La teoría de la crisis general del capitalismo, al igual que la teoría del capitalismo monopolista de Estado, fue abandonada décadas atrás por los partidos e intelectuales que se nutrían de las fuentes del marxismo-leninismo. En los últimos años, existe una interesante y fuerte tendencia a rescatar también esta teoría, rectificando interpretaciones limitadas y erróneas y actualizando su contenido. El siguiente artículo fue publicado en los tres últimos números del 2012 del mensuario Socialist Voice, publicación del denominado Partido Comunista de Irlanda. Pese a las discrepancias políticas con ese partido y con el contenido de algunas de las opiniones expresadas en el presente artículo (entre otros, su ausencia de crítica de la concepción de los ciclos largos de Kondratiev), creemos que aporta elementos que permiten una discusión de la teoría de la crisis económica del capitalismo y de la teoría de la crisis general del capitalismo.
Entender la
crisis y someter a juicio el sistema
Por NL
Por NL
Las crisis no son causadas por la codicia (aunque está
muy extendida), las crisis no son causadas por reguladores tímidos o
políticos corruptos (aunque son muchos), las crisis no son causadas por el excesivo gasto estatal:
las crisis son características constantes y recurrentes del capitalismo, que nacen
del funcionamiento interno del sistema económico, tanto a nivel productivo como
ficticio.
…las crisis en el capitalismo están arraigadas en
la tasa decreciente de ganancia, que resulta de la necesidad competitiva de las
empresas de invertir cada vez más en tecnología, con el fin de producir más
rápido y más barato que sus rivales. Esto, sin embargo, tiene el efecto adverso
de reducir la cantidad de trabajo involucrada en el proceso –que en última
instancia es la fuente de la ganancia–, lo que conduce a una tendencia a
disminuir la tasa de ganancia, que a su vez tiene como resultado los periodos
de estancamiento, sobreproducción, despidos y crisis, con el fin de que el
proceso comience de nuevo.
Las crisis, por lo tanto, son cíclicas y recurrentes.
Esto es puesto en evidencia en muchas obras, incluyendo libro de Andrew Kliman,
“El fracaso de la producción capitalista”…,
pero también puede verse por lo general en la disminución del crecimiento del
PIB, el nivel constante del desempleo masivo y la disminución de las tasas de
interés (porque si la tasa de interés fuera más alta que la tasa de ganancia en
la producción, ¿por qué alguien con capital invertiría en la producción?).
Kliman identifica como una de las razones de la
gravedad de la crisis actual, el hecho de que en las últimas décadas el Estado
y otras instituciones han intervenido activamente para evitar la crisis. Estas
acciones, comúnmente conocidas como neoliberalismo, han incluido una reducción
masiva de los impuestos sobre las ganancias, que, aunque no aumenta la tasa de
ganancia, aumenta de hecho la acumulación privada de capital mediante el
aumento de las ganancias disponibles.
Al evitarse, de esa forma, una crisis masiva se impidió
la necesaria destrucción de capital y de activos que eran necesarios para
volver a iniciar el proceso de crecimiento. Esa es la razón por cual la crisis
actual, que se ha estado gestando en las últimas décadas, es tan grave.
…
…en el movimiento comunista internacional, existe
una teoría de la crisis que parece explicar la crisis de una manera que
reconoce que las crisis cíclicas se producen a partir del cambio de énfasis en
las inversiones de capital, pasando de la inversión en trabajo a la inversión
en maquinaria, lo que resulta en una disminución general de la tasa de ganancia
y en contradicciones cada vez mayores de las tendencias más fuertes en el
capitalismo monopolista –la monopolización y la concentración de la riqueza–,
dejando al sistema en un continuo estado de crisis, pero no siempre una recesión:
la crisis general del capitalismo.
La crisis general del capitalismo
La teoría de la crisis general del capitalismo
(CGC) desarrolló los análisis de Marx y de Lenin de las contradicciones y
tendencias dentro del sistema. No reemplazó sus conclusiones iniciales ni
tampoco trató de sugerir que las crisis y recuperaciones cíclicas no se
producirían ni se repetirían. De hecho, fue explícita al decir que esto no
significaba que el capitalismo estaba al borde del colapso.
“La caracterización de la crisis general del capitalismo dada en los documentos de los Congresos del PCUS [Partido Comunista de la Unión Soviética] y en los documentos teóricos del movimiento comunista mundial no está de ninguna manera irrevocablemente ligada a una “serie” especial de síntomas. Es una descripción flexible, que refleja la calidad contradictoria, multifacética y cambiante del colapso del sistema capitalista… El desarrollo de la crisis general no es lineal, ni puede decirse que se intensifica de manera constante año tras año. Se trata de un proceso desigual, extremadamente complejo y que, como Lenin predijo, pasa por “etapas prolongadas y difíciles”...
“Además de las tendencias de largo plazo hacia la
intensificación de las contradicciones internas del capitalismo, la crisis
general del capitalismo incluye procesos de corto plazo, por ejemplo, la
inflación rápida, los graves problemas de balanza pagos en varios países, y
estallidos sociopolíticos… Mientras el capitalismo no sea derribado por una
revolución socialista, se adaptará a las condiciones cambiantes. Las
características específicas del capitalismo moderno se pueden explicar, en gran
medida, por el hecho de que se ha adaptado a la nueva situación mundial. Sin
embargo, la adaptación a las nuevas circunstancias no significa la
estabilización del capitalismo como sistema…” M. S. Dragilev, La Gran Enciclopedia Soviética (3ª
edición, 1970-79).
La teoría de la crisis general del capitalismo
estaba sugiriendo, correctamente, que las tendencias identificadas por Marx y
Lenin se habían desarrollado, que la monopolización era mucho mayor, que el
capital financiero jugaba un papel más importante y desestabilizador, que las
economías nacionales estaban más integradas, lo que facilita la expansión
rápida de la crisis.
El capitalismo reaccionó ante cada crisis destinando
más inversión hacia la tecnología, a fin de incrementar la explotación; se
produjeron mayores concentraciones de la producción mediante fusiones, buscando
oportunidades para crear ganancias una vez que los canales habituales se
cerraban; y todo esto requería de una
comprensión más completa de la crisis sistémica.
Formulada durante la década de 1920, el concepto de
la crisis general del capitalismo fue adoptado por el VI Congreso de la
Internacional Comunista en 1929, que decía:
“La experiencia durante el periodo histórico de posguerra ha demostrado que la estabilización lograda mediante la represión de la clase obrera y la depresión sistemática de su nivel de vida sólo puede ser una estabilización parcial, transitoria y en descomposición… El desarrollo espasmódico y febril de la técnica [la tecnología], al borde de una nueva revolución técnica en algunos países, el acelerado proceso de concentración y centralización del capital, la formación de trusts gigantes y de monopolios “nacionales” e “internacionales”, la fusión de los trusts con el poder del Estado y el crecimiento de la economía capitalista mundial, no pueden, sin embargo, eliminar la crisis general del sistema capitalista…
Este progreso técnico y la racionalización de la
industria, el reverso de lo que es el cierre y liquidación de numerosas
empresas, la restricción de la producción y la explotación despiadada y
destructiva de la fuerza de trabajo, conducen al desempleo crónico en una
escala nunca antes experimentada. El deterioro absoluto de las condiciones de
la clase obrera se convierte en una realidad incluso en ciertos países
capitalistas altamente desarrollados. La competencia cada vez mayor entre los
países imperialistas, la amenaza constante de la guerra y la intensidad
creciente de los conflictos de clase preparan el terreno para una nueva y
superior etapa del desarrollo de la crisis general del capitalismo y de la
revolución proletaria mundial…
La crisis revolucionaria está madurando inexorablemente en los mismos centros del imperialismo; la ofensiva capitalista contra la clase obrera, el ataque al nivel de vida de los trabajadores, a sus organizaciones y a sus derechos políticos, con el crecimiento del terror blanco, despierta la creciente resistencia de las amplias masas del proletariado e intensifica la lucha de clases entre la clase obrera y el capital monopolista…
De acuerdo con los cambios en la situación política, la burguesía recurre al método del fascismo o al método de la coalición con la socialdemocracia; por su parte, la socialdemocracia juega a menudo un papel fascista en los periodos en que la situación es crítica para el capitalismo. (Programa de la Internacional Comunista, 1929)
*****
La crisis general del capitalismo
es a menudo mal entendida o tergiversada, dándole el sentido de que el mundo
socialista se encontraba al borde de la victoria sobre el capitalismo. Por
consiguiente, dado el triunfo de la contrarrevolución en los antiguos países
socialistas, la teoría ya no es relevante o válida. De hecho, muchas de las
críticas a la teoría de la crisis general del capitalismo
sugieren que, dado que el socialismo (o el “capitalismo de Estado”, como lo
llaman) fue suprimido, esto refuta la teoría de la CGC.
Ciertamente, los teóricos de la Unión Soviética pusieron
énfasis en la interrelación entre las contradicciones internas del capitalismo
y el desarrollo del socialismo y el creciente apoyo que éste recibía a nivel
mundial algunas décadas atrás. Sin embargo, la categorización de la crisis
general se basa fundamentalmente en el análisis de las contradicciones internas
del capitalismo monopolista; por lo tanto, si estas contradicciones existen todavía
(…), entonces, sigue siendo tan válida hoy como cuando fue sugerida por primera
vez, aunque como el tiempo ha pasado y las circunstancias han evolucionado y
cambiado, ciertos rasgos de la teoría de la crisis general necesitarán reflejar
la nueva realidad.
Como el filósofo comunista Hanz Heinz Holz dijo,
“Por lo tanto, debemos despejar la idea de que la crisis general del capitalismo se define mediante su correlación con el sistema socialista. Las características determinantes de la crisis hay que buscarlas en la esencia de los procesos sociales capitalistas y –en último análisis– en la agudización de las contradicciones básicas del capitalismo, entre el capital y el trabajo.”
Holz explica que la crisis general del capitalismo
es una categorización histórica del sistema en su última fase, cuando las
contradicciones internas ya no pueden mantenerse bajo control. Antes, el
desarrollo de las fuerzas productivas en el sistema lograba mantener estas
contradicciones bajo control, pero ahora, en su etapa altamente monopolizada,
expone a la humanidad ante ellas hasta el punto de amenazar las condiciones de su
existencia.
“…Si un sistema ya no es capaz de funcionar de acuerdo con sus propias leyes estructurales, y en cambio debe tener elementos funcionales conflictivos insertados en él, entonces es claramente inestable –y mantiene la apariencia de estabilidad sólo mediante la creación inmediata de nuevas contradicciones… En última instancia, sin embargo, sólo se mantiene poniendo siempre sobre los miembros más débiles de la sociedad, los costes ocasionados al equilibrar esas contradicciones…”
El capitalismo, en su última y plenamente
desarrollada fase monopolista, no puede absorber o controlar de forma
permanente sus contradicciones y conflictos, y entonces las traslada,
brutalmente, a la gente común. Ya se trate de la guerra, el desempleo, la
catástrofe ambiental, o la “austeridad”, todos ellos deben ser vistos en el
contexto de las limitaciones del sistema y la naturaleza generalizada de la
crisis en el sistema.
Cada crisis cíclica significa un nuevo asalto
contra el pueblo. El sistema no puede absorber y recuperarse de la caída: ahora
debe pasar esa crisis a la sociedad.
Para maximizar las ganancias, las empresas intensifican
la explotación del trabajo y aumentan la inversión en tecnología, pero esto
tiene el efecto negativo de reducir en última instancia la tasa de ganancia, ya
que una mayor proporción de capital es invertido en tecnología y no en el
trabajo humano, que es la fuente de plusvalía. Con un capital cada vez más
monopolizado, las empresas compran a sus débiles competidores a bajo precio,
restaurando temporalmente la ganancia, pero aumenta finalmente la
monopolización y agrava la sobreproducción y la concentración de capital y
poder.
Durante la recuperación no se ve una recuperación
del valor de la participación del trabajo, y no se ve un gran crecimiento en el
empleo, ni se ve un reequilibrio del sistema tributario. Cada crisis reduce aún
más la participación del trabajo en la riqueza mundial. Estas contradicciones crean
la crisis general en esta etapa del desarrollo histórico del sistema económico.
Es general en el sentido de que permea la sociedad de muchas maneras. La
democracia es atacada y vaciada de contenido. Cada vez más, el capital debe
recurrir a las formas autoritarias o “tecnocráticas” de gestión para controlar
la disidencia y para tratar de controlar el sistema de manera que se garantice
la creación de oportunidades de ganancias. El Estado es, cada vez más,
utilizado para transferir riqueza a los ricos mediante los impuestos y los subsidios
y para garantizar la creación de oportunidades de ganancias mediante la privatización
y los contratos del Estado.
La naturaleza coercitiva del Estado en la
protección de la riqueza es cada vez más clara. Los servicios de salud no
pueden proporcionar siquiera la atención sanitaria básica. Las corporaciones
monopólicas niegan medicamentos a millones de personas a nivel mundial y permiten
que las personas mueran de enfermedades curables. Los agricultores reciben
subsidios para no cultivar alimentos, mientras millones mueren de hambre. El
desempleo es constante y crece a nivel mundial.
La cultura es cada vez más mercantilizada y se
reduce a la venta vulgar de sexo. El deporte es cada vez más un negocio y
funciona como parte del sistema de acumulación, con el resultado de que el
engaño es endémico, y se tolera.
Holz sugiere que hay ocho aspectos de la crisis que
penetran todos los aspectos de la vida y hacen que la crisis sea general. Se
trata de la crisis económica, la crisis política de la democracia, la crisis
política de los Estados que conduce a la guerra, la crisis social, la crisis de
dirección (sin dirección filosófica coherente), la crisis educativa y cultural,
la crisis de los recursos técnicos y la crisis ambiental.
*****
Casi al mismo tiempo que la
teoría de la crisis general del capitalismo estaba siendo desarrollada por el
movimiento comunista, y las contradicciones monopolistas después de la Primera
Guerra Mundial evolucionaban hacia la gran depresión y el fascismo, un economista
soviético, Nikolai Kondratiev, investigó y planteó un análisis de los ciclos
del capitalismo que vio emerger nuevas contradicciones como resultado de la
“resolución” de la crisis precedente y que desarrollaban la siguiente.
“Cada nueva fase del ciclo es predeterminada por la acumulación de factores de la fase precedente, y cada nuevo ciclo sigue al anterior tan naturalmente como una fase del ciclo sigue a la otra. Sin embargo, debe entenderse que cada nuevo ciclo emerge en nuevas condiciones históricas particulares, sobre un nuevo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, y por lo tanto no es una simple reiteración del ciclo precedente.”
Kondratiev veía el ciclo económico capitalista como
conteniendo un periodo de expansión culminando en un pico, seguido por una recesión,
una meseta de estancamiento, y luego por una recesión secundaria o depresión.
Estos ciclos durarían cincuenta o sesenta años. Kondratiev identificó tres
ciclos de este tipo, identificando de manera importante la Gran Depresión en un
informe que escribió en 1926, sólo tres años antes de la crisis.
Expansión
|
Recesión
|
Meseta
|
Depresión
|
1784-1800
|
1800-1816
|
1816-1835
|
1835-1844
|
1845-1858
|
1859-1864
|
1864-1874
|
1875-1896
|
1896-1907
|
1907-1920
|
1920-1929
|
1929-1949
|
Para los economistas marxistas en la vena de
Kondratiev, después de la Segunda Guerra Mundial comenzó un cuarto ciclo, con
un periodo de expansión que duró hasta la década de 1970, en que empezó un periodo
de recesión que duró hasta los primeros años de la década de 1980, cuando
tomaron el relevo el estancamiento y una meseta.
En cierto modo, el periodo de depresión fue
artificialmente mantenido fuera de panorama o fue postergado por lo que
comúnmente se llama neoliberalismo, pero esencialmente por la interferencia del
Estado en la economía para apuntalar la creación de ganancias. Pero a pesar de
esto, la tasa de rendimiento del capital declinó significativamente en las
últimas décadas, lo que provocó una drástica caída en las tasas de interés para
tratar de estimular la inversión, produciendo una inundación de capital que se
dirigió hacia burbujas especulativas y la financiarización.
Esta interferencia estatal y el alto grado de
monopolización del poder impidieron que ocurriera de forma natural la destrucción
de capital que se dio al final de los ciclos anteriores, lo que permitió que la
tasa de ganancia se recupere.
…Andrew Kliman ha realizado una amplia investigación de calidad sobre esta evitación de la destrucción de capital y el papel importante que esto ha tenido en la creación de la crisis y en la profundización de la misma.
Tanto la crisis general del capitalismo como los
ciclos de Kondratiev, en su calidad de teorías explicativas, son extremadamente
poderosos, y en ellas deben basarse las últimas investigaciones y análisis. La
crisis económica, la crisis política, el déficit democrático, la crisis de la
educación y la cultura, la crisis de identidad, los problemas sociales: todos
forman parte de lo que es la crisis general del capitalismo y son evidentemente
parte del sistema actual.
Mejorar nuestra comprensión de la crisis
Tenemos que seguir esforzándonos por lograr una
mejor comprensión de cómo funciona el sistema y cómo hoy, en esencia, no
podemos hacer frente a los aspectos individuales de la crisis sin cuestionar el
sistema en su integridad.
El déficit democrático no puede ser seriamente
superado sin democratizar la economía. La destrucción del medio ambiente del
planeta no puede revertirse sin una economía planificada y controlada. Los problemas
sociales, el abuso de drogas y el alcohol no serán erradicados sin el pleno
empleo y el control de la comunidad sobre el futuro del pueblo. Todos ellos
están relacionados entre sí y vinculados entre sí, y también lo está la lucha
por comprender y superar el sistema que los crea y los sostiene.
Al tratar de lograr esta comprensión, se están haciendo
cada vez más claras una serie de cosas:
• Las crisis son una parte cíclica del sistema y ocurren periódicamente.
• La tendencia es que la tasa de ganancia disminuya,
pero el Estado actúa para contrarrestar esta tendencia.
• El capital migra hacia áreas tales como las finanzas,
donde se pueden obtener mejores retornos.
• El capital inunda los sectores que dan retornos,
dando lugar a burbujas.
• La deuda –personal, empresarial y estatal– se
utiliza para enmascarar las debilidades fundamentales y para absorber el exceso
de capital.
• Un número de factores –incluyendo los contratos
militares, la privatización y la innovación financiera– difieren la crisis.
• La monopolización y la concentración del poder
económico y político en manos de cada vez menos personas y entidades ha
impedido la “normal” destrucción de capital que facilita el crecimiento de la
ganancia.
• Mediante la internacionalización de la producción
y las mejoras tecnológicas, existe exceso de capacidad en la producción de
bienes, lo que significa que el sistema funciona al borde de la sobreproducción.
• Junto a la continua concentración de la riqueza
en cada vez menos manos, el crecimiento económico ha estado prácticamente
estancado en las economías maduras del sistema.
• El capital ficticio –el derecho escrito para
recibir ganancias que aún no se han producido– ha crecido más que el capital
real, pero se ha vuelto cada vez más vinculado con la economía real, a través
de la deuda y las innovaciones financieras.
La realidad del sistema actual es de una profunda
crisis, un sistema que se basa en el Estado para transferir la crisis a los
trabajadores, mientras trata de elaborar un nuevo conjunto de soluciones –o contradicciones– para lograr temporalmente
el crecimiento del sistema.
Durante estos años, Socialist Voice ha estado en el primer plano en la exposición de
este proceso. En esencia, ha sometido al sistema a juicio y mes tras mes ha
explicado los problemas económicos, políticos y sociales provocados por el
sistema capitalista que determina las relaciones humanas.
Esta debe ser la base para la lucha por una
economía por el bien común y una alternativa presentada a los obreros.
Fuente: Socialist Voice, publicación mensual del “Partido Comunista de Irlanda”, números de octubre, noviembre y diciembre de 2012.
Traducción para “Crítica Marxista-Leninista” de Facundo Borges y Thiago R.