El 28 de noviembre se recuerda el 68º aniversario de la liberación nacional y la victoria de la revolución popular de Albania. El presente artículo fue publicado en 1985, fue escrito por Sotir Manushi de la Escuela
Superior «V. I. Lenin» del Partido del Trabajo de Albania y señala las características principales de la lucha de liberación del pueblo albanés: su transformación en revolución democrática popular nacida de la lucha contra la ocupación fascista, la creación del poder popular en el proceso de esa lucha, el papel del frente como expresión de la unidad del pueblo albanés bajo la dirección de la clase obrera, la formación del ejército revolucionario, la transformación de la revolución democrática en revolución socialista, y la dirección única e indivisible del Partido Comunista de Albania.
EL PUEBLO ALBANÉS FUE DE LOS PRIMEROS EN OPONER UNA RESISTENCIA ARMADA A LA AGRESIÓN,
EN CONDICIONES EXTREMADAMENTE DIFÍCILES Y COMPLICADAS, CUANDO FUE TRAICIONADO
POR LAS CLASES DOMINANTES Y PRIVADO DE TODO APOYO Y AYUDA EXTERIOR.
EL PUEBLO ALBANÉS INICIO SU LUCHA CONTRA LOS OCUPANTES FASCISTAS ANTES DEL ESTALLIDO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. PERO ESTA LUCHA ENTRÓ EN UNA NUEVA Y SUPERIOR ETAPA, ASUMIÓ UN CARÁCTER ORGANIZADO A ESCALA NACIONAL Y TUVO SU PLATAFORMA CLARA, SÓLO DESPUÉS DE LA CREACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA DE ALBANIA, EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1941. LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO FUE UN HITO EN LA HISTORIA DEL PUEBLO ALBANÉS, QUE TUVO EN EL PARTIDO UN LIDERAZGO CONFIABLE, LEAL Y REVOLUCIONARIO. ESTE ACONTECIMIENTO MARCÓ UN VERDADERO CAMBIO EN LA LUCHA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
EL PUEBLO ALBANÉS INICIO SU LUCHA CONTRA LOS OCUPANTES FASCISTAS ANTES DEL ESTALLIDO DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. PERO ESTA LUCHA ENTRÓ EN UNA NUEVA Y SUPERIOR ETAPA, ASUMIÓ UN CARÁCTER ORGANIZADO A ESCALA NACIONAL Y TUVO SU PLATAFORMA CLARA, SÓLO DESPUÉS DE LA CREACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA DE ALBANIA, EL 8 DE NOVIEMBRE DE 1941. LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO FUE UN HITO EN LA HISTORIA DEL PUEBLO ALBANÉS, QUE TUVO EN EL PARTIDO UN LIDERAZGO CONFIABLE, LEAL Y REVOLUCIONARIO. ESTE ACONTECIMIENTO MARCÓ UN VERDADERO CAMBIO EN LA LUCHA DE LIBERACIÓN NACIONAL.
Naturalmente, la Lucha Antifascista de Liberación Nacional de todos los
pueblos que sufrieron la ocupación fascista constituyó un proceso revolucionario
único, dirigido contra los mismos enemigos, con el objetivo lograr la
liberación nacional de la esclavitud fascista y el establecimiento del orden
democrático popular para las masas trabajadoras. Precisamente en el contexto de
este proceso revolucionario único se deben buscar las características particulares
de la lucha antifascista de cada país.
Sin hacer un análisis riguroso de lo general y lo particular de cada país,
es imposible llegar a conclusiones correctas y multilaterales. Varios autores
extranjeros han llevado a cabo estudios que son deficientes en este aspecto. Con
este espíritu, recientemente, fue organizado un debate sobre las revoluciones
sociales de los años 40 del siglo XX. Los participantes en el debate plantearon
problemas que están en contradicción con la realidad de nuestro país. En una
crítica a esta manera de abordar nuestra realidad, el camarada Enver Hoxha,
líder de la Lucha de Liberación Nacional del pueblo albanés, ha señalado: «Al describir las
características generales de nuestra revolución democrática popular, no señalan,
por ejemplo, la forma original en que se llevó a cabo esta revolución en
nuestro país, que sin duda se desarrolló de una manera diferente a la
revolución, digamos, en Checoslovaquia, Rumania o Hungría».[1]
Las características de la Lucha Antifascista de Liberación Nacional del
pueblo albanés estaban determinadas por las condiciones objetivas y subjetivas,
internas y externas.
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La Lucha Antifascista de
Liberación Nacional del pueblo albanés se transformó en una revolución democrática
popular antiimperialista. Esto constituye la característica fundamental de esta
lucha. Esta revolución fue relativamente larga, un proceso
ininterrumpido que, en su continuidad, llevó a cabo una serie de
transformaciones políticas cada vez más radicales, que crearon las premisas
para las transformaciones socioeconómicas de la vida del país.
La lucha contra los ocupantes fascistas no sobrepasó, en ningún momento,
los límites de la Lucha de Liberación Nacional. Sin embargo, la situación objetivamente
creada y, en particular, la profunda diferenciación social que siguió a la lucha
por la liberación del país pusieron a la orden del día la necesidad de transformaciones
sociopolíticas radicales. Esto no quiere decir que la plataforma adoptada al inicio
de la resistencia antifascista organizada fuera modificada. El enemigo
principal, hasta el final de la guerra, siguió siendo el invasor extranjero. En
consecuencia, la lucha contra los ocupantes extranjeros fue siempre la
prioridad número uno.
En la historiografía burguesa occidental ha ganado popularidad la tesis que
sostiene que durante el curso de la Segunda Guerra Mundial, en Albania
prevaleció la guerra civil entre el Movimiento de Liberación Nacional y las
organizaciones reaccionarias Balli Kombëtar
y Legaliteti. Ya desde la época de la
guerra, el líder del pueblo albanés, camarada Enver Hoxha, rechazó esta tesis.
Él remarcó: «No hay peleas internas y menos una guerra civil en Albania. Sólo hay una
disputa y una guerra: la guerra contra el ocupante, en primer lugar, y en
contra de los colaboracionistas traidores». [2]
El Frente de Liberación Nacional de Albania siempre estuvo en contra de la lucha
fratricida y en contra de la transformación de la Lucha de Liberación Nacional
en guerra civil.
Es obvio que en el momento en que nuestro país languidecía bajo la bota
fascista, era necesario, más que nunca, unir y movilizar a todo el pueblo
albanés en la lucha contra los ocupantes, que utilizaron todos los medios
imaginables para fomentar una guerra fratricida con el fin de dividir la unidad
del pueblo en el Frente de Liberación Nacional y, en consecuencia, liquidar el
Movimiento de Liberación Nacional. Los terratenientes reaccionarios y la burguesía
también estuvieron interesados en el desencadenamiento de una guerra civil, porque
veían en la Lucha de Liberación Nacional y en su transformación en una
revolución popular, el final de su dominación. Por eso, hicieron causa común
con los ocupantes alemanes contra el Frente de Liberación Nacional. Para ellos,
el enemigo principal era el Frente de Liberación Nacional y no los ocupantes.
El camarada Enver Hoxha explica: «Para la reacción y sus organizaciones traidoras,
la contradicción principal era con el Partido Comunista y el Frente de
Liberación Nacional. Ellos convirtieron esta contradicción en contradicción
antagónica, atacándonos con las armas en acciones conjuntas con los
ocupantes... en un momento en que el Frente de Liberación Nacional hacía todo
lo posible para no permitir que las contradicciones con el Balli Kombëtar y Legaliteti
se convirtieran en contradicciones antagónicas.»[3] En esas
circunstancias, nuestra Lucha de Liberación Nacional se dirigió no sólo contra
el enemigo exterior sino también contra el enemigo local. Se llevó a cabo y se dirigió
contra ambos enemigos. Para alcanzar la victoria, se tuvo que combatir a ambas partes,
que estaban inextricablemente unidas.
Sin embargo, esto no lleva necesariamente a la conclusión de que la lucha
del Frente de Liberación Nacional contra el Balli
Kombëtar y Legaliteti fuera una
guerra civil, a pesar del hecho de que contenía los elementos de esta guerra,
tanto en su contenido como en su forma.
La lucha del Frente de Liberación Nacional contra las organizaciones
traidoras que colaboraron con el ocupante, no puede ser calificada de guerra
civil, ya que no constituyó una guerra en sí misma, sino que formó parte de la guerra
contra los ocupantes. El Frente de Liberación Nacional luchó contra los
terratenientes y la burguesía reaccionaria, no porque fueran clases
explotadoras sino porque eran colaboradores e instrumentos en manos de los
ocupantes. El Partido Comunista de Albania nunca lanzó consignas para la guerra
contra los terratenientes y la burguesía.
De esta manera, hasta el final de la guerra, los principales enemigos fueron
los ocupantes fascistas, y el esfuerzo principal de la guerra estuvo dirigido
contra ellos, mientras que la lucha contra los terratenientes y la burguesía
estuvo subordinada a la lucha contra los enemigos extranjeros. Por tal motivo, es
evidente que la lucha contra el Balli
Kombëtar, Legaliteti y otras
fuerzas y agrupaciones reaccionarias, no puede ser considerada como una guerra
civil.
El hecho de que las clases reaccionarias se aliaran con los invasores y
fueran destruidas junto a ellos es un factor objetivo importante que favoreció
la transformación de la Lucha de Liberación Nacional en una revolución popular
en Albania.
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Otra característica
importante de la Lucha de Liberación Nacional del pueblo albanés consiste en
las formas originales que se siguieron para el establecimiento del Poder popular
en Albania. La cuestión del Poder, señaló Lenin, es la cuestión más
importante de toda revolución. La Lucha Antifascista de Liberación Nacional,
como revolución popular, también planteó y resolvió este problema, salvo que en
las circunstancias concretas en que se libró nuestra lucha no podía ser la
única cuestión importante de la revolución, separada de la cuestión de la
liberación nacional. Por eso, el objetivo estratégico de la Lucha de Liberación
Nacional en Albania exigía la solución de dos grandes tareas: la liberación nacional
y el establecimiento del Poder popular. En Albania, la cuestión del Poder no se
resolvió a través de una acción inmediata, sino gradualmente, a través de
algunas etapas. El nuevo Estado albanés nació en 1942 y pasó por un proceso
dialéctico de crecimiento, desarrollo y fortalecimiento, hasta su triunfo. Las
nuevas situaciones que se crearon durante la guerra pusieron a la orden del día
el fortalecimiento del Poder de los consejos de liberación nacional como el
único Poder popular legítimo en Albania. «El fortalecimiento de los consejos de liberación nacional
significa el fortalecimiento de nuestra lucha, significa acercarnos más a la
liberación de nuestro pueblo y nuestra Patria.» [4] Y esto es
comprensible. Las tareas de los consejos de liberación nacional en ese momento
no podían separarse de las tareas de la lucha armada y, de hecho, no podían
resolverse sin un Estado revolucionario. Por estas razones, el establecimiento
del Poder popular era una condición necesaria para el desarrollo exitoso de la Lucha
de Liberación Nacional.
El Poder popular en Albania no se estableció de forma pacífica, sino con
métodos revolucionarios. No fue el resultado de injertos en el Estado
terrateniente-burgués o combinaciones con ese Estado, sino un Estado
completamente nuevo. Por tal razón, se libró una lucha de vida o muerte sobre
la cuestión del Poder del Estado, entre el Frente de Liberación Nacional, por
un lado, y los ocupantes y sus colaboradores, por el otro.
Pasando luego a una etapa superior, se creó el nuevo Estado democrático
popular en el Primer Congreso de Liberación Nacional, que se celebró en Përmet,
en mayo 1944. Con las decisiones de este Congreso y del Consejo Antifascista de
Liberación Nacional que surgió de este Congreso, se resolvió en general la
cuestión del Poder del Estado. Esto no quiere decir, por supuesto, que la
cuestión del Poder en Albania se resolvió definitivamente con las decisiones de
este Congreso. En primer lugar, se resolvió a través de la lucha armada que
libró el pueblo albanés contra los ocupantes fascistas y los traidores al país.
Por tal motivo, las decisiones del Congreso de Përmet no pueden considerarse separadas
de la guerra revolucionaria que libró nuestro pueblo hasta que llegara el
momento propicio para la convocatoria del Congreso de Përmet. En el marco de
esta guerra, destaca la gran importancia de estas decisiones que coronaron con
éxito los esfuerzos del pueblo albanés para la creación del nuevo Poder
estatal.
La creación del Estado de democracia popular en Albania marcó, de hecho, la
liquidación de la monarquía. La tesis de que la monarquía se mantuvo en el poder
en Albania hasta el 11 de enero 1946, cuando se proclamó la República Popular
de Albania, es totalmente infundada. La Lucha Antifascista de Liberación
Nacional, su transformación en una profunda revolución popular, la creación del
Poder popular revolucionario de los consejos de liberación nacional, etc., todo
esto no formaba parte de la naturaleza de la monarquía. Es comprensible que en
la época de la Lucha de Liberación Nacional, cuando la liberación nacional se
planteaba como una cuestión de importancia fundamental, de la que dependía la
solución de otras tareas, y cuando en la lucha por alcanzar este objetivo, se
requería la participación de todas las fuerzas antifascistas del país, sin
distinción de clases y convicciones políticas, sin excluir de esta lucha incluso
aquellos estratos con ligeras opiniones monárquicas, el Frente de Liberación
Nacional consideró que lo único correcto era dejar que el pueblo decidiera
sobre la forma de gobierno después de la Liberación. Fue precisamente a partir
de estas consideraciones que el Congreso de Përmet decidió no proclamar al país
una República en el acto. Pero nadie puede negar el hecho de que este Congreso
adoptó una postura definida hacia la futura forma de gobierno. Se condenó con
firmeza el régimen monárquico de Zog, exigiendo que «no se debe permitir que se
repita».
De esta manera, el Congreso de Përmet condenó a la monarquía, por un lado,
y tuvo en cuenta las situaciones internas y externas del momento, por el otro.
Sin embargo, el hecho de que el Congreso de Përmet no liquidara de forma
explícita la monarquía y no proclamara la República, no significa, como se
afirma, que se mantuviera la monarquía. La monarquía fue sostenida por los
ocupantes y las clases reaccionarias del país. La lucha del pueblo albanés
contra ellos estaba impregnada hasta la médula por tendencias y convicciones antimonárquicas.
La revolución popular no era sólo una revolución democrática antiimperialista
sino también una revolución antimonárquica. Por lo tanto, estamos justificados
para llegar a la conclusión de que al condenar a la monarquía, el Congreso de
Përmet la liquidó no sólo de facto
sino también de iure, y creó el nuevo
Estado que era una república en la forma, aunque esto, por las razones que
hemos mencionado anteriormente, no se hizo explícito en ninguno de los actos
del nuevo Estado.
Que nuestro nuevo Estado era una república en forma desde el Congreso de
Përmet, se puede ver también en las funciones y las tareas que el Consejo
Antifascista de Liberación Nacional confirió al Comité Permanente que representaba
al Consejo entre las sesiones. Precisamente, fue el Comité Permanente del
Consejo Antifascista de Liberación Nacional quien llevó a cabo las funciones de
cabeza del Estado, funciones que años después se otorgaron al Presídium de la
Asamblea Popular.
La proclamación de la República Popular de Albania, el 11 de enero de 1946,
por la Asamblea Constituyente, legitimó una situación que existía de hecho,
incluso en el período de la Lucha de Liberación Nacional del pueblo albanés.
De esta manera, en el curso de la guerra, sin esperar el final de la
guerra, el Estado de los ocupantes fascistas y la burguesía terrateniente fue
demolido, creándose en su lugar el nuevo Estado democrático de los consejos de
liberación nacional. Cuando se crearon las condiciones necesarias, se formó el
Gobierno Democrático y se construyó el nuevo Estado albanés de democracia popular
de acuerdo con la voluntad del pueblo.
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Junto con la solución de la
cuestión del poder en Albania, las otras formas de organización y lucha –el Frente
de Liberación Nacional y la insurrección armada– también se definieron de forma
original en la época de la Lucha de Liberación Nacional. El Frente de Liberación Nacional fue creado y fortalecido en el fragor de
la lucha contra los ocupantes fascistas y los traidores al país, sobre la base
de la plataforma revolucionaria antifascista que se aprobó en la Conferencia de
Peza, en septiembre de 1942.
La unión del pueblo albanés en el Frente de Liberación Nacional fue una
unión voluntaria, directa, de las masas del pueblo, y no una coalición de
partidos y organizaciones políticas. El único partido político en el Frente, el
Partido Comunista de Albania, fue el líder y el artífice de esta unión.
Por consiguiente, esta unidad en la Lucha de Liberación Nacional se logró
desde abajo, por las amplias masas del pueblo. Esto, desde luego, no significa
que no se hizo ningún esfuerzo para movilizar y unir a todas las tendencias
antifascistas políticas desde arriba.
La experiencia de la Lucha de Liberación Nacional del pueblo albanés demuestra
que la unidad que se realiza directamente desde abajo, por las masas del
pueblo, y que tiene una dirección revolucionaria única, es siempre una unidad
fuerte y estable, vital para el presente y para el futuro de la revolución.
La unión del pueblo albanés en el Frente de Liberación Nacional fue la
unión organizada de las grandes masas del pueblo trabajador de Albania. La dirección
única e indivisible del Partido Comunista de Albania le dio a la unión del
pueblo en el Frente de Liberación Nacional su perfecta organización, su
carácter profundamente revolucionario y combativo, y materializó el papel
dirigente de la clase obrera y la alianza inquebrantable de esta clase con el campesinado,
el cimiento de acero de esta unidad; le dio la elevada conciencia política de las
masas insurgentes, la organización sólida de las masas, y por último garantizó
la victoria del pueblo.
La organización de la lucha armada requirió también la formación de las
fuerzas armadas, la formación del Ejército de Liberación Nacional. Sin la
creación de un verdadero ejército popular, la insurrección armada general era
inconcebible.
La necesidad de la creación del Ejército de Liberación Nacional, como un
ejército revolucionario popular regular, fue dictada por las grandes tareas
estratégicas que enfrentó el pueblo albanés en la época de la guerra. Con este
ejército se liberaría completamente el país con sus propias fuerzas, se conquistaría
la independencia nacional y se establecería el Poder estatal democrático popular.
Sin duda alguna este ejército se convertiría en el soporte militar del nuevo
Estado. La experiencia internacional ha demostrado que no hay Estado,
incluyendo el Estado revolucionario, que pueda sostenerse sobre sus pies sin su
apoyo armado.
Tanto en la creación como en el crecimiento y fortalecimiento del Ejército
de Liberación Nacional, se aplicó de manera consciente el principio de basarse
en las propias fuerzas. Sólo de esta forma fue posible garantizar el triunfo de
la insurrección y la revolución popular.
Todos los problemas principales de la lucha armada popular, tales como la
formación de los cuadros político-militares, el equipamiento del ejército y el
pueblo insurgente, el suministro de armas, municiones, ropa y alimentos para
los combatientes, fueron resueltos sobre la base de este principio fundamental.
El Ejército de Liberación Nacional, con más de 70 mil combatientes,
fuertemente apoyados por el pueblo, bajo la dirección del Partido Comunista de
Albania, llevó a cabo su misión histórica con éxito. Expulsó del territorio
albanés a las fuerzas de ocupación, destruyó el viejo orden político y todas
las fuerzas y organizaciones reaccionarias que habían hecho causa común con los
ocupantes, y se convirtió en el escudo que defendió el Estado de reciente
creación.
La solución simultánea de tres tareas: la unidad del pueblo en el Frente de
Liberación Nacional; la organización de la insurrección general armada del pueblo
y la creación del Ejército de Liberación Nacional regular; la destrucción del Estado
político de los ocupantes y las clases terrateniente-burguesas, y el
establecimiento del nuevo Poder estatal de los consejos de liberación nacional;
constituyeron los factores decisivos para el triunfo de la revolución. De no
haberse resuelto sólo una de estas tareas se pudo haber puesto en peligro el
triunfo de la revolución.
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Finalmente, una de las características de la Lucha de Liberación Nacional
del pueblo albanés consiste también en el hecho de que, con la completa
liberación del país, la revolución
democrática antiimperialista se transformó en revolución socialista.
El pueblo albanés, dirigido por la clase obrera y el Partido Comunista,
ganó la batalla política decisiva contra las clases explotadoras en las
condiciones de la lucha de liberación contra los ocupantes y traidores.
Esta lucha se transformó sin interrupción en una revolución socialista a
causa de las fuerzas que la motivaron, del liderazgo y la dirección del desarrollo
que siguió objetivamente.
La nueva situación creada en Albania después del Congreso de Përmet, en los
meses previos a la liberación, como consecuencia de las sucesivas victorias del
Movimiento de Liberación Nacional contra los ocupantes y sus colaboradores y la
derrota del Estado reaccionario y de las fuerzas organizadas de las clases
explotadoras, preparó el terreno para la transición hacia la revolución
socialista después de la liberación del país.
La experiencia de nuestro país demuestra que el Estado socialista puede
surgir directamente de la lucha de liberación nacional. Esto es algo nuevo en
la teoría y la práctica de la revolución. De esta forma, aunque nuestra
revolución popular se llevó a cabo en el marco de las tareas de liberación
nacional, antiimperialistas, antifascistas y antifeudales, abrió el camino para
su propia transformación en revolución socialista y para la construcción del socialismo
en el país.
Nuestra nueva historiografía considera que la tesis de que la orientación
de la revolución socialista en Albania se proclamó en febrero de 1946, es
totalmente infundada. Esta tesis confunde dos conceptos diferentes: el concepto
de la profundización de la revolución y la construcción socialistas con el
concepto de la orientación para la revolución socialista. No febrero de 1946, sino
la liberación completa del país y el establecimiento del Poder popular, el
Estado de la clase obrera dirigida por el Partido Comunista, puede considerarse
generalmente como la línea de transición de la revolución democrática en
revolución socialista.
En nuestro país, la primera etapa de la revolución preparó las condiciones
para emprender la segunda etapa, mientras que la segunda etapa consistió en el desarrollo
de la primera etapa de la revolución. La primera etapa concluyó con la
liberación de Albania, e inmediatamente después de esto, se inició la segunda
etapa, la etapa de la revolución socialista.
Nuestra nueva historiografía considera que la tesis de que el Estado
democrático popular en Albania en el primer período posterior a la liberación
del país no era un Estado socialista porque, en ese momento, predominaron las
medidas democráticas burguesas, es totalmente inaceptable. La realización de
las reformas de carácter democrático antes de las de carácter socialista, de
ninguna manera niega el carácter socialista de la revolución y del Poder
popular. La experiencia actual ha demostrado que la realización de las tareas
democrático-burguesas es una premisa absoluta para la realización de las tareas
socialistas. Esto se vio claramente también en la experiencia de la Revolución
Socialista de Octubre. En el primer período después de su triunfo,
prevalecieron las tareas democráticas. Sólo la revolución socialista puede
llevar las tareas democrático-burguesas hasta el final.
El hecho de que el carácter del Estado en Albania no cambiara durante las
reformas que se llevaron a cabo, ya fueran de carácter democrático o socialista,
muestra claramente que nuestro Estado fue, desde el principio, una dictadura
del proletariado, que nació en la Lucha de Liberación Nacional y la revolución
popular que el pueblo albanés llevó a cabo.
Notas:
1 Enver Hoxha, Obras Completas, vol. 14, p. 29, edición albanesa.
2
Enver Hoxha, Obras Completas, vol. 2, p. 273, edición albanesa.
3
Enver Hoxha, Informes y Discursos 1967-1968, Tirana 1969, pp. 164-165.
4
Enver Hoxha, Obras Completas, vol. 2, p. 20, edición albanesa.
Fuente: Albania Hoy, nº 2, 1985
Traducido
para “Crítica Marxista-Leninista” por Ykv. Pk.