sábado, 11 de mayo de 2013

El Partido Bolchevique: El gran ausente en la "Historia" de Trotsky

En el post anterior, publicamos un artículo que criticaba la interpretación de Trotsky sobre la revolución de Febrero de 1917. El autor, Jason Yanowitz, sostenía que el libro la "Historia de la revolución rusa" de Trotsky tiene como notable defecto minimizar el papel desempeñado por las organizaciones revolucionarias, especialmente del Partido bolchevique. De esta forma, Trotsky respaldaba la tesis de la espontaneidad de la revolución de Febrero, pese a recharzarla formalmente. En esta oportunidad, reproducimos extractos del prefacio al libro "All Power to the Soviets", segundo volumen de la biografía de Lenin que escribiera el renombrado trotskista británico Tony Cliff. En este breve comentario, Cliff va más lejos que Yanowitz: hace extensivo el "defecto" mencionado a todo el periodo que abarca la citada obra de Trotsky. Cliff dice que en la "Historia de la revolución rusa" de Trotsky el gran ausente es el Partido bolchevique. El trotskista británico trata de explicar y hasta cierto punto justificar esta actitud, consciente y voluntaria, de Trotsky al momento de escribir. Sin embargo, la de Trotsky es una postura que vicia su versión de la historia de la revolución rusa, porque no se apega a los hechos y porque está plagada del subjetivismo antibolchevique de Trotsky. Las críticas de Yanowitz y Cliff son críticas desde dentro del trotskismo, constituyen el reconocimiento de la evidente falta de honestidad de Trotsky al momento de escribir sobre la revolución rusa.
 
 
 
Del Prefacio a
All Power to the Soviets
Lenin 1914-1917
Tony Cliff
(Extractos) 

El libro de Trotsky [“Historia de la revolución rusa”] tiene grandes fortalezas pero, en mi opinión, tiene un serio defecto. Empecemos con las fortalezas: la revolución es analizada y descrita de manera excelente, como un acontecimiento en que millones de oprimidos, que estuvieron sometidos durante siglos, se levantan y dicen su palabra. Los cambios en la consciencia de los obreros, campesinos y soldados en las fervientes condiciones de la lucha son bellamente descritos. 

Lo único notablemente olvidado es el Partido Bolchevique: sus militantes de base, sus cuadros, sus comités locales, su Comité Central. Este vacío en el trabajo de Trotsky debe ser entendido –hasta cierto punto– como una imagen invertida de la distorsión stalinista del papel del Partido Bolchevique en 1917. 

En la leyenda stalinista, con unas cuantas insignificantes excepciones, el Partido Bolchevique siempre siguió la voluntad de Lenin. El partido era prácticamente monolítico. Nada más lejos de la verdad. Una y otra vez Lenin tuvo que luchar para ganarse a los miembros de su partido. Mientras en abril su principal problema fue vencer el conservadurismo de los máximos líderes del partido, en junio e inicios de julio tuvo que lidiar con la impaciencia revolucionaria de los líderes y militantes de base. En setiembre y octubre tuvo que luchar para que la dirección del partido diera el gran salto hacia la insurrección: muchos de los impulsivos de abril, junio y julio –incluyendo la Organización Militar Bolchevique y el Comité Petersburgo del Partido– ahora eran demasiado cautos.  

Trotsky, que estuvo fuera del campo bolchevique desde su formación hasta después de la revolución de Febrero (uniéndose oficialmente al partido a fines de julio de 1917), estaba naturalmente ansioso de probar que ser un “viejo bolchevique” no significaba estar en lo correcto en todo. La actitud política del liderazgo bolchevique antes del regreso de Lenin a Rusia y la oposición de los más prominentes líderes a la insurrección demuestran que Trotsky tenía una base. Sin embargo, en el proceso de probarlo, minimizó al partido en su conjunto. A lo largo de su “Historia” el partido es raramente mencionado. No hay una exposición sistemática, por ejemplo, de los diferentes roles del Comité Distrital de Vyborg, del Comité de Petersburgo y de la Organización Militar Bolchevique. Como el Partido Bolchevique era un partido de masas profundamente enraizado en la clase obrera, los desniveles dentro de la clase –digamos entre el proletariado de Petrogrado y de Odesa– naturalmente tenían una seria influencia en el trabajo del partido. Esto no queda claro en el libro de Trotsky. 

Para transformar la palabra en acción era necesario un partido centralizado. Pero ¿cómo trabajó realmente el partido Bolchevique durante la revolución? Durante la guerra estuvo constituido por una gran cantidad de pequeños grupos, algunos con flojos vínculos orgánicos pero la mayoría separados unos de otros y de Lenin que estaba en el extranjero. ¿Cómo esos grupos locales fueron organizados en un partido combativo y coherente? ¿Cómo trabajaba la administración del partido? ¿Qué tipo de gente eran los cuadros del partido, cuál era su extracción social, sus edades, su experiencia política? 

Las masas –obreros, campesinos y soldados– aparecen con toda su pasión y grandeza en la “Historia” de Trotsky... pero el partido está casi siempre ausente. Esto afecta el papel desempeñado por Lenin en el drama histórico. Como resultado de los eventos de 1917 y los posteriores, Trotsky llegó a admirar a Lenin más que a ninguna persona en su tiempo. Sin falsa modestia, vio a Lenin como a un maestro y a sí mismo como un discípulo. En la “Historia” hay muchas frases como esta: “Además de las fábricas, las barracas, las villas, el frente y los soviets, la revolución tenía otro laboratorio: el cerebro de Lenin”. Sin embargo, Lenin no podía relacionarse con las masas sino a través del partido. 

El papel del partido fue elevar el nivel de consciencia y organización de la clase obrera, explicar a las masas sus propios intereses, dar una expresión política clara a las emociones y pensamientos de las masas. Si el partido fue necesario para dar confianza al proletariado acerca de su propio potencial, así también fue el papel de Lenin en relación con el partido. Para que Lenin se relacionara con las masas –para que sus consignas encontraran el camino hacia ellas y para que él aprendiera de las masas– tenían que existir los cuadros del partido. Que prácticamente todo lo que Lenin escribió en 1917 fue dirigido a los miembros del partido está probado por el simple hecho de que, en su punto más alto, la prensa del partido tenía una circulación sólo marginalmente mayor al número de militantes del partido. Las Tesis de Abril fueron dirigidas realmente a los miembros del partido, y sus escritos sobre la insurrección –prácticamente todos, en pocas copias, en pequeñas hojas de papel– fueron dirigidos a los cuadros del partido. El éxito de Lenin en armar el partido en abril y guiarlo a través de los súbitos cambios de abril, junio, la intentona golpista de Kornílov y finalmente la insurrección... se debió al hecho de que él personificaba la tradición del bolchevismo y a que tenía la confianza de los cuadros del partido como producto de muchos años de una ardua lucha revolucionaria. Lenin influyó en el partido y el partido influyó en la clase, y viceversa. El proletariado creó el partido y el partido formó a Lenin. 
 


 
...De hecho, como la revolución fue el zenit de las actividades de Lenin, del partido y del proletariado, la fusión de los tres alcanzó su clímax en ese momento
 

Del libro de Tony Cliff, All Power to the Soviets, Lenin 1914-1917, Haymarket Books, Chicago, 2004, pp. 7-9.  

Traducción: Thiago R.
 
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