ideas
leninista-stalinistas iluminan claramente, con la antorcha de la teoría
revolucionaria, las tareas y las perspectivas de la lucha de las masas de todos
los países contra el imperialismo, por la paz, la democracia y el socialismo. (Fuertes y prolongados aplausos).
*
Camaradas, el Estado soviético
ya no es más un oasis solitario rodeado de países capitalistas. Estamos
avanzando junto al gran pueblo chino (Prolongados
aplausos), junto a varios millones en las democracias populares y la
República Democrática de Alemania. (Prolongados
aplausos). Contamos con la simpatía y el apoyo de toda la humanidad
progresista. (Prolongados aplausos).
Junto a todas esas fuerzas, estamos defendiendo la causa de la paz y la amistad
entre las naciones.
Nuestro poderoso país está en
la flor de su fortaleza y está avanzando de éxito en éxito. Tenemos todo lo necesario
para la construcción de la sociedad comunista completa. Los recursos naturales
de la Unión Soviética son inagotables. Nuestro Estado ha demostrado su
capacidad para utilizar esos vastos recursos en beneficio del pueblo
trabajador. El pueblo soviético ha demostrado su capacidad para construir una
nueva sociedad y mirar hacia el futuro con confianza. (Prolongados aplausos).
A la cabeza de los pueblos de
la Unión Soviética está nuestro Partido, probado y templado en la lucha, firme
seguidor de la política leninista-stalinista. Bajo el liderazgo del Partido
Comunista, se ha obtenido la victoria histórica del socialismo en la URSS, y se
ha abolido para siempre la explotación del hombre por el hombre. Bajo el
liderazgo del Partido, los pueblos de la Unión Soviética están trabajando
exitosamente para el logro del gran objetivo de la construcción del comunismo
en nuestro país. (Prolongados aplausos).
No hay fuerza en el mundo que
pueda detener el avance de la sociedad soviética. Nuestra causa es invencible.
Debemos mantener nuestra mano firme en el timón y seguir nuestro curso sin
inmutarnos ante la provocación y la intimidación. (Fuertes y prolongados aplausos).
¡Bajo la bandera del inmortal
Lenin, bajo el sabio liderazgo del gran Stalin, adelante hacia la victoria del
comunismo!
(Al término
del informe, todos los delegados se ponen de pie y saludan al camarada Stalin
con fuertes y prolongados vítores. Hay gritos desde todas partes de la sala:
“¡Viva el gran Stalin!”, “¡Hurra por nuestro querido Stalin!”, “¡Viva nuestro
querido líder y maestro, camarada Stalin!”).
Fuente: Malenkov,
G., Report to the Nineteenth Party
Congress on the Work of the Central Committee of the CPSU (b), October 5,
1952, Foreign Languages Publishing House, Moscow, 1952.
Traducido para “Crítica
Marxista-Leninista” por Thiago R.
Descargar el texto completo del “Informe ante el XIX Congreso del PC(b) de la URSS” de Georgy Malenkov (1952)
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