En agosto de 1964, la ruptura sino-soviética era pública. El Partido Comunista de China había publicado en julio de ese año su noveno artículo polémico criticando al PCUS, titulado "Acerca del falso comunismo de Jruschov y sus lecciones históricas para el mundo". El golpe de timón en el partido y el gobierno de los revisionistas soviéticos, que encumbraría a Brezhnev, todavía ocurriría en octubre de 1964. Además de la crítica teórica, ideológica y política, el PCCh también empezó a poner énfasis en las diferencias sobre cuestiones territoriales entre los dos países fronterizos, alentando además a otros a hacerle reclamos territoriales a los soviéticos. De esta actitud china, Enver Hoxha diría con preocupación que, justas o no, "la lucha contra el jruschovismo no debe perderse en reivindicaciones territoriales". Naturalmente, la ruptura definitiva con el revisionismo soviético llevaría a los dirigentes chinos a reformular su política exterior.
Se sugiere que las primera declaración de Mao en torno a la "zona intermedia" la hizo en una entrevista con la periodista norteamericana Anna Louise Strong. Ahí, Mao sostenía: "Los EE.UU. y la Unión Soviética están separados por una extensa zona en que hay muchos países capitalistas, coloniales y semicoloniales de Europa, Asia y Africa.", pero lo hacía para explicar que si los imperialistas norteamericanos querían desatar una guerra contra la URSS debían primero someter a estos países. Algunos sostienen además que Mao todavía no se había alineado con la URSS de Stalin y que incluía a China en esa vasta zona intermedia. Es cierto que recién en junio de 1949, Mao declararía públicamente: "...nos ponemos de un lado... Las experiencias acumuladas en estos cuarenta años y en estos veintiocho años
muestran que todos los chinos sin excepción tienen que ponerse, o del lado del
imperialismo, o del lado del socialismo. No es posible cabalgar sobre una tapia
entre los dos, ni existe un tercer camino." (Sobre la dictadura democrática popular); pero esta "demora" era parte de la conveniencia política que el contexto nacional chino e internacional sugerían tanto al PCh como la URSS de Stalin, que por lo demás actuaban en coordinación.
En relación directa con la teoría de los tres mundos que pone a la Unión Soviética como el enemigo principal, estaría una declaración de Mao ante la delegación del Partido Comunista Japonés encabezado por Kenji Miyamoto en febrero-marzo de 1966, que visitó China y Vietnam del Norte promoviendo un frente único antiimperialista que incluiría a China y la URSS. Supuestamente Mao habría "insistido que la Unión Soviética se ha convertido en el enemigo más peligroso de los pueblos del mundo y llamaba a la formación de un 'frente único internacional antiimperialista y antirrevisionista'" (Chen Jian, La China de Mao y la guerra fría, 2001, que cita como fuente a Masaru Kojima, ed., The Record of the Talks between the Japanese Communist Party and the Communist Party of China: How Mao Zedong Scrapped the Joint Comuniqué, Tokio: CC of the JCP, 1980). Lamentablemente no conocemos el texto de las conversaciones, pero la única parte citada textualmente por el autor Chen Jian es "frente único internacional antiimperialista y antirrevisionista" que se encuadra en la línea de los partidos marxista-leninistas de formación de un frente único que luchara contra el imperialismo de todo tipo, incluyendo el soviético revisionista.
El texto que a continuación reproducimos es, sin embargo, bastante elocuente en cuanto a su afinidad con la teoría de los tres mundos.
Entrevista con los socialistas japoneses:
Sobre la teoría de la zona intermedia
Mao Tsetung
11 de Agosto de 1964
[Fuente: Revista japonesa Sekat Shuho, 11 de Agosto de 1964]
El Presidente Mao planteó,
en primer lugar, el siguiente tema: Japón y China deben
actuar conjuntamente, trabajar juntos, unidos. Japón es un país que está
relativamente desarrollado desde el punto de vista industrial y puede ayudarnos
de muchas maneras. Pero también debemos apoyarnos políticamente. ¿Por qué tenemos
que estar el uno contra el otro, como hace unos años atrás?
Al intercambiar opiniones
con Kojo Sasaki y otros líderes políticos sobre la agresión japonesa contra
China en el pasado, el Presidente Mao planteó la cuestión del imperialismo
norteamericano y de las zonas intermedias, y desarrolló las siguientes ideas:
Como resultado de la guerra, Japón cayó bajo la dominación del imperialismo
norteamericano, exactamente de la misma forma en que Corea del Sur, Filipinas,
Tailandia y otros, cayeron bajo la dominación del imperialismo norteamericano. Las
manos de Estados Unidos se han extendido hacia la parte occidental del Océano
Pacífico y el sudeste asiático. Esas manos son muy largas.
Estados Unidos domina Europa, domina Canadá, domina América Latina, excepto
Cuba. Sus manos llegan hasta el África.
Todas las naciones de Asia, África y América Latina se están rebelando
contra el imperialismo; también Europa, Canadá y otros países se están rebelando
contra el imperialismo. Incluso los imperialistas se están rebelando contra los
imperialistas. ¿No es eso lo que está haciendo De Gaulle?
En la actualidad, existen dos zonas intermedias en el mundo. Asia, África y
América Latina constituyen la primera zona intermedia. Europa, América del
Norte y Oceanía constituyen la segunda. El capital monopolista japonés
pertenece a la segunda zona intermedia, pero también está descontento con
Estados Unidos, y algunos de sus representantes se están rebelando abiertamente
contra Estados Unidos. Y aunque ahora el
capital monopolista japonés depende de Estados Unidos, llegará el momento en
que se sacudirá del yugo norteamericano.
El pueblo japonés es un gran pueblo. Ellos hicieron la guerra contra
Estados Unidos, contra Inglaterra y Francia. Llevaron a cabo el ataque a Pearl
Harbor; ocuparon Vietnam, Filipinas, Tailandia, Malasia e Indonesia. Avanzaron
hasta la parte oriental de la India.
Obviamente, esto, de ninguna manera, significa que estoy a favor de la
repetición de una agresión del imperialismo japonés.
Sin embargo, no creo que el capital monopolista japonés permita que Estados
Unidos lo tenga agarrado por el cuello para siempre. ¿No sería mejor para Japón
ser completamente independiente, establecer relaciones y entrar en cooperación
con las fuerzas que luchan por la independencia nacional en Asia?
Sobre la disputa sino-soviética
En relación con la llamada
disputa sino-soviética, Mao abordó la cuestión de la ayuda militar soviética a
la India, del retiro de especialistas y técnicos soviéticos de China, etc.
Después de resaltar que “las relaciones entre nosotros y la Unión Soviética han
empeorado más y más desde el XX Congreso del Partido Comunista de la Unión
Soviética en 1956”, declaró:
Ellos nos desafiaron a esto, y nosotros estamos respondiendo. Nos propusieron
que cesáramos las discusiones públicas, aunque sea sólo tres meses. Pero nosotros
les dijimos que no las detendríamos ni siquiera por tres días. Hemos hecho la
guerra durante veinticinco años: veintidós años de guerra civil y guerra contra
el Japón, y tres años de guerra en Corea. Antes, yo era un maestro de escuela
que no sabía lo que era la guerra. Tres instructores me enseñaron lo que es la
guerra: Chiang Kai-shek, el imperialismo japonés y el imperialismo
norteamericano. De las guerras aprendimos que cuando se hacen, muere gente.
Como resultado de veinticinco años de guerra, las pérdidas del pueblo chino
ascendieron a varias decenas de millones de muertos y heridos.
Pero cuando se trata de guerras en la prensa, nadie muere. Hemos estado
librando este tipo de guerra desde hace varios años, y ninguna persona ha
muerto. Y estamos dispuestos a continuar con esta guerra durante otros
veinticinco años.
Sobre la cuestión territorial
Tetsho Ara, jefe de la
delegación del Partido Socialista de la isla de Hokkaido, preguntó: “En un
momento, sin que tuviéramos conocimiento de ello, nos quitaron las islas
Kuriles, de conformidad con el Acuerdo de Yalta y la Declaración de Potsdam. Nosotros
exigimos que nos las devuelvan. Nos gustaría conocer la opinión del Presidente
Mao al respecto”.
La respuesta fue la
siguiente:
La Unión Soviética ha ocupado muchos lugares. De conformidad con el Acuerdo
de Yalta, la Unión Soviética, bajo el pretexto de asegurar la independencia de
Mongolia, puso, de hecho, a ese país bajo su dominio. Mongolia tiene una
superficie mucho mayor que las islas Kuriles. Cuando Jruschov y Bulganin vinieron
a China en 1954, nosotros les planteamos ese problema, pero se negaron a hablar
al respecto. También se anexaron una parte de Rumania. Separaron una parte de
Alemania Oriental y persiguieron a los habitantes locales en la parte
occidental. Tomaron una parte de Polonia y la incorporaron a Rusia, y, en
compensación, le dieron a Polonia una parte de Alemania Oriental. Lo mismo
ocurrió con Finlandia. Le quitaron todo lo que era posible quitarle. Algunas
personas han declarado que la provincia de Sinkiang y el territorio al norte
del río Amur deben ser incorporados a la URSS. La URSS está concentrando tropas
en sus fronteras.
La Unión Soviética tiene una superficie de 22 millones de kilómetros
cuadrados y su población asciende a 200 millones de personas. Ha llegado el
momento de terminar con las anexiones. Japón tiene una superficie de 370.000
kilómetros cuadrados y una población de 100 millones. Desde hace sólo 100 años,
la tierra al este del Baikal es territorio ruso; y, a partir de ese momento,
Vladivostok, Khabarovsk, Kamchatka y otros lugares pueden ser considerados como
parte del territorio de la Unión Soviética. Todavía no hemos presentado ningún
reclamo al respecto. En cuanto a las islas Kuriles se refiere, la cuestión es
clara para nosotros: deben ser devueltas a Japón.
Fuente: “Interview with the Japanese Socialists on the Theory of the
Intermediate Zone”, August 11, 1964, Selected Works of Mao Tse-tung,
publicado en Marxists.org (http://www.marxists.org/reference/archive/mao/selected-works/volume-9/mswv9_26.htm).
Traducido
para “Crítica Marxista-Leninista” por Jiang Yucmoi.